El empate técnico en intención de voto, en el que se encuentran los dos candidatos presidenciales a diez días de las elecciones esconde, diferencias en el tipo de votantes que respaldan a cada uno.
Tanto el Partido Acción Ciudadana (PAC) como Restauración Nacional mantienen los apoyos que tuvieron en primera ronda, según la más reciente encuesta del Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP). La diferencia está en el tipo de votantes nuevos que han logrado captar.
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Según ese estudio, Fabricio Alvarado ha logrado captar más personas que no votaron en primera ronda (20%, frente al 16% que se inclina por el PAC), pero Carlos Alvarado tiene ventaja entre los ciudadanos que en primera ronda votaron por otras agrupaciones políticas.
En términos generales, la intención de voto es de un 43% a favor de Fabricio Alvarado, y de 42% para Carlos Alvarado, lo que en realidad es un empate técnico, debido a que el margen de error de la encuesta es de 2,8 puntos hacia arriba o hacia abajo.
Según la encuesta del CIEP, en este momento, Fabricio Alvarado obtiene un tercio de quienes votaron por otros partidos en primera ronda, mientras que Carlos Alvarado capta aproximadamente la mitad.
Tales características, según los investigadores del Centro, implica retos distintos para los dos partidos.
"El del PAC es consolidar esos que tiene, y el de Fabricio es que eso no se le fugue", dijo Ronald Alfaro, coordinador del proyecto de investigación.
El investigador explicó que la masa de votantes del PAC debería ser más sólido, porque se reforzó de personas que ya habían asistido a las urnas el 4 de febrero, aunque hayan elegido otros partidos. Esos electores, según Alfaro, tienen mayor predisposición a ir a votar en la segunda ronda.
Al contrario, el votante que se unió a Restauración Nacional suele ser "suave", de acuerdo con el funcionario del CIEP, porque está compuesto en mayor medida por personas que no quisieron votar en la primera ronda y, por lo tanto, son más propensos a abstenerse de nuevo el 1.° de abril.
"Así como usted lo tiene, así se le va", señaló.
Alfaro señaló, además, que es importante tener en cuenta las dos experiencias con segundas rondas electorales que ha tenido el país: los comicios del 2002 y los de 2014.
En ambas ocasiones, según lo halló el Programa Estado de la Nación, los electores tuvieron comportamientos similares: aproximadamente el 50% de los empadronados votó en ambas rondas, cerca del 20% votó en la primera vuelta y se abstuvo en la segunda, aproximadamente un 5% fue a las urnas solo en la segunda y alrededor de un 25% no fue a votar en ninguna de las dos fechas.
Alfaro recordó que, pese a que los antecedentes dan una idea de la forma en la que probablemente se comporte el electorado, la campaña electoral de 2018 ha demostrado que acontecimientos inesperados podrían cambiar el curso de la elección, incluso a pocos días de las elecciones.
Votantes de otros partidos se definen
La última encuesta del CIEP antes de las elecciones evidencia que los electores que votaron por otros partidos en la primera ronda, conforme se acerca la fecha de la segunda vuelta, definen su apoyo a favor de uno u otro partido, aunque principalmente a favor del PAC.
El estudio tomó en cuenta a las personas que votaron por el Partido Liberación Nacional (PLN), el Partido Unidad Social Cristiana (PUSC), el Partido Integración Nacional (PIN) y el Partido Republicano Social Cristiano.
Así reportan que van a votar esos electores: los del PLN están en un 49% con el PAC, y en un 28% con Restauración Nacional; los de la Unidad en un 61 con el PAC y en un 15% con Restauración; los del PIN en un 53% con el PAC y un 24% con Restauración; mientras que en el caso del Republicano, un 46% está con el PAC y un 28% con Restauración.
De acuerdo con Alfaro, el comportamiento de los electores a lo largo de la campaña electoral, así como lo reñido de los porcentajes obtenidos por Carlos Alvarado y Fabricio Alvarado en la primera ronda, hacen pensar que el resultado de esta elección será sumamente cerrado.
Además, probablemente la definirá un número relativamente bajo de electores.
"Todo apunta a que sea una elección de dientes apretados", dijo Alfaro.
"Entraron con un piso muy bajo, es decir que son muy dependientes de lo que venga de otras partes y, aun teniendo esos dos desafíos en estas circunstancias, están en un empate. Y la participación de segundas rondas es menor que la de las primeras, cada vez se le va cerrando el embudo y usted dice 'claro, saque a estos, quite a los indecisos que no van a votar...'. Eso hace que la porción del electorado sea muy pequeña", explicó el investigador.