
En poco tiempo, Ozempic y otros medicamentos similares, conocidos como terapias GLP-1, se popularizaron. Su uso original era como tratamiento contra la diabetes, pero poco después se observó su capacidad para ayudar a la pérdida de peso. Médicos de todo el mundo comenzaron a utilizarlo en sus pacientes, pero no había una guía global estandarizada para ello.
Este lunes, la Organización Mundial de la Salud (OMS) presentó una guía global con recomendaciones para el uso de estos productos y tratar la obesidad como un problema de salud crónico y en el que puede recaerse.
“Nuestra nueva guía reconoce la obesidad como una enfermedad crónica que puede tratarse con terapias integrales a largo plazo. Aunque la medicación por sí sola no pueden resolver esta crisis de salud global, las terapias GLP-1 pueden ayudar a millones de personas a sobrellevar la obesidad y reducir sus riesgos asociados”, dijo Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS en un comunicado.
La OMS reconoce que la obesidad es una enfermedad crónica, compleja y uno de los principales factores de riesgo para enfermedades cardiovasculares, diabetes y algunos tipos de cáncer. Las enfermedades infecciosas también provocan más complicaciones en personas con obesidad. En Costa Rica, el Ministerio de Salud declaró en enero pasado que la obesidad es una enfermedad crónica de importancia para la salud pública.
En este escenario, Ozempic y medicamentos similares para bajar de peso, como Wegoby, Saxenda o Trulicity surgen como opción, pero no están exentos de riesgos, por lo que requieren vigilancia médica.
En octubre pasado, Salud advirtió de nutricionistas y personas no autorizadas que recetan estos fármacos, lo que podría ocasionar efectos graves para su salud.
¿Cómo funcionan Ozempic y los medicamentos similares?
Ozempic es parte de una familia de medicamentos llamada agonistas GLP-1. Un agonista es una sustancia que “enciende” la actividad de una proteína, hormona o tejido.
GLP-1 se refiere en inglés a glucagon-peptide-like. El glucagón es una hormona que el intestino produce al recibir alimentos. Es uno de los responsables de regular el apetito. Cuando esta hormona se libera, envía señales al cerebro para que genere sensación de saciedad y la persona no vea necesidad de comer más.
El agonista GLP-1 más conocido es la semaglutida, principio activo de nombres comerciales como Ozempic, Wegovy y Rybelsus. También hay otros agonistas GLP-1, como la dulaglutida (Trulicity), la exanatida (Byetta), la liraglutida (Victoza y Saxenda), la tirzepadida (Mounjaro) y la Lixisenatida (Adlyxin).
En su mayoría, estos medicamentos son inyectables y se asemejan a un bolígrafo o lapicero, pero también hay versiones de medicamento oral.
Se aplican en diferentes dosis, según la necesidad del paciente.
¿Qué recomienda la OMS para el uso de estos fármacos?

La OMS establece la obesidad como un índice de masa corporal (IMC) superior a 30. El IMC es una relación entre el peso de la persona con su estatura: se divide el peso entre la estatura en metros, elevada al cuadrado. Si es superior a 25, la persona tendrá sobrepeso, si es superior a 30, obesidad.
Diferentes especialistas dicen que el IMC se considera corto para abordar la obesidad, pero sigue siendo el número referente.
Estas son las principales recomendaciones:
- Las terapias GLP-1 pueden usarse en adultos, pero no en embarazadas.
- La eficacia de estos tratamientos sí es evidente, pero la recomendación es condicional, porque todavía no hay evidencia suficiente de eficacia y seguridad a largo plazo, riesgo de descontinuación de productos (especialmente en algunos países), cuán preparados estén los sistemas de salud de los países, los costos, y posibles inequidades en el acceso.
- Las personas con estos tratamientos médicos también deben acompañarse de una alimentación saludable y actividad física.
- Los sistemas de salud deben crear ambientes que promuevan políticas públicas para prevenir la obesidad.
- Los países deben proteger a los individuos en riesgo de desarrollar obesidad a través de tamizaje e intervenciones tempranas de alimentación y ejercicio.
- Los sistemas nacionales deben asegurar acceso a tratamiento centrado en la persona, de por vida, de ser necesario.
La OMS enfatizó en la preparación para ofrecer estos productos: “sin políticas públicas, el acceso a estas terapias podría exacerbar las disparidades existentes. La OMS llama a acción urgente en la manufactura, accesibilidad y un sistema listo para atender las necesidades globales”, precisa la guía.
En Costa Rica
Ozempic y otros tratamientos similares han estado disponibles en el mercado privado en los últimos años.
En enero pasado, el Ministerio de Salud publicó una normativa en la que se estableció en qué casos pueden utilizarse medicamentos o cirugías para tratar la obesidad, que aplica tanto al ámbito privado como a la seguridad social.
La normativa establece que a dos años plazo deben tenerse disponibles los medicamentos para atender la obesidad y tenerlos accesibles para la población usuaria, según la recomendación médica.
Para determinar si una persona puede recibir medicamentos estos son los criterios:
- Adultos con IMC mayor a 30.
- Adultos con IMC de 27 a 29,9 pero con otras enfermedades crónicas.
- Quienes luego de seis meses no han logrado perder al menos 5% del peso corporal pese al apego al plan de alimentación y de ejercicio, o que no hayan logrado las metas de bajar grasa y riesgo cardiovascular establecidos en el tiempo previsto por médico y paciente.
