
La Contraloría General de la República (CGR) detectó deficiencias en los controles que aplica la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope) durante la fase de postinversión de sus proyectos de infraestructura pública.
Según una auditoría especial, la empresa presenta un cumplimiento parcial y con fallas en esta etapa, lo que podría comprometer la sostenibilidad, eficiencia y continuidad del servicio. Además, pone en riesgo su obligación de conservar en buen estado los activos relacionados con la comercialización de hidrocarburos.
Según la Contraloría, Recope gestiona sus proyectos como si concluyeran con la entrega de la obra, sin integrar el ciclo de vida completo de los activos que sustentan la operación.
La CGR hizo esta advertencia tras observar una falta de planificación integral, subestimación de recursos para mantenimiento y ausencia de evaluaciones de impacto cuando ya están construidas las obras.
El informe abarcó el periodo comprendido entre el 1.° de enero de 2019 y el 31 de diciembre de 2024. La administración de Recope rechazó parte de los hallazgos y responsabilizó a sus predecesores por los problemas señalados.
La Contraloría identificó áreas críticas con deficiencias relevantes.
Una de ellas corresponde a controles insuficientes para asegurar la operatividad de las inversiones. Por ejemplo, citó proyectos que, aunque inscritos y actualizados en el Banco de Proyectos de Inversión Pública (BPIP), no figuran en el portafolio institucional de Recope para el año 2025.
La planificación de recursos para las etapas previas a entrar en funcionamiento y luego operación se realiza una vez que los activos ya están en uso, lo cual ha provocado una subestimación del presupuesto necesario.
Entre 2020 y 2024, Recope destinó en promedio menos del 1% del valor capitalizado de los proyectos a mantenimiento, lejos del rango recomendado de entre 2% y 10%.
El 7% se considera un valor razonable, según el informe de fiscalización Controles para ejecutar la fase de postinversión de proyectos de inversión pública, emitido el 24 de julio.
La CGR también encontró que algunos activos entraron en operación sin evidencia técnica adecuada. Por ejemplo, el tanque YT-7212 carece de manual de preoperación y el proyecto “Sistema de Filtración” no cuenta con registros de pruebas de funcionamiento ni de seguridad.
Fallas en la ejecución del mantenimiento
Otros hallazgos revelan que los indicadores del Departamento de Mantenimiento no permiten medir con precisión el desempeño del mantenimiento correctivo. Solo consideran las órdenes de trabajo abiertas y no toman en cuenta los avisos por fallas que aún están en análisis, según el reporte.
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Tampoco existe un plan de sustitución para equipos obsoletos, algunos con más de tres décadas de uso. Del mismo modo, falta un inventario básico de repuestos críticos.
En otros casos, se detectó que equipos esenciales carecen de redundancia o de sistemas de contingencia.
Por ejemplo, el 52,28% de los equipos críticos en la Terminal El Alto no tienen respaldo. En la Terminal La Garita —responsable del 31,07% de las ventas de Recope en 2023— las válvulas de presión y bombas también carecen de sistemas alternos.
Según la Contraloría, el personal de mantenimiento no dispone de manuales ni diagramas de flujo actualizados, lo cual dificulta su labor diaria.
Además, entre 2021 y 2024, solo se ejecutó el 66,56% del mantenimiento programado.
En el caso del muelle petrolero 5.0 y 5.1 de la Unidad Regional Caribe, el cumplimiento fue de apenas 29,55%. Esto ha generado quejas de buques por fugas y retrasos en la descarga.
El análisis también advierte que Recope no ha definido cómo medir los efectos e impactos de sus proyectos, ya que carece de criterios de selección, lineamientos de información, indicadores específicos y personal capacitado para esta tarea.
De acuerdo con la investigación de la Contraloría, el Sistema de Gestión de Proyectos de Recope está desarticulado, lo cual impide dar seguimiento integral a las fases posteriores a la inversión. Esta desconexión limita la posibilidad de medir el valor público de las obras.
Respuesta de Recope
Con respecto al informe emitido por la Contraloría, la presidenta de Recope, Karla Montero, culpó a administraciones anteriores de la situación. Según ella, antes del 2022, cuando asumió el actual gobierno, el estado de la infraestructura era lamentable.
“Las administraciones pasadas dejaron de invertir para centrarse en dos grandes proyectos inviables”, afirmó la funcionaria, en referencia a la Terminal del Pacífico y a la construcción de una refinería en conjunto con China.
Según Montero, al asumir la administración de Recope en 2022, se elaboró un diagnóstico y un plan de rescate puntual para mitigar los riesgos industriales y garantizar la continuidad del servicio.
De acuerdo con su versión, ese plan logró que la operación fuera segura y “estamos ejecutando el plan maestro de inversiones necesario para seguir garantizando esa continuidad del servicio”.
“No estamos de acuerdo con muchos de los puntos expuestos por la Contraloría, porque en tres años no solo hemos recuperado la infraestructura que estaba abandonada, sino que estamos implementando inversiones para garantizar el servicio en el futuro, lo cual no fue considerado en el informe”, recalcó.
