
Managua. Por un choque con lesiones leves para el conductor de una motocicleta, el editor de la página de opinión del diario La Prensa, Luis Sánchez Sancho, de 73 años, pasó seis días en las celdas del Distrito III de la Policía de Managua.
El también exdiputado fue liberado al validarse un acuerdo que había convenido con el motociclista desde el primer día. En su criterio, la demora en resolver el caso es el fiel ejemplo de cómo el gobierno de Daniel Ortega aprovecha cualquier oportunidad para intimidar al periodismo crítico nicaragüense.
“El régimen se quiso aprovechar, no sé, para dar una lección como parte de una política de reprimir a los periodistas simplemente por el hecho de ser periodista, como para obligar a uno a autocensurarse”, explica Sánchez, quien afirma que no recibió agresiones físicas ni verbales de la policía.
A continuación, un extracto de la entrevista con Sánchez realizada la tarde del 26 de diciembre mientras él salía de su oficina en la redacción del diario La Prensa, en Managua.
– ¿Cómo resume la situación actual del periodismo independiente en Nicaragua?
– Esta es la etapa más dura que ha pasado el periodismo independiente de Nicaragua. Se dice independiente por adjetivarlo, pero la verdad es que el periodismo, para ser auténtico, tiene que ser independiente.
– ¿Puede ser más dura que durante la dictadura de Somoza?
– Claro. En la época somocista hubo represión fuerte, persecución a periodistas, encarcelamiento, hubo el caso dramático del asesinato a Pedro Joaquín Chamorro (en 1978) por ser periodista. Claro, él estaba vinculado a un compromiso político con la libertad y la democracia para hacer de Nicaragua de nuevo una república, pero realmente lo matan por ser periodista. Anteriormente mataron (en 1959) a Manuel Díaz y Sotelo no por ser periodista, sino por ser combatiente contra la dictadura somocista.
"Durante la primera dictadura sandinista (en la década de 1980), hubo hubo mucha represión. Entraron aquí a la redacción de La Prensa y sacaron violentamente, para mencionar algunos casos personales, a Horacio Ruiz, que era el jefe de redacción del periódico, a Mario Alfaro Alvarado, que era un periodista de la sección política. Los ultrajaron, los vapulearon, pero este sistema de represión sistemática organizada (de ahora), deliberada, no se había experimentado antes.
“El periodismo siempre es una profesión de riesgo, pero ahora (en Nicaragua) no es solo una profesión de riesgo, sino realmente un peligro, incluso de muerte, en el ejercicio”.
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– ¿En qué otras condiciones se está ejerciendo periodismo independiente en Nicaragua, un país donde no hay guerra?
– En las peores condiciones. No hay acceso a la información oficial. Cuando los periodistas tratan de ingresar a los lugares donde se produce la información de interés público, del Estado, del gobierno; se les maltrata. De manera que muchas veces se tiene que estar pendiente de las transmisiones oficiales para hacer la interpretación adecuada del hecho y transmitírsela a nuestros lectores de acuerdo a como son.
“Luego está el temor. El fin de semana un reportero que fue a cubrir un suceso común y corriente, por parte del Canal 10 de televisión, fue atacado por turbas sandinistas, golpeado, el vehículo casi destrozado. ¿Por qué? Tal vez el hecho de que el suceso era la muerte de un ciudadano, matado por un policía, hijo de una concejal del PLC (Partido Liberal Constitucionalista) en la alcaldía de Managua, pero cualquiera que sea el caso, la víctima o el victimario, no hay por qué atacar, agredir a periodistas como este fue agredido. Y no es un caso excepcional, es uno más como ha venido ocurriendo a lo largo de estos últimos meses”.
– El problema de La Prensa que el gobierno le tiene retenida en aduanas papel, tinta y planchas; y la restricción de publicidad estatal a medios independientes, se suman a esas condiciones críticas…
– En este momento, el gerente general de La Prensa (Hugo Holmann) ha denunciado que, si no se libera el papel y otros insumos para la producción del periódico, que están retenidos en aduanas, entonces no se garantiza que se siga publicando la versión impresa del periódico hasta después de febrero.
– ¿El periodista independiente cómo vive en la Nicaragua de hoy para evitar agresiones cuando regresa a su casa?
– Es una situación angustiosa. Tenemos casos de los periodistas en La Prensa que han sido asaltados en sus casas. Al amparo de la medianoche, se han introducido individuos que los han vapuleado. En otras oportunidades, al salir de sus casas al trabajo o para cualquier otro lugar, están siendo perseguidos, los esperan en un lugar y los golpean. Entonces la situación es realmente crítica, angustiosa, se trabaja con temor.
– Además, han venido asfixiando económicamente La Prensa y al periodismo independiente en general.
– Claro, con el hecho de suprimir la publicidad gubernamental. En La Prensa solo se publican anuncios que tienen que ver con proyectos de organismos financieros internacionales y que establecen en sus cláusulas que se deben publicar los contratos o los anuncios relativos a sus concesiones en periódicos independientes.
“Es muerte lenta, una asfixia gradual, poco a poco estrangulando, no de una sola vez como ha sido el caso de extrema brutalidad contra 100% Noticias y, luego, en segundo orden contra Confidencial, Esta Semana y otros medios”.
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– ¿Cree que el régimen de Ortega puede caer pronto?
– Claro que sí. La impresión que tengo es que el régimen aparentemente ha ganado la batalla, ha logrado vencer la rebelión ciudadana, pero está herido de muerte. No se va a recuperar, es muy difícil, es imposible, no tiene ni los recursos propios ni ajenos de países amigos, compinches que lo puedan ayudar a salir de la situación.
– ¿Cómo es la represión actual? ¿Es selectiva o generalizada?
Creo que de las dos maneras, se reprime en general y se reprime selectivamente. Se está buscando a los que participaron como jefes de las protestas y de la acciones de rebelión y rebeldía en los tanques (bloqueos en carretera), pero también se están llevando a todo mundo. Caso insólito como este corredor maratonista (Alex Vanegas Potoy) que es un señor de avanzada edad (62 años), lo tienen preso por el hecho de que andaba corriendo con la bandera de Nicaragua y diciendo ‘corro para correr a Ortega’.
– ¿El objetivo de Ortega y Murillo es acallar cualquier voz crítica, incluso a quienes lanzan globos azules y blancos?
– Exactamente. Es característico de todo sistema totalitario, imponer todo el silencio político, que no haya expresión, que no haya protesta, que no haya ninguna manifestación de rebeldía. Imponen una paz y una tranquilidad basada en el terror.
– ¿Por eso ya no se ven protestas en las calles?
– La gente lo ha intentado e, inmediatamente, cae la represión y lo impiden, como en Cuba, es igual que en Cuba.
– ¿Ortega está cubanizando Nicaragua?
Nicaragua bajo el régimen de Ortega es parte de lo que le llaman las dictaduras Castro-Chavistas del socialismo del Siglo XXI. Daniel Ortega lo ha dicho, su ideal de sociedad es Cuba.
“Ellos hablan de elecciones, pero al estilo de Cuba. En Cuba hay elecciones, pero no se decide nada, todas las cosas las decide la cúpula del partido comunista. Ese es el proyecto de él que, al parecer, quería traerlo poco a poco, de manera gradual en virtud de la experiencia de los años 80 que fracasó, pero la rebelión del pueblo lo ha obligado a acelerar lo que ellos llaman la radicalización de la revolución. Ese es el modelo, ese es el proyecto”.

– ¿Quién es Daniel Ortega en la opinión de un editorialista como usted?
– (Ríe). Es el dictador de Nicaragua como era Somoza, como era Zelaya (1893 - 1909). Generalmente, se toma el poder para establecer una nueva dictadura. El caso de Costa Rica es único, excepcional, que hace 70 años un grupo armado toma el poder para abolir el ejército, para establecer un sistema político de libertades y de garantías, con elecciones libres.
“Eso en otro lado no ocurre. Siempre que alguien toma el poder por medio de la violencia impone una nueva dictadura, eso es lo que ha ocurrido en Nicaragua. El poder de Daniel Ortega viene de ahí, acumularon enorme poder en los años 80. Cuando tiene que entregar el gobierno en abril del 90 como consecuencia de los acuerdos de Esquipulas, por la presión internacional y el agotamiento del país y del mismo poder sandinista por la guerra, porque la Unión Soviética está colapsando y está quitándole el respaldo al régimen revolucionario de Nicaragua, tiene que entregar el gobierno; pero se queda con la mayor parte del poder: poder judicial, poder militar, poder policial, poder de facto que ahora lo ha potenciado, lo ha fortalecido”.
– Ahora Ortega llegó por la vía electoral…
– En general hay una estrategia: en el siglo pasado la estrategia de los movimientos revolucionarios de tipo marxista era tomar el poder por medio de la lucha armada, la insurrección, la guerra de guerrillas, etc.
“En este siglo la estrategia es tomar el poder por medio de las facilidades que les da la democracia, la democracia da muchas facilidades para tomar el poder. Un partido, un caudillo, un populista demagogo mentiroso puede engañar a la gente aprovecharse de las dificultades sociales y económicas que pasa la gente y puede ganar una elección”.