Con casco, lentes de sol y hasta con su propia cédula, el perro Lorenzo anduvo de un centro de votación a otro en Cartago, acompañando a su dueño y dándole a las elecciones nacionales una de las infaltables escenas pintorescas.
Con casco, lentes de sol y hasta con su propia cédula, el perro Lorenzo anduvo de un centro de votación a otro en Cartago, acompañando a su dueño y dándole a las elecciones nacionales una de las infaltables escenas pintorescas.
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