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Adultos repatriados desde Venezuela junto a funcionarios del Departamento Consular de Cancillería. Entre los migrantes están Marcos Castillo (tercero de izquierda a derecha) y Armando Giralt (penúltimo de izquierda a derecha). Foto: Cortesía de la Cancillería.
Cinco adultos y tres menores costarricenses, que vivían en Venezuela, llegaron este jueves al aeropuerto Juan Santamaría a las 9.08 a. m., luego de que se quedaron sin medios para subsistir en el país suramericano.
Son cuatro hombres y cuatro mujeres. Los menores tienen 15, 11 y cuatro años.
Ellos conforman el segundo grupo de nacionales que la Cancillería repatria desde Venezuela, por tratarse de personas que se encontraban en condiciones de vulnerabilidad en medio de la crisis sociopolítica y económica.
El primer grupo lo integraron nueve ticos que llegaron al país en julio. Este segundo viaje se empezó a gestar en ese mismo mes, informó el Ministerio de Relaciones Exteriores en un comunicado.
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De acuerdo con la Casa Amarilla, para traer a los tres menores, el gobierno de Costa Rica tuvo que gestionar un permiso especial, debido a que ellos también tienen nacionalidad venezolana.
Uno de los recién llegados es Armando Giralt, un cartaginés de 64 años quien vivía en Venezuela desde que era niño y luego se dedicó al comercio, hasta que la crisis económica acabó con su pequeño negocio.
Él tuvo que viajar 18 horas desde San Antonio de Táchira, cerca de la frontera con Colombia, para abordar el vuelo comercial que salió de Caracas.
“Estoy feliz de llegar a Costa Rica. Siento que me han dado un gran apoyo. A todos. Y pensamos hacer una nueva vida. Triste porque no pude traer a mi esposa, por falta de documentos. Ha sido imposible”, dijo Giralt al personal de la Cancillería cuando aterrizó en Alajuela.
Junto a él viajó Marcos Castillo, de 53 años, quien también hizo prácticamente toda su vida en Suramérica.
“Me llevaron a estudiar. Feliz de llegar nuevamente a tierra costarricense. Considero y siento que solo en una democracia se puede vivir bien, una vida estable, una vida con propiedad, bien”, declaró a su retorno.
La repatriación de los ocho costarricenses la coordinaron la dirección de Integración y Desarrollo Humano de la Dirección General de Migración y Extranjería y el departamento Consular de la Dirección General del Servicio Exterior de la Cancillería.
También colaboró el Consulado costarricense en Ciudad de Panamá, donde el grupo hizo escala.
Según informó Migración, los costos del viaje se cubrieron con ¢5 millones del Fondo Social Migratorio.