
La cumbre de Naciones Unidas en Niza, Francia, reunirá a líderes mundiales del 9 al 13 de junio para abordar la emergencia de los océanos. La reunión busca trazar una hoja de ruta y recaudar fondos para proteger los ecosistemas marinos de la sobreexplotación y el colapso ambiental.
El presidente Rodrigo Chaves confirmó su participación en la cita y arribó este sábado a territorio francés.
Mientras los arrecifes de coral se blanquean, las reservas de peces colapsan y las temperaturas del mar baten récords históricos, los líderes mundiales se encaminan a la Riviera francesa a una de las reuniones diplomáticas más urgentes del año, donde tampoco hay consenso de si se logrará el objetivo de fondo.
Copatrocinada por Francia y Costa Rica, la cumbre busca acordar políticas comunes y conseguir financiamiento para enfrentar la sobrepesca, la contaminación plástica y la minería en aguas profundas.
Está prevista la participación de unos 70 jefes de Estado y de Gobierno en la ceremonia inaugural, entre ellos el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva y Chaves, quien confirmó su salida hacia Francia este viernes.
“El océano está en estado de emergencia. Esta no será solo otra reunión rutinaria”, advirtió el subsecretario general de la ONU, Li Junhua, en una nota de prensa de la Organización esta semana.
Aunque no se trata de una cumbre con decisiones legalmente vinculantes, se espera que impulse acuerdos clave para la conservación marina.
Océanos, los grandes olvidados
Uno de los puntos centrales es el impulso a la ratificación del tratado de protección de aguas internacionales (conocido como Tratado de Alta Mar), adoptado en junio de 2023 tras años de negociaciones.
Este tratado permitiría crear zonas marinas protegidas y regular actividades como la pesca o la minería submarina, con el objetivo de conservar el 30% de los océanos para 2030.
La Unión Europea y seis de sus estados miembros —Chipre, Finlandia, Hungría, Letonia, Portugal y Eslovenia— ratificaron esta semana el tratado, sumándose a Francia y España.
Con estos avances, el número de países que han completado el proceso asciende a 29, aún lejos de los 60 requeridos para que el acuerdo entre en vigor.
Aunque la expectativa inicial era celebrar la entrada en vigor del tratado durante la conferencia de Niza, los plazos legales lo impiden. El acuerdo solo entrará en vigencia 120 días después de la sexagésima ratificación.
Aun así, Francia considera como prioridad lograr las firmas necesarias “si no en Niza, al menos en un futuro muy próximo”, expresó el embajador francés ante la ONU, Jérôme Bonnafont.
El financiamiento es el otro gran reto.
Los océanos son el objetivo menos financiado dentro de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU.
En ese contexto, la conferencia de Niza busca cambiar esa tendencia y generar compromisos concretos, aunque persisten dudas sobre si logrará mover las líneas en un contexto global marcado por tensiones geopolíticas y escasos consensos en temas ambientales.
Una ceremonia especial organizada por la Oficina del Tratado de la ONU tendrá lugar el 9 de junio en Niza para dar visibilidad al proceso de ratificación del acuerdo.
Los océanos cubren casi la mitad del planeta y son vitales para la vida humana.
Su deterioro avanza a un ritmo alarmante, y según los organizadores de la cumbre, aún hay a tiempo de revertir el rumbo, pero solo si hay voluntad política y cooperación internacional efectiva.
Según la ONU, los océanos del mundo absorben 30% de todas las emisiones de dióxido de carbono (CO2) y capturan 90% del exceso de calor generado por estas emisiones, actuando como un amortiguador vital contra los impactos del cambio climático atizado por el ser humano.
Sin embargo, el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero ha afectado la salud de los océanos al calentar y acidificar el agua del mar, lo que a su vez perjudica la biodiversidad y reduce la capacidad del océano para absorber CO2.
Cuando se adoptó el Tratado de Alta Mar, los países establecieron un objetivo político para su entrada en vigor en un plazo de dos años, a tiempo para la tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos (ONUC), que comienza la otra semana.
