Un hombre con 16 años de haber sido esterilizado quirúrgicamente para no tener más hijos, logró producir espermatozoides nuevamente y dejar embarazada a su esposa.
A él se le realizó un procedimiento donde intervinieron especialistas en Reproducción Humana que utilizaron técnicas de fertilización in vitro.
El señor, de más de 40 años, no producía estos gametos ni en buena calidad ni cantidad luego de haberse realizado una vasectomía.
Esta situación es normal luego de tantos años de haberse esterilizado pues el organismo genera una respuesta autoinmune que, en el testículo, ataca la producción de espermatozoides.
En el laboratorio del centro privado Fertilización in vitro La California –llamado antes Instituto Costarricense de Infertilidad, y pionero de esa técnica en el país–, se lograron crear las condiciones para elevar el potencial de estas células lo cual permitió fecundar en laboratorio un óvulo de su esposa.
Aunque el embarazo no prosperó –se registró un aborto espontáneo poco después del primer mes de gestación–, a este paciente se le extrajo una porción del tejido testicular –túbulo seminífero–, que permanece vitrificada (congelada) para volver a practicar otra fecundación in vitro en los próximos meses.
Laboratorio, la clave
El procedimiento que se le hizo a este paciente se llama biopsia testicular o extracción testicular de esperma, explicó el urólogo responsable, Mario González Salas.
Pero esa no es la novedad, ya que ese procedimiento se realiza todos los días, en servicios de salud públicos y privados.
Después de cinco años de la vasectomía, comentó, la producción espermática es cero, hasta la nueva.
Por eso, el reto de sacar buen esperma se vuelve mayúsculo casi dos décadas después de la esterilización, y es lo que hace que este caso sea poco frecuente a nivel mundial, comentó Gerardo Escalante López, director de ese centro privado y pionero de las técnicas de reproducción asistida en Costa Rica.
En el laboratorio de embriología del centro, y con el apoyo de especialistas en Reproducción Humana –médicos, microbiólogos y biólogos–, se crearon condiciones para que los espermatozoides de esta persona multiplicaran su potencial 16 años después de la vasectomía.
El medio de cultivo para estas células se formó con enzimas, proteínas y aminoácidos, explicó Delia Ribas Valdés, subdirectora del centro y directora del laboratorio de embriología.
El procedimiento
En el quirófano y con anestesia general, a este paciente se le aspiró una zona del testículo llamada epidídimo con ayuda de una aguja para obtener espermatozoides.
También se abrió el testículo y se extrajo un pedazo de tejido con varios túbulos seminíferos, que es el área del testículo donde se producen estas células.
En ese tejido, las biólogas empezaron a buscar gametos jóvenes y los encontraron con apenas alguna movilidad. El resto se vitrificó (tipo de congelamiento rápido, a -200 grados centígrados, para proteger la célula), para utilizar con el mismo fin en el futuro.
"En el laboratorio, se utilizaron una serie de sustancias para aumentar su movilidad y vitalidad. Esos son los que se captaron", explicó Escalante. Vea infografía
Según González, a un paciente vasectomizado que desea volver a procrear se le propone como primera vía la vasovasostomía, o unión quirúrgica de los conductos deferentes que antes fueron cortados.
Sin embargo, en este caso, la persona escogió la segunda opción: la extracción testicular de esperma, que se realizó a principios de julio, con anestesia general.
Escalante considera que no se pueden garantizar buenos resultados después de una vasovasostomía.
"Los resultados después de la vasovasostomía son difíciles de garantizar y dependen mucho de cada caso y de la habilidad del urólogo.
"Extraer espermatozoides de testículo o epidídimo prácticamente siempre se conseguirá, pero será la excelencia del laboratorio la que logrará recuperar la condición espermáica que permita fecundar un óvulo", explicó Escalante.
Delia Ribas aseguró que esto abre una ventana de oportunidades a hombres con diferentes dificultades de reproducción, no solo para los vasectomizados.
La posibilidad de generar condiciones en laboratorio para que los espermatozoides vuelvan a ser funcionales también es una oportunidad para quienes quieran guardar estas células antes de entrar a un tratamiento oncológico (radio o quimioterapia), y para aquellos que sufren lesiones en la médula espinal.
Ambas representan situaciones que ponen en riesgo la capacidad reproductiva masculina.