Las diferencias de criterio entre médicos del Hospital Nacional de Niños y del Centro de Trasplante Hepático y Cirugía Hepatobiliar sobre el adecuado manejo de un programa pediátrico, tienen paralizados los trasplantes de hígado en niños.
Esta situación la reconocen todos. Desde la gerenta médica de la Caja, María Eugenia Villalta Bonilla, hasta las autoridades de ese hospital y las del Centro de trasplantes de la Caja.
Admitirlo, sin embargo, ha servido de poco, porque los papás de los niños candidatos a esta operación se siguen quejando de la falta de acción, mientras el tiempo corre en su contra.
“Nuestra percepción es que los cirujanos hepatobiliares con los que cuenta el país no se sienten confortables trabajando en el Hospital de Niños.
”Porque ha habido dificultades en la interacción (del Centro de Trasplante) con dos grupos: el grupo de cuidado intensivo y el de enfermería (del HNN). Nuestro desafío es limar esas esquinas, porque estamos convencidos de que este es el hospital capacitado para cuidar a los niños en un postrasplante de hígado”, dijo Olga Arguedas, directora a. i. del Hospital de Niños.
Según la funcionaria y el jefe de Cirugía, Jaime Cortés Ojeda, los especialistas en este tipo de injertos del Centro quieren operar a los menores en el México.
Arguedas y Cortés aseguran que ese otro hospital, enfocado en adultos, no está en capacidad de recibir a pacientes pediátricos.
María Amalia Matamoros, coordinadora del Centro de Trasplante Hepático de la Caja y asesora en este tema de la Gerencia Médica, opina lo contrario.
“El Hospital de Niños no cuenta con elementos básicos para hacer trasplante. Por ejemplo, enfermería entrenada. Se requiere integrar a un intensivista pediátrico y a un anestesiólogo.
”En donde es más fácil realizarlos es en el Hospital México, porque ahí se encuentran los equipos de apoyo y se permite el cuidado del paciente de forma directa”, dijo la cirujana.
“No me parece justo para pacientes y padres que se proponga hacer los trasplantes bajo condiciones inferiores a las necesarias”, agregó.
Para ella, “lo que sucede es como volver al pasado, antes de que los trasplantes iniciaran”.
Pero su intención choca contra pared. “Ni el personal de enfermería ni el de cuidado intensivo estaría de acuerdo en ir a cuidar a un niño en un hospital que no sea este, por una razón de seguridad”, recalcó Arguedas.
De cero. Aunque el Nacional de Niños realizó durante 14 años trasplantes de hígado en pequeños, ahí nunca funcionó un programa estable.
Los cirujanos que se iniciaron en estas operaciones, encabezados por Matamoros, están hoy en el Centro de Trasplante Hepático y Cirugía Hepatobiliar de la Caja, centrado más en adultos.
Jaime Cortés admite que lo que se ha suscitado es de índole “interpersonal”. “Ha pasado mucha agua debajo del puente entre los grupos y esto hace más difícil conciliarlos”, reconoció.
El jefe de Cirugía no se atreve a decir que la muerte de niños tenga relación directa con este conflicto, pero tampoco lo descarta.
Según Villalta, no es importante si hay diferencias. “Lo importante es dar pasos hacia atender a esta población”.