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El presidente de la República, Carlos Alvarado Quesada, habló de su gestión tras cumplir tres años como mandatario. La educación, dijo, es una de las principales preocupaciones. Foto: Rafael Pacheco (Rafael Pacheco Granados)
El pasado 9 de abril, el presidente Carlos Alvarado reconoció en un evento público en San Ramón, Alajuela, su preocupación porque la inversión que hace el país en educación no se refleje en resultados.
El mandatario ahondó sobre este tema en una entrevista con La Nación en la que afirmó que, cuando en 2011 se aprobó aumentar del 6% al 8% el porcentaje del producto interno bruto (PIB) dedicado a educación, mediante una reforma constitucional, este no estuvo ligado a resultados o metas establecidas.
Hoy, 10 años después de aquella decisión, la educación en Costa Rica pasa por una crisis de calidad y desempeño estudiantil que se profundizó con la huelga de tres meses del 2018 y, desde 2020, con la pandemia.
Según el mandatario, su administración está “haciendo lo necesario” para salir de esta crisis. Lea sus declaraciones al respecto.
– ¿Por qué considera que la inversión en educación no refleja resultados?
– Por temas de eficiencia, principalmente. Cuando se adoptó la reforma constitucional del 8% en educación, que yo creo que es una gran cosa, no vino mano a mano con lo que esperábamos lograr con ese incremento: si íbamos a bajar la exclusión educativa en tanto porcentaje; si íbamos a incrementar el bilingüismo en tanto porcentaje; si íbamos a subir en las pruebas PISA (diagnóstico del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes) en tanto porcentaje y no vimos eso materializado.
“Creo que tiene que ver mucho con el manejo de la eficiencia y, es complejo. La parte del presupuesto más grande que tiene el MEP es la planilla. Es la planilla pública más grande, más de 90.000 trabajadores y 60.000 son educadores, lo cual es positivo; pero, entonces, tenemos que mejorar el reclutamiento de esos educadores y mejorar la calidad que dan en todo el país.
“Nosotros tenemos planes muy ambiciosos para la educación, como los que he mencionado, también hemos tenido retos muy difíciles. En el primer año, tener 90 días de huelga, eso afectó, obviamente, la parte educativa, pero era necesario aprobar una reforma fiscal, incluso, era necesario porque si no no le podríamos pagar a los propios maestros, eso fue necesario.
“En el segundo curso lectivo tuvimos algunas interrupciones pero, principalmente, el mayor efecto ciertamente ha estado en la pandemia. Dichosamente, hemos recobrado la presencialidad, pero ahí también la virtualidad y la conectividad se han mostrado como uno de nuestros retos y es algo en que, hay que confesar, como país fallamos.
“Por eso insistiré; a mí me duele mucho que haya más de 300.000 estudiantes que no tienen la conexión o el equipo, que tengamos más de $300 millones en un fondo que es de todos y que esos estudiantes sigan sin esos equipos. Creo que, entonces, tiene que ver con un manejo más eficiente de los recursos que se tienen en educación. El presupuesto de educación es el más grande de todo el Gobierno Central y creo que, si bien hemos hecho mejoras, tiene margen para hacer más”.
– ¿Quiénes son los responsables?
– La culpa es de todos como sociedad, de todos en los distintos niveles: desde el nivel político, que no hemos pedido las cuentas para lograr estos objetivos; lo es desde el nivel burocrático, porque también hay una gran burocratización; lo es desde el nivel local, porque uno puede ver que las comunidades organizadas tienen mejores indicadores educativos; tiene que ver con la gran desigualdad territorial, no es lo mismo hoy educarse en el área metropolitana o en ciertas áreas de mayor desarrollo relativo que en zonas de bajo desarrollo relativo en cuanto a la calidad. Es una brecha en la formación de nuestros educadores, que no necesariamente tienen las mejores herramientas educativas.
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– El cuanto al examen de idoneidad que se aprobó para nuevos docentes, si bien es un gran avance, los problemas que se han generado es por docentes que ya están contratados. ¿Qué pasa con ellos?
– Una tarea en que logramos avanzar de forma importante es la reducción de la carga docente, se emitió un decreto para reducir todo ese proceso de comisiones y sobrecarga y, además, la implementación de la plataforma Saber y la metodología Teams, eso es lo que permite la planificación digital. Entonces, eso logra nivelar al docente, porque el lugar de los docentes es en el aula.También la capacitación docente continua, hay un recambio importante de docentes por la curva generacional que va a permitir el ingreso de los nuevos.
“Un proyecto en el que no se ha podido avanzar tanto como desearíamos, pero que ayudaría mucho, es el proyecto para que las carreras de educación deban ser certificadas y acreditadas, porque el 80% de nuestros maestros son graduados en universidades privadas, lo cual no tiene nada de malo, pero necesitamos garantizar la calidad de nuestros docentes, desde su formación, hasta la idoneidad de cómo ingresa a educar”.
–En su administración se dieron hechos que ocasionaron un gran vacío académico, como las huelgas y la pandemia. Hay todo un trabajo en el MEP para abordar en los próximos años los contenidos no vistos, pero ¿cómo convencer a los docentes para que actúen? Según el Estado de la Nación, no hubo evidencia de que los docentes realizaran acciones generalizadas con los alumnos tras la huelga del 2018, a pesar de que el MEP dio la orden.
–La evidencia que tenemos es que hay una gran mística docente, incluso en estos momentos tan complejos de la pandemia. El reporte de las capacitaciones de la plataforma Teams para contenidos digitales, al inicio de la pandemia, fue abrumadoramente alto de participación docente. El plan concreto de reposición es uno que maneja la ministra (Guiselle Cruz), en la cual deposito toda mi confianza.
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“El punto uno de mi plan de gobierno, el más urgente, tenía que ver con la situación fiscal (...) pero, el punto número uno más trascendental, tiene que ver con la educación. Yo me siento contento de cosas que se han hecho: educación dual, la reforma al INA (Instituto Nacional de Aprendizaje), los programas de bilingüismo. Si cumplimos con las metas puestas ahí, al 2040 Costa Rica es otro país y, si ya en competitividad estamos en una posición inmejorable, eso nos va a poner en otra liga completamente.
“Hoy Costa Rica es el nicho del nearshoring y, es irónico, que el sector privado internacional confía más en Costa Rica que el sector privado nacional, porque es cierto; el sector privado internacional confía más en Costa Rica que una parte de nuestro sector privado nacional, particularmente, el liderado por Uccaep (Unión Costarricense de Cámaras y Asociaciones del Sector Empresarial Privado) que tiene un desafortunado liderazgo”.
–¿Cree usted que estamos en una crisis educativa?
–Probablemente desde hace 40 años, sí, pero yo creo que estamos haciendo lo necesario para salir de ella. Los contenidos de los programas de estudio, por ejemplo, los que legó la administración pasada, son de altísima calidad. Ahora, necesitamos llevar mucho de eso a la ejecución con excelencia.
“Aún hoy Costa Rica es reconocido por el talento humano que tiene, que es por su educación y por su idiosincrasia. Nosotros, potenciando esos valores, no hay quien nos detenga en la región porque vamos a ser competitivamente superiores”.
–¿Se debe declarar emergencia educativa?
–Pues, en relación con la pandemia, se debe buscar la forma de cómo mejorar, pero, para mí, la forma más rápida de asegurarnos que todas las personas tengan acceso y mejor educación es el plan, en mucho, que hemos delineado. No tenemos por qué esperar a que cada joven, niño y niña tenga equipo de conexión y esté conectada al mejor contenido del saber del mundo, eso no tiene por qué esperar y, si estuviera en mis manos, ya lo hubiera firmado, pero, no está mis manos; entonces, pido que me dejen firmarlo como ley.
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–Si solo de usted dependiera, ¿cuáles serían los dos principales cambios que aplicaría para que esos casi ¢3 billones que se invierten en educación, se reflejen en mejor desempeño a los alumnos?
– Yo lo que cambiaría, uno, es el acceso a equipo y conexión para todos y terminar la Red del Bicentenario, así nos garantizamos que todos tienen acceso a la misma calidad. Si de mí dependiera, ya lo estaríamos ejecutando. Dos, el reclutamiento de los docentes, creo que es un paso agigantado y vamos a ver sus resultados porque va a obligar a que sean mejores, de mayor calidad.
“Una meta que me apasiona es que nosotros logremos ser un país como Suecia o como Holanda, donde la mayor parte de la gente es bilingüe y eso no es por un capricho, es porque nos pone en una situación superior en toda la región. También, mejorar la administración de las Juntas de Educación creo que ahí está una parte importante de lo que se puede hacer”.
– Cuando usted habló de culpables por la baja calidad educativa, mencionó a muchos, pero, no a los sindicatos. ¿Dónde quedan ellos? Fueron quienes promovieron una huelga y dejaron tres meses sin clases a los estudiantes.
– Ellos también tienen su cuota de responsabilidad; pero con los sindicatos, no solo en educación sino en los diferentes sectores, hay una responsabilidad de los líderes sindicales pero, también, hay una responsabilidad de los jerarcas de las instituciones porque, a la larga, los sindicatos no negocian solos y mucho de lo que pasó en el pasado fue que se accedió a nombre del pueblo a ciertas cosas que fueron más allá de lo que yo consideraría justo.
“Tal vez, por eso es que yo he tenido tanta contradicción, porque me interesa defender el interés nacional, no sectorial, ni de los sindicatos, ni de los empresarios, ni de grupos de presión. Yo creo que el corporativismo le ha hecho mucho daño a Costa Rica, porque se confundió la democracia con el mando de los grupos corporativos y, como presidente, parte de mi trabajo es defender el interés general frente al interés corporativo”.
– ¿Cómo evitar que un ministro de Educación tenga que exponer su patrimonio por multas, a raíz de reclamos docentes, como le pasa a la actual jerarca?
– Eso, dichosamente, ha evolucionado positivamente. Hay una serie de acciones legales en ese sentido, pero tiene que ver con algo superior, que es cómo está redactada la ley. Hoy, mis ministros no superan el salario de los ¢3,2 millones y, cualquier ministro y el presidente, tienen que responder personalmente por las acciones judiciales, no solo por multas. Es el caso de varios de nosotros que tenemos que responder, personalmente, pagar abogados cuando somos acusados.
“(En el MEP) hay un equipo grande de gente resolviendo reclamos y espero que al que venga no le toque lo que doña Guiselle, con tanto valor ha asumido. Ella es ministra de Educación con la planilla y el presupuesto más grande de la República y, al mismo tiempo, tiene que defenderse de ese tipo de cosas y ella lo he hecho con hidalguía”.
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– ¿Habló con la ministra sobre la falta de datos importantes en el MEP para tomar decisiones con respecto a cómo va la educación combinada?
– Claro, usted sabe que nuestro enfoque ha sido por los datos y había un proceso de consolidación de datos, no solo ahí, sino en otras instituciones. No obstante, la satanización de los datos por fines políticos echó atrás los procesos que se llevaban adelante.