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El radar espacial de la empresa LeoLabs está localizado en el distrito de Filadelfia, en Carrillo, Guanacaste. La llegada de la instalación supone un hito para la región y el continente y oportunidades locales para incursionar en negocios espaciales. Foto: Rafael Pacheco (Rafael Pacheco Granados)
La llegada de un radar que previene colisiones de satélites con basura en el espacio, abre una oportunidad para que talento costarricense ingrese en la industria espacial y sus negocios.
Así lo declaró Daniel Ceperley, cofundador y director ejecutivo de la empresa LeoLabs a cargo de la obra inaugurada este jueves en Filadelfia, en Carrillo, Guanacaste.
Todos los sistemas y radares de esta empresa son automáticos pero, según el empresario, su funcionamiento promueve el desarrollo de nuevos algoritmos y estilos de análisis que hacen prever la necesidad de más profesionales en ciencia de datos.
Esa especialidad hace referencia a un concepto que suele unificar el conocimiento en estadística, análisis matemático de datos y aprendizaje automático para fines de comprensión y análisis de fenómenos reales.
“Vamos a tratar de buscar eso. Nosotros tenemos intención de atraer empresas que estén interesadas en esto”, confirmó Ceperley.
La instalación es única en su tipo y la más grande en Latinoamérica de tipo comercial para el servicio que ofrece: alertar a dueños de satélites, públicos o privados, de la proximidad de basura cerca de sus aparatos.
Con días de anticipación, este aviso evitará colisiones con satélites que brindan servicios en tierra tan variados como acceso a Internet, gestión de tráfico aéreo y marítimo, televisión, sistemas de defensa, fotografía satelital, cartografía e investigación científica.
Todo el armado, instalación, técnicos e ingenieros que levantaron el radar guiados por las especificaciones y personal de LeoLabs fueron 100% costarricenses; incluidos los materiales de las antenas mirando al cielo.
Su despliegue agrega un reconocimiento adicional a la trayectoria ambientalista del país; una de las característica que llevó a la empresa a abrir aquí su única operación en Latinoamérica. El aparato es el cuarto de la compañía con dos en los estados de Alaska y Texas (EE. UU.) y otro en Nueva Zelanda.
Ceperley recalcó que su empresa eligió Costa Rica debido al talento de su gente, sus leyes regulatorias y la localización geográfica cerca del Ecuador y esperan en el futuro alcanzar la cifra final de seis radares en sitios estratégicos del planeta.
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“Es un honor para LeoLabs trabajar en un país que reconoce la importancia del espacio como una gran oportunidad para nuestras generaciones presentes y futuras”.
Terreno fértil
Para él, toda la transferencia de conocimiento que trajo la iniciativa de LeoLabs también servirá para fines de investigación y comerciales, lo que abre posibilidades para graduados en este tipo de especialidades y también empresas nacionales en expansión.
“No tenés que ser experto en temas del espacio exterior, pero quizás podrías luego usar nuestros datos y mejorar en tu propia área de especialización. Si querés ser un ingeniero en radares, o especializarte en finanzas o desarrollo de software, hay grandes necesidades en esta industria”, afirmó.
En la actividad de este jueves también participó el astronauta costarricense Franklin Chang-Díaz, cofundador y director ejecutivo de Ad Astra, quien actuó como socio comercial de LeoLabs en Costa Rica.
Chang-Díaz también destacó que el proyecto facilitará el desarrollo científico, empoderará a jóvenes ticos a quienes ahora se les abre más el panorama de acercarse a la industria espacial y en una actividad estratégica, pues además aportará más seguridad a vuelos espaciales comerciales (turismo espacial) y de gobiernos.
Según el director ejecutivo, este arribo a Costa Rica es una inversión estratégica y una alianza a largo plazo, tanto por el apoyo brindado por el país, como por su compromiso de participar en la nueva economía y en los negocios vinculados al espacio exterior.
En ese mismo sentido, la ministra de Ciencia, Tecnología y Telecomunicaciones, Paola Vega Castillo, coincidió en que la llegada de LeoLabs constituye un hito.
La funcionaria exaltó que esta experiencia demuestra la importancia de propiciar oportunidades y sostener esfuerzos que impulsen la capacitación de las nuevas generaciones.
Es de esa forma, dijo, como se cosechan frutos en la “era del conocimiento” cada vez más asentada en el mundo, al tiempo que se brinda apoyo a “la consolidación y apertura de nuevos negocios basados en tecnología con visión de futuro”.