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El Instituto Tecnológico de Costa Rica (Tec) asegura “ser consciente” de que urge un cambio cultural dentro de la institución para acabar con esos casos.
Este martes, la universidad envió un comunicado en el que afirma tener claridad con respecto a la urgencia de cambiar la cultura dentro de la institución y se manifiesta preocupada por las pocas denuncias formales sobre acoso sexual y violencia de género, en comparación con la cantidad de consultas a la institución y las manifestaciones en redes sociales.
“Las autoridades son conscientes de que la problemática requiere de un cambio cultural, el cual debe ser impulsado a través del debido proceso, ya que las denuncias bien presentadas permiten a la administración sancionar y aleccionar tanto a funcionarios como estudiantes”, dicta la comunicación enviada por el Tec.
La casa de enseñanza no detalló qué implicaría exactamente ese cambio cultural, ni dijo cuáles serían las actitudes por corregir entre docentes, funcionarios administrativos y estudiantes, para acabar con esa “cultura internalizada en las estructuras patriarcales” de la sociedad.
No obstante, reforzó la posición de que solo es posible lograr un cambio de paradigma sobre el hostigamiento sexual si este es denunciado.
El Tec todavía no responde a la solicitud hecha por La Nación de revelar la lista de los funcionarios públicos que han recibido sanciones por cometer hostigamiento sexual, al tiempo que universidades como la UCR y la UNA rehusaron dar a conocer los casos.
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Pocos casos llegan a ser denuncia
Según cifras de la oficina de Equidad de Género del Tec, en 15 años han recibido solo 23 denuncias formales de personas acosadas sexualmente dentro de la institución y en las sedes regionales.
Aunque la institución cuenta desde 1998 con un reglamento para sancionar estos casos, fue hasta en el 2003 cuando se presentó la primera queja.
“(Las denuncias) resultan pocas ante el volumen de los casos que se manifiestan por medio de las redes sociales y de las personas que realizan consultas, pero no deciden poner una denuncia formal".
“Es por eso que hacemos un llamado a las personas que se sientan afectadas a recurrir por los medios formales, para poder enfocar los esfuerzos institucionales en acciones concretas que conduzcan a un cambio”, añade el comunicado.
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Asimismo, la entidad educativa reconoció la obligación de revisar la plataforma de respaldo y de acompañamiento que ofrece a las víctimas de acoso.
“Lo denunciado por los colectivos nos debe llamar a la reflexión y la constante revisión de la efectividad de los mecanismos que la Institución a lo largo de su historia ha incorporado en su quehacer”, agrega la institución.
El pasado 27 de mayo, un grupo de 20 estudiantes de la Universidad de Costa Rica (UCR), la Universidad Nacional (UNA) y el Tec, en nombre de todas las mujeres de las casas de enseñanza superior públicas, se declararon en estado de emergencia por la violencia sexual y de género que viven en las aulas.
De las 23 denuncias formales de hostigamiento sexual que ha gestionado la oficina de Equidad de Género del Tec en los últimos 15 años, ocho de estas fueron contra profesores, 12 contra estudiantes, dos contra administrativos y una contra una persona externa a la institución.
Durante los procesos, cuatro de los profesores implicados, para quienes la sanción sería el despido, renunciaron antes de ser penalizados.
En cuanto a los otros cuatro docentes, uno fue despedido, dos fueron suspendidos sin goce de salario por tres meses y el cuarto también recibió una suspensión, pero por ocho días, confirmó la entidad.
Seguimiento a las víctimas
En el comunicado, el Tec enumera una serie de acciones empleadas para atender las situaciones de hostigamiento sexual. Estas son:
-Capacitación para sensibilización y concienciación
-Atención psicológica
-Asesoría y acompañamiento legal a las víctimas
-Charlas a los estudiantes de primer ingreso y procesos de inducción de personal
-Un nuevo reglamento que entró en vigencia en agosto del 2018
-Campañas de sensibilización
Esta casa de enseñanza cuenta con un reglamento contra hostigamiento sexual desde 1998. Este fue reformado en el 2010, cuando se renovó la Ley integral contra el hostigamiento sexual en el empleo y la docencia, a la que está adscrito.
Recientemente, en el 2018, la normativa del Tec pasó por otra reforma. El nuevo reglamento establece una fiscalía que acompaña psicológicamente y brinda asesoría legal a las víctimas.
Asimismo, hace un intento por tipificar las faltas para quienes incurran en hostigamientos sexuales e incorpora un artículo para penalizar con más dureza a los reincidentes.
En esta institución, una falta leve por parte de un docente se penaliza con una amonestación escrita, la cual queda en el expediente.
Una falta grave supone una suspensión, sin goce salarial, de entre ocho días y seis meses.
En tanto, una falta muy grave se castiga con despido sin responsabilidad patronal, y no se vuelve a contratar a la persona por un plazo máximo de 10 años.
Según constató este medio tras una revisión de los reglamentos contra hostigamiento sexual de las universidades públicas, estos favorecen la impunidad, pues presentan vacíos para calificar la conducta de los agresores.
