Los costarricenses con problemas inmunitarios podrán acudir a un nuevo medicamento para blindarse contra la covid-19, luego de que el Ministerio de Salud autorizara el uso y comercialización del fármaco evusheld en el país.
Dicho producto, desarrollado por AstraZeneca, va dirigido a personas cuyo organismo no genera la misma respuesta ante las vacunas y que, por tanto, corren mayor riesgo de complicarse y fallecer en caso de ser infectadas del coronavirus.
“El medicamento cuenta con registro sanitario para su uso como profilaxis (uso preventivo para evitar contagiarse)”, confirmó la cartera de Salud este viernes ante consulta de este diario.
La Nación preguntó a la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) si piensa utilizar este fármaco en la población nacional, pero al cierre de esta información no se había recibido respuesta.
En el mercado privado sí podrá conseguirse con receta. Sin embargo, el precio todavía no está establecido. La oficina de comunicación de AstraZeneca indicó que se está trabajando con la cadena de distribución para determinar el precio de venta en Costa Rica.
Por otra parte, Larisa Ramírez, directora médica de AstraZeneca para América Latina, destacó que evusheld es un tipo de fármaco llamado “inmunización pasiva”.
“Una vacuna te inyecta un antígeno, es decir, una proteína del virus para que tu cuerpo produzca el anticuerpo. Con la inmunización pasiva se da el anticuerpo de una vez para que trabaje directamente en el cuerpo y reconozca el virus en caso de enfrentarse con él”, aseveró.

Alrededor del 2% de la población mundial tiene un sistema inmunitario debilitado; se desconoce la cifra exacta para el caso de Costa Rica. Estas personas están divididas principalmente en dos grupos.
Por un lado están quienes por su enfermedad o por el tratamiento médico que reciben no tienen un sistema que funcione (inmunosuprimidos). Por otro lado, están las personas cuyas defensas no funcionan en forma óptima (inmunocomprometidos).
En esta población hay individuos con VIH o sida, receptores de trasplantes de órganos, pacientes con cáncer, especialmente del sistema hematológico (leucemias y linfomas), personas que reciben quimioterapia y quienes, por alguna enfermedad congénita, tienen una respuesta deprimida.
“Esta población tiene alto riesgo de complicaciones en caso de enfermar, pero además, si se vacunan el esquema completo no los protege tanto como nos protegería a quienes tenemos defensas normales. Algunas personas desarrollan una respuesta muy pobre a las vacunas”, indicó el infectólogo Jorge Cortés, quien ha trabajado de cerca con población inmunosuprimida.
Cómo funciona
La nueva terapia consiste en la combinación de dos anticuerpos monoclonales (mAb, por sus siglas en inglés). Los mAb son proteínas que el sistema de defensas utiliza para identificar y neutralizar “objetos extraños”, como bacterias o virus.
En el producto de AstraZeneca y la Universidad de Vanderbilt, los anticuerpos son producidos en un laboratorio. Estos se crearon a partir de células B (un tipo de célula de defensa) donadas por pacientes recuperados de covid-19.
Dicha combinación ayuda al sistema inmunitario a potenciarse, a generar más anticuerpos para que, en caso de encontrarse con el SARS-CoV-2, virus causante de la covid-19, puedan identificarlo y atacar.
Este mAb está diseñado para que dure alrededor de un año en el organismo de quien lo utiliza. Otros mAb (aplicados en diferentes tipos de enfermedades) tienen duraciones que van de los tres a los seis meses, principalmente.
A quienes tienen problemas inmunitarios, este fármaco se administra por vía intramuscular en una única dosis de 300 miligramos, compuesta por dos inyectables seguidos uno del otro.