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Fallas en la manipulación de las vacunas contra la covid-19, en la capacitación del personal y hasta en la verificación de los factores de riesgo de las personas que llegan a recibir las dosis.
Estos son señalamientos incluidos en una auditoría realizada por la Contraloría General de la República en algunas áreas de salud de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), cuyos resultados fueron dados a conocer este martes.
Según el estudio, en algunas instalaciones utilizadas no se cuenta con insumos para lavado de manos ni suficiente equipo de protección para los funcionarios.
Otro de los hallazgos es que los termos donde se almacenan las vacunas no están rotulados, de manera que se sepa con facilidad dónde están los frascos (viales) preparados para su uso.
Tampoco, añade, se lleva control de la hora de apertura de los viales, eso resulta de gran importancia debido a que las vacunas tienen un tiempo límite para su aplicación después de abierto el frasco.
Esos son algunos de los aspectos sobre los que llama la atención la Auditoría de carácter especial sobre las acciones desarrolladas para procurar la disponibilidad, despliegue y aplicación de la vacuna contra la covid-19.
Este análisis se realizó entre el 26 de febrero y el 26 de mayo pasados.
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La Contraloría evaluó los siguientes aspectos:
Cadena de frío de la vacuna
Según la CGR, en lo relativo a la cadena de frío, en las regiones Central Norte, Central Sur, Pacífico Central y Chorotega persisten debilidades en cuanto a la falta de capacitación, carencia de plantas eléctricas y de planes de contingencia en caso de alguna falla, así como la asignación de un responsable de vigilar y realizar los registros de temperatura.
“Se carece de personal asignado para la limpieza del refrigerador y la custodia de las vacunas e insumos después de la jornada laboral y fines de semana”, indicó el órgano contralor.
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Técnica de preparación y aplicación
En las regiones Central Norte, Central Sur y Huetar Atlántica se presentan “omisiones o fallas en aspectos tales como la ausencia de capacitación del personal y supervisión en el tema.
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“El equipo requiere de mayor apoyo del personal vacunador, los termos no se encuentran rotulados con viales preparados y sin preparar, no se lleva control de la hora de apertura de los viales, y según señala la información de los instrumentos, se aplican controles no estandarizados, de acuerdo a lo establecido”.
Planificación
En las áreas de salud y hospitales pertenecientes a la Región Central Norte, Central Sur y Pacífico Central, se evidenció la ausencia de informes respecto al avance en la vacunación, se desconoce la distribución de vacunas por parte del nivel central al local y no se hace una revisión diaria de insumos (jeringas y agujas) contra el registro de los vacunados.
“Se presentan deficiencias en la conformación de listados de los grupos (no están firmados, falta de información del usuario) o bien no se realiza una búsqueda exhaustiva de las personas pendientes de vacunar”, se lee en el informe de auditoría.
Medidas de bioseguridad
Con respecto a las medidas de bioseguridad en la Región Huetar Norte, Huetar Atlántica y Central Sur, la Contraloría detectó que no se tienen afiches alusivos a la vacunación y en algunos casos se disponen en mal estado o desactualizados.
A su vez, el personal no verifica los factores de riesgo de la persona a vacunar para avanzar de acuerdo a los cinco grupos prioritarios.
Se evidenció la falta de insumos para el lavado de manos, la falta de protección del personal (solo la mascarilla) y vacunatorios donde la separación de los desechos (agujas, jeringas y viales), no se realiza según lo normado.
En relación con el tema de manipulación, la misma CCSS dio a conocer en los últimos días errores en áreas de salud.
Uno se registró en un Ebáis de una zona bananera de Limón, el 28 de junio, donde una auxiliar de enfermería alertó de que por error habría vacunado a un bebé contra covid-19, vacuna que solo es aplicable a mayores de 12 años.
Por precaución, tres niños estuvieron bajo vigilancia, sin que reportaran síntomas.
El segundo hecho ocurrió en Oreamuno de Cartago, donde a un grupo de 78 vecinos se les debió aplicar una tercera dosis de la vacuna de Pfizer luego de comprobarse que, por error, recibieron la segunda en un suero de agua purificada distinto al recomendado por la farmacéutica.
Avance desigual
La Contraloría también señaló en su análisis un “avance promedio” en la aplicación de la segunda dosis en los vacunación que se encuentra entre 15% y 22%.
A nivel nacional, el país tiene un avance promedio en la aplicación de segunda dosis (según la población objetivo) de un 20,5%. En cuanto a los rangos entre regiones, la región Atlántica presenta 15,7% mientras que la Chorotega un 22,0%, según datos de la semana del 5 al 9 de julio del 2021.
“Es relevante analizar las diferencias en relación con las poblaciones meta a vacunar, por ejemplo al comparar el avance según grupos de vacunación, 72 establecimientos de salud aún se encuentran vacunando a personas del grupo 2; mientras que 35 establecimientos indican que ya se completó este grupo. Respecto al grupo 3, once centros de salud (de un total de 136) indican que ya completaron la vacunación”, explicó la Contraloría.
Con respecto al grupo 4, 48 centros de salud indican haber completado la vacunación, en tanto en 29 centros no se ha iniciado la vacunación en dicho grupo.
Además, la región Central Sur, en comparación con la Central Norte, tiene una mayor cantidad de población de más de 16 años por inmunizar, sin embargo, ambas regiones muestran un porcentaje de avance similar (21,3% y 21,6%, respectivamente).
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“Ante las diferencias en el avance de la inmunización, el órgano contralor reitera la necesidad de fortalecer la estrategia de vacunación en todos los aspectos mencionados, así como potenciar la utilización de datos para la toma de decisiones”, recomendó.
La Nación consultó tanto al Ministerio de Salud como a la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) sobre los señalamientos. Se está a la espera de su respuesta.
