“Juega sin salir de casa”. “No pagues dinero por adelantado; conmigo ganas y después aportas”. “Hoy vamos a volver a ganar. Ingresa hoy y deja de perder, solo ¢10.000 por mes: tica y nica”. Estos son algunos de los mensajes que abundan en grupos y páginas de Facebook, como parte de una agresiva diversificación de la lotería ilegal que permite a los jugadores solicitar tiempos clandestinos a través de mensajes y pagar por Sinpe Móvil sin conocer siquiera a su vendedor.
A esa oferta se suman quienes cobran entre ¢5000 y ¢10.000 por la suscripción a grupos de Whatsapp o Telegram donde prometen suministrar información sobre cuáles serán los números favorecidos en cada sorteo o los llamados “aportes” que “adivinadores” cobran a sus clientes en caso de resultar favorecidos con algún premio. Otras personas utilizan las herramientas digitales para ofrecer billetes falsos de una supuesta lotería de la Junta de Protección Social (JPS).
Estas y otras modalidades fuera de la ley surgieron durante los dos primeros años de la pandemia de covid-19, cuando los operadores del mercado negro de la lotería decidieron incursionar en las redes sociales y otras plataformas digitales para extender su alcance y multiplicar sus ganancias en forma exponencial.
Un reciente estudio realizado por la JPS revela que este lucrativo negocio clandestino pasó de mover unos ¢175.000 millones en el 2019 a cerca de ¢300.000 millones en el 2021, es decir, creció más de un 71% en dos años y, además, en la actualidad representa un 47% del mercado total de la lotería.
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“Para ellos más bien la pandemia les permitió utilizar otros mecanismos y multiplicarse, y nosotros con las manos atadas porque no podemos sancionar. El mercado total es poco más de ¢600.000 millones, imagínese cuánto más podríamos ayudar al bien social si tuviéramos esos recursos de este lado (...).
“Cuando se compran juegos ilegales no se está ayudando a nadie más que a un bolsillo privado que muchas veces financia actividades no lícitas”, lamentó la presidenta de la Junta, Esmeralda Britton.
Oferta agresiva
Las modalidades y la oferta de loterías ilegales es tan variada como los riesgos a los que se exponen quienes apuestan a ellos.
De hecho, con solo poner la palabra “tiempos” en el marketplace de Facebook aparecen decenas de anuncios, en los que se promociona una variedad de juegos bajo la premisa de que el cliente no tiene que salir de casa para participar. Basta con un mensaje por WhatsApp y un pago por Sinpe Móvil para echar a correr la suerte.
Otros más osados venden en páginas web supuestos pedacitos de la lotería digital de la JPS, con el supuesto beneficio de evitarle a los interesados el riesgo de tener que ingresar su tarjeta a la página oficial de la institución.
“Hay muchas plataformas que han aprovechado todo este tiempo para valerse de la gente y lo que ha sucedido es que así como la Junta buscó reinventarse, hay juegos que también lo hicieron (...).
“Hay un incremento en el tema de la ilegalidad y, por eso, la institución ha buscado ir mitigando mientras salimos con nuevos juegos”, comentó Evelyn Blanco, gerenta de Mercadeo de la JPS.
Blanco indicó que también han visto surgir modalidades de apuestas deportivas que incluso se anuncian en medios de comunicación y hasta se instalan con puestos y pancartas a las afueras de los estadios, a pesar de estar al margen de la ley.
El mayor riesgo para quienes juegan este tipo de sorteos es que, en caso de ganar, no se le reconozca el premio y pierdan lo invertido. Según Blanco, se ha sabido de “bancas” que quiebran y desaparecen sin dejar rastro cuando resulta favorecido algún número que ha sido muy apetecido por los clientes.
“Muchos usan nuestros logos, engañan a la gente y les dan un váucher que dice que vence en 7 días cuando los de la Junta vencen en 60 días (...). Hemos tratado de hacer conciencia en la población que a veces, por querer ganar un poquito más, hasta no recibe el pago”, agregó la presidenta de la JPS.
La funcionaria comentó que a ella le han reclamado en sus redes sociales personales porque los números que salen favorecidos no son los que debían salir, según los grupos en los que supuestamente se adivinan los sorteos.
“Esa persona me decía que había estado dos meses y no ha pegado nada. Nos reclaman porque piensan que nosotros promovemos esas plataformas y lo que hacemos es alertar que detrás de eso lo que hay es personas que están sacando dinero (...).
“La lotería es complementamente al azar. Un número puede salir tres veces en una semana como puede ser que no salga en dos meses; todos tienen la misma posibilidad de salir”, agregó la jerarca.
Por su parte, la gerenta de Mercadeo recordó que han visto casos de jugadores que llegan con un váucher a cambiar lotería a la entidad y entonces se percatan que se trata de fracciones que en realidad no existen.
Al respecto, insistió en que el único método de pago de la lotería que se compra en el canal jpsenlinea.com es a través de un depósito directo que se realiza a una cuenta IBAN previamente registrada.
Juegos de alto riesgo
Negocio clandestino mueve miles de millones
FUENTE: JPS || / LA NACIÓN.
Tiempo, desesperanza y necesidad impulsan negocio
Si encontrar jugadores de lotería oficial que reconozcan que juegan a diario es difícil, quienes lo hacen al margen de la legalidad, son aún más cautelosos al hablar sobre esta actividad.
De hecho, una jugadora de tiempos clandestinos de La Trinidad de Moravia, aceptó contar a La Nacion cómo se “acostumbró” a comprar lotería ilegal durante la pandemia, a cambio de que se protegiera su identidad.
La mujer relató que inicialmente acudió a estos juegos porque muchos sorteos de la Junta se suspendieron en los primeros meses de la emergencia sanitaria y que, por recomendación de una amistad, se “arriesgó” a jugar pequeñas sumas mediante redes sociales porque, además, de esa forma no tenía que salir.
“Juego poquito, a veces le pongo ¢500 a cada número. Si pego algo, echo un poquito más. Uno paga por Sinpe y ellos (los vendedores) por ahí mismo le pagan a uno”, fue todo lo que se animó a contar.
El sociólogo José Carlos Chinchilla atribuyó el auge alcanzado por este tipo de juegos a cinco factores que hicieron una combinación perfecta durante la pandemia: tiempo, necesidad, menos control, desesperanza y tecnología.
Sostuvo que miles de trabajadores informales vieron severamente impactados sus ingresos durante los primeros meses de la crisis sanitaria y, como muchos, fueron empujados a buscar alternativas que no encontraban en el mercado laboral.
Chinchilla señaló que al ver como desde los trámites burocráticos hasta las compras del supermercado migraban al mundo digital, algunas pesonas encontraron en los tiempos clandestinos una oportunidad de llevar sustento a sus hogares.
“El otro impulso es que la gente que está metida en estas dinámicas, quedó con mayor grado de libertad. La Policía podía intervenir menos, la Junta podía intervenir menos; entonces la gente que se dedica a eso pudo ampliar sus actividades”, aseveró.
A su criterio, desde el lado de los jugadores, además de la necesidad que lleva a muchos buscar una forma milagrosa para resoler su situación, también hubo quienes buscaban una motivación en medio de un periodo de incertidumbre.
“Entonces tenemos gente que tenía tiempo y necesidad de recursos, que encontraron una posibilidad en lo que llaman la suerte de extracción de recursos a la gente que en la desesperación le apuesta a este tipo de juegos. Y la gente que tiene unos cinquitos, dice: ‘por aquí me la voy a jugar’, aunque lo que hacen es irlos entregando en partes.
“Incluso la gente que no pega, desde su punto de vista ganó algo; se le dio una esperanza que la sociedad no le está dando. Se convierte en un placebo frente a la necesidad; tener los numeritos es como una esperanza de resolver lo que no puede resolver en la realidad”, indicó el sociólogo.
Finalmente, sostuvo que el factor tecnológico se vio afianzado, pues las personas vieron que era funcional y en algunos casos fiable, al tiempo que los vendedores aprovecharon que la capacidad de control por parte de las autoridades era prácticamente nula.
Proyecto de ley y promociones: las armas de la Junta
Además de las promociones como el acumulado y la recién anunciada “bolita gris” de los tiempos de la Junta, la entidad mantiene cifradas sus esperanzas para combatir el creciente negocio de la lotería clandestina en un proyecto de ley que lleva estancado en la Asamblea Legislativa más de cinco años.
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Con esa iniciativa, se castigaría a quienes venden este tipo de juegos con multas y penas de cárcel, pero además se podría ir tras quienes financian estos negocios con sanciones más severas.
Esmeralda Britton, presidenta de la Junta, añadió que la iniciativa también les permitiría contar con otros mecanismos para combatir la ilegalidad y, a la vez, autorizar a otras personas para que se conviertan en parte de la fuerza de ventas de la entidad.
La jerarca añadió que parte de lo que había frenado la iniciativa era que los legisladores consideraban que las penas eran muy altas, por lo que se realizaron modificaciones con las que esperan que dicho plan se convierta en ley pronto.
Asimismo, otra de las grandes apuestas de la entidad para hacer frente a la ilegalidad es una plataforma para juegos en línea que sería concesionada a un privado.
En ese espacio, las personas podrían realizar de manera segura, apuestas deportivas y hasta electorales, así como otros juegos lotéricos y de azar.
La intención de las autoridades es licitar el proyecto este mismo año mediante un proceso de contratación administrativa.
Por su parte, la gerenta de Mercadeo, Evelyn Blanco, señaló que han detectado que la única forma en que los ilegales no pueden “copiarles” es mediante la renovación constante de promociones, pues los planes de premios son fácilmente igualados por las “bancas” más poderosas.