Bernardo Alfaro, jerarca de la Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef), afirmó que no puede cambiar la metodología propuesta por su institución para regular las tasas de usura, como se lo pidieron los diputados.
“El tema es que yo no puedo bajar y subir las tasas a mi gusto. Nosotros desarrollamos la metodología y vamos a las computadoras a ver los datos que ellas nos dan, a partir de toda la información que remiten las entidades, y el resultado es el que es. Yo no puedo cambiar eso”, explicó el superintendente a La Nación.
De esa forma, el superintendente general descartó la petición de los diputados David Gourzong, de Liberación Nacional (PLN); y Welmer Ramos, de Acción Ciudadana (PAC); quienes le pidieron hacer cambios en la fórmula de tal modo que la máxima tasa de interés baje del 43,4% al 37% o menos.
En el marco de la discusión de un proyecto de ley para ponerles límite a las tasas de interés y declarar como usura las tasas que excedan esos límites, la Sugef les envió a los diputados una metodología que fija el techo en alrededor de un 43%.
El texto actual de los diputados establece que el interés máximo sería de un 30% en colones y un 15% en dólares. Sin embargo, el Banco Central establece que ese techo es demasiado bajo y que excluiría a miles de personas del sistema crediticio formal.
LEA MÁS: Persiste marcado desacuerdo entre diputados sobre tasa de usura
La fórmula de la Sugef, explicada por el superintendente Alfaro en el Congreso, contempla los siguientes rubros de las entidades financieras: un 25,3% de nivel de riesgo o pérdida esperada, un 6,55% de costos financieros, un 5,7% de margen de utilidad, un 5,06% de gastos administrativos y un 0,8% de liquidez.
El diputado Gourzong considera que, en busca de un consenso, se puede acoger la propuesta de Sugef, pero califica de elevado el componente del nivel de pérdida esperado, debido a que, en su criterio, fue calculado tomando en cuenta “condiciones máximas de estrés” financiero.
Su petición, junto con el legislador Ramos, es que ese 25,3% pueda bajar al 15%, 16% o 17%. La idea de ellos es que la tasa máxima oscile entre el 33% y el 37% y que esta se pueda calcular cada seis meses por el Banco Central, según el verdiblanco.
“De tal manera que estén garantizadas las posibilidades para ayudar a los ciudadanos de mayor pobreza que están en ese sector más vulnerable y evitar al máximo la exclusión financiera”, considera el liberacionista.
Sin embargo, el superintendente indicó: "El 25% no lo puedo variar. Soy un técnico y no voy a dar números que no me salgan de mi análisis técnico. Yo yo no puedo alterar las cifras”.
El método
El jerarca de Sugef explicó que, para elaborar la fórmula, se eligieron a las 12 entidades que “atienden con más fuerza” el crédito de consumo y el microcrédito.
Entre ellas, figuran los bancos Nacional (BN) y de Costa Rica (BCR), el Banco Popular (BP), el BAC Credomatic, Promérica y algunas cooperativas como Coopeservidores y Coopenae, por mencionar algunas.
A las estadísticas de crédito de estas entidades se le aplicó, en cada uno de los componentes que integran el método, una medida estadística conocida como percentil 95.
“Eso significa que usted agarra las pérdidas esperadas de los segmentos más riesgosos de esas doce entidades, y el 95% de la pérdida de ellos está abajo del 25%. Solo el 5% de las pérdidas esperadas están por arriba de ese 25%. Eso es lo que significa el percentil 95”, dijo el superintendente.
¿Por qué se toma ese nivel de riesgo del 25,3%?, se le preguntó al superintendente. “Porque lo que estamos es fijando una tasa de usura y una tasa de usura no puede ser una tasa promedio. Una tasa de usura tiene que ser una tasa que cobije los sectores más riesgosos porque, de lo contrario, todas esas personas quedarían excluidas del sistema”, respondió.
Dos solicitudes más
Gourzong explicó que otra de las peticiones planteadas a Alfaro fue que la Sugef desarrollara una metodología diferenciada para microcréditos productivos y para créditos de consumo.
El objetivo de los proponentes es incluir en el proyecto de ley tres tipos de tasas, como actualmente ocurre en Colombia. En ese país, existe una tasa general para el sector productivo, una para microcréditos y otra para consumo.
“Los microcréditos son aquellos donde la gente pide financiamiento para desarrollar emprendimientos y los de consumo, son donde la gente se está sobreendeudando”, explicó el liberacionista.
Alfaro afirma que se comprometió a buscar datos de microcréditos para integrarlos a una metodología, debido a que, dentro de este grupo, según su concepción, están los de consumo.
No obstante, el superintendente explicó que, para la tarde de este viernes, no había logrado obtener información entre las entidades financieras que, en principio, consideró que podrían aportarlos.
“Me queda muy poco porque el martes comparecemos ante la comisión. Entre hoy (viernes) y lunes, yo tendría que tener algo ya más estructurado. Seguiremos intentando obtener datos de entidades de microcréditos, pero de momento ha sido infructuosa la búsqueda”, puntualizó el jerarca.