
Caracas. Con ejercicios militares en la isla La Orchila, adiestramiento de civiles y llamado de reservistas, el gobierno de Nicolás Maduro busca proyectar a Venezuela como un país “invencible” frente al despliegue naval de Estados Unidos en el Caribe.
Durante tres días, 2.500 efectivos participaron en operaciones que incluyeron el lanzamiento de misiles y cohetes, prácticas con 12 naves de la Armada, 22 aeronaves de combate y transporte, así como vehículos anfibios y 20 botes de pescadores incorporados a la Milicia Bolivariana.
Imágenes difundidas en medios oficiales mostraron aviones Sukhoi, paracaidistas y piezas de artillería adquiridas a Rusia, principal aliado militar de Caracas.
LEA MÁS: Desaparece el canal de Nicolás Maduro en YouTube
El ministro del Interior, Diosdado Cabello, afirmó que el país debe estar preparado para sorprender a cualquier adversario. “Venezuela tiene que seguir siendo inexpugnable”, señaló.
Sin embargo, expertos consideran que el despliegue es más propaganda que poder real de combate.
“Reunir tanta fuerza en esa isla es un blanco fácil. Un bloqueo con apoyo aéreo los elimina en el acto”, opinó el analista Hernán Lugo-Galicia.
La mayor retirada Raynell Martínez coincidió en que los ejercicios buscan enviar un mensaje interno de fortaleza, aunque carecen de valor estratégico.
Un general retirado especialista en geopolítica subrayó que se trata de una “puesta en escena” para mostrar control frente a Estados Unidos, que mantiene ocho buques de guerra en la región bajo el argumento de combatir el narcotráfico.
Según el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos, la Fuerza Armada venezolana cuenta oficialmente con 123.000 efectivos y 220.000 milicianos.
No obstante, fuentes militares estiman que solo 30.000 de esos milicianos están realmente entrenados y armados, varios de los cuales participaron en los ejercicios recientes.
El pulso entre Caracas y Washington se intensifica en un Caribe que se convierte nuevamente en escenario de tensión geopolítica.
