Los 57 diputados estrenaron este lunes, oficialmente, el plenario del nuevo edificio de la Asamblea Legislativa, con mayores restricciones de acceso a los medios de comunicación.
Ahora, las sesiones parlamentarias se llevan a cabo un recinto ubicado en el sótano 4, lejos de todo contacto con las personas.
El edificio de ¢83.000 millones se inauguró con un acto solemne en la sesión plenaria, que la abrieron con una oración de la pastora evangélica Carmen Carazo Fonseca y del arzobispo de San José, José Rafael Quirós.
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“Qué hermoso y reconfortante saber que, en medio de tiempos difíciles y convulsos, hay hombres y mujeres que buscan la bendición del Señor”, abrió la inauguración Carazo, originaria de Limón.
Dirigidos por ella, todos los diputados presentes en el salón hicieron una oración, donde la pastora dijo que los legisladores son los que tienen la responsabilidad de hacer grande ese edificio parlamentario.
Mientras tanto, en los alrededores de las nuevas instalaciones, un fuerte contingente policial se encontraba a la expectativa de cualquier conato de manifestación que podría haberse dado en las calles.
No obstante, por instrucciones de la administración parlamentaria, aún se mantienen las latas del cerco alrededor del edificio que impiden el libre acceso a los bulevares y calles aledañas.
El plenario se ubica cuatro pisos por debajo del nivel de la calle, y el acceso principal al público, que aún no está abierto, está al costado norte de la Plaza de la Democracia.
El director ejecutivo de la Asamblea, Antonio Ayales, afirmó que la administración buscó un equilibrio entre proyecto bioclimático y un edificio moderno.
“El edificio tiene un aislante que mantiene una temperatura muy fresca dentro. El dióxido de carbono es uno de los mayores contaminantes que hay. Tiene un montón de ventajas el edificio, paneles solares, reciclaje de aguas de lluvia y de subsuelo”, indicó.
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Según Ayales, fue un esfuerzo importante para que el país tenga una Asamblea de primer mundo, pero reconoció que aún hay muchos detalles por afinar, por ejemplo que muchos ascensores no funcionaron como debían.
“Hay quejas de la gente, Internet no está funcionando muy bien aquí abajo (en el plenario). Faltan equipamientos, artículos para que todo funcione. Es como pasarse a una casa, hay que tener un poco de paciencia”, dijo el jerarca administrativo.
Añadió que las 57 oficinas de los diputados son todas iguales, para terminar con los problemas que, por años, generó el reparto de las oficinas.
Restricciones a la prensa
Los periodistas de diferentes medios que asistieron a la primera sesión en el plenario legislativo, este lunes, manifestaron una serie de restricciones que entorpecen su trabajo y así lo reclamaron.
La barra de prensa se ubica un piso y medio por encima del plenario y se generaron directrices contradictorias entre la jefatura de Seguridad y el departamento de Prensa y Protocolo.
En el anterior edificio, el espacio para la prensa estaba adjunto al plenario y, de ser necesario entrevistar a los congresistas, el acceso era inmediato. Sin embargo, la distancia entre la barra y el nuevo plenario es mayor a 10 minutos, porque es necesario darle la vuelta a todo el piso S-3, para llegar al plenario, ubicado en el S-4.
Los funcionarios de Seguridad solo permitieron el ingreso de periodistas al área del plenario en compañía de los asesores de las bancadas legislativas. La instrucción habría llegado de parte de la Presidencia del Congreso.
A este medio, finalmente, se le permitió el acceso libre, ante una gestión del departamento de Prensa y Protocolo.
Antonio Ayales argumentó que, en los próximos días, se conocerá un manifiesto firmado por 28 periodistas de 13 medios, donde se solicitó el acceso total y transparente a todos los espacios comunes del nuevo edificio.
Añadió que es necesario hacer reuniones entre la administración y los medios para llegar a un acuerdo.
“Hay que encontrar puntos de encuentro, conversando y dialogando, para tener una buena relación. Yo creo que la prensa debe tener lugares de privilegio, porque a través de la prensa es que el país se entera de lo que está sucediendo acá”, dijo.
Ayales reconoció que el edificio dificulta el libre acceso por los pasillos. “Hay puertas de vidrio, abiertas y los diputados, de alguna manera, quieren guardar su seguridad y sus reuniones. En eso, el edificio es diferente al otro”, apuntó.
Yesenia Alvarado, de Telenoticias, dijo que ella espera que los problemas de este lunes sean cosa del primer día.
“Así podría ser imposible y se estaría poniendo un obstáculo al trabajo que realiza la prensa. Con mucha suerte se pueden tardar 10 minutos desde la barra al lobby donde se puede entrevistar a un diputado. No estamos pidiendo entrar al plenario, sino espacio para hacer nuestro trabajo, sin obstáculos”, explicó.
“No entendemos por qué se nos condicionó así el espacio para nuestro trabajo. Esto tiene que cambiar”, indicó.
Natalia Díaz, del Semanario Universidad, planteó que el problema más severo para el trabajo es de visión y de audio, porque el piso donde está la barra no permite un acceso directo al sonido del recinto parlamentario.
“Todos los escritorios tienen un bloqueo de visión al frente, una pared opaca, y como si fuera poco, las ventanas solo tienen un área que permite una visión más completa, pero está muy lejos de las áreas para escribir”, indicó.
Agregó que, en el vestíbulo, pudo entrevistar a un diputado por más de un minuto y, apenas terminó, el personal de Seguridad la estaba sacando del espacio.
El periodista de diario Extra, Bharley Quirós, enfatizó la limitación visual desde la barra de prensa hacia el plenario, por las características de los cubículos.
“Es bastante complejo llegar al lobby y tener acceso a los diputados. Hay que recorrer mucha distancia, que podría agravarse por los ascensores. En mi caso, incluso me dijeron que solo podía ingresar a ese espacio con el asesor de un diputados", agregó.
Cruickshank: 'Hoy ingresamos a la ‘tierra prometida’
El presidente de la Asamblea Legislativa, Eduardo Cruickshank, comparó el nuevo edificio del Congreso con la “tierra prometida” de los judíos, al afirmar que el edificio que ocupó el parlamento durante 62 años no estaba diseñado para ser sede legislativa.
“Iniciamos funciones en la nueva sede, edificada sobre sólidos fundamentos, a saber: la Biblia, la Constitución Política, el Reglamento de la Asamblea Legislativa y el pabellón nacional", indicó.
Pese a la lejanía que tiene el plenario de la prensa y de la ciudadanía, Cruickshank aseguró que el diseño del edificio “fue pensado para garantizar el acceso y transparencia a lo interno, durante el proceso de formación de la ley, y fortaleza a lo externo, cuando la ley rige para todos”.
El restauracionista adujo que, en la nueva Asamblea, las decisiones se tomarán “con la misma transparencia que sus paredes internas, consolidando de esta forma los valores democráticos de apertura, transparencia y acceso”.