La invitación se hizo y el público respondió: fieles a la tradición, vecinos y visitantes de otras comunidades hicieron fila a la hora del almuerzo para probar una muestra del producto más distintivo del cantón de Aserrí.
"La gente siempre responde al llamado de la feria del tamal", afirmó, satisfecho, Hugo Monge. La fiesta (este año bautizada Expo Tamal Aserrí) inició el 31 de agosto y se mantendrá hasta este domingo, con la misión de distribuir 50.000 piñas entre sus comensales.
El equipo de don Hugo –conformado por nueve cocineros y tres choferes– preparó cerca de 13.000 tamales para esta ocasión, con la que suman 15 participaciones en ferias. El negocio ha estado en la familia durante 40 años.
Para muchos de los visitantes, asistir cada año es casi obligatorio.
"Muy bonito, los tamales muy especiales. Comimos del puesto de Santa Cecilia y nos gustaron bastante (...) Somos desamparadeños, y hay que venir", contó María Aguilar, quien también se mostró complacida por la organización del campo ferial.
En el lugar se ofrecen tamales tradicionales, de pollo, de frijol y otras variedades especiales, con precios cercanos a los ¢1.300. También hay almuerzos típicos, algodones de azúcar, churros, carne asada, pejibayes y jugo de caña.
Para el día de clausura de la feria, este domingo, se tiene programado un bingo, cimarrona, mascaradas y presentaciones de canto y baile, a partir de las 9 a. m.