El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a colocarse en el centro de la polémica luego de insultar a una periodista que le consultó sobre los archivos relacionados con el caso Jeffrey Epstein.
El incidente ocurrió el viernes anterior, durante un intercambio con la prensa a bordo del Air Force One, pero tomó fuerza este martes tras difundirse el video y los reportes de testigos.
Catherine Lucey, corresponsal de Bloomberg News en la Casa Blanca, aprovechó un breve espacio para preguntas para pedirle explicaciones al mandatario sobre los documentos vinculados al condenado por delitos sexuales Jeffrey Epstein.
La Cámara de Representantes aprobó este martes la divulgación total de esos archivos, que incluyen correos electrónicos donde Epstein menciona directamente al propio Trump.
Según periodistas presentes y video del intercambio, Lucey le preguntó por qué actuaba con tanta hostilidad respecto a la liberación de los expedientes “si no hay nada incriminatorio” en ellos.
Antes de que ella terminara la frase, Trump la señaló y le dijo: “Quiet. Quiet, piggy” (“Cállate, cállate, cerdita”).
La frase pasó casi inadvertida durante el fin de semana, pero ganó fuerza este martes, cuando reportes en redes sociales y comentarios de otros comunicadores señalaron el tono misógino del insulto y recordaron que Trump registra una larga lista de ataques personales contra mujeres periodistas.

Reacciones desde el gremio
La condena surgió de medios y figuras de distintos espectros.
Jake Tapper, presentador de CNN, calificó el comentario como “repugnante e inaceptable”. Gretchen Carlson, exconductora de Fox News y promotora de denuncias de acoso en los medios, lo tildó de “degradante”.
Varios periodistas recordaron que el ahora presidente ha usado calificativos similares en el pasado para intentar desacreditar preguntas incómodas, en particular cuando provienen de mujeres.
Consultados sobre el insulto, voceros de la Casa Blanca afirmaron que la reportera “se comportó de forma inapropiada y poco profesional con sus colegas en el avión”.
Sin embargo, no ofrecieron pruebas para respaldar la acusación ni respondieron a solicitudes de detalles sobre la supuesta conducta irregular de Lucey.
El comentario presidencial circula con fuerza en redes sociales, donde la frase “Quiet, piggy” se convirtió en tendencia y motivó una oleada de imágenes satíricas contra Trump.
La tensión aumentó luego de que medios estadounidenses revelaran correos electrónicos en los que Epstein calificó a Trump como “peligroso”, afirmó haber conocido “gente muy mala, pero nadie tan malo como Trump” y aseguró que el presidente “sabía sobre las muchachas”.
Hasta hace pocos días, Trump había mostrado resistencia a que la Cámara divulgara la totalidad de los archivos. Sin embargo, tras la polémica, cambió de postura y anunció que respalda la publicación completa.
