
Washington, Estados Unidos. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, afirmó este lunes que consideraría autorizar ataques antidrogas en territorio mexicano si fuera necesario para frenar el tráfico ilícito.
Además, dijo estar dispuesto a conversar “en algún momento” con el mandatario venezolano, Nicolás Maduro, pese a las tensiones entre ambos gobiernos.
Las declaraciones surgieron en la Oficina Oval, donde el presidente respondió preguntas de la prensa sobre su ofensiva contra el narcotráfico, en momentos en que Washington mantiene operaciones militares en el Caribe y el Pacífico contra embarcaciones que, según el gobierno estadounidense, transportan drogas hacia su territorio.
Consultado sobre la posibilidad de una operación antidrogas en México, Trump fue tajante: “¿Lanzaría ataques en México para detener las drogas? Está bien para mí. Lo que sea necesario para detenerlas”.
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Agregó que, aunque no ha tomado una decisión, “estaría orgulloso de hacerlo, porque vamos a salvar millones de vidas”.
El republicano ha criticado en repetidas ocasiones a México por considerar que no actúa con firmeza contra los cárteles, y ha reforzado su presencia militar en el Caribe para combatir redes narcotraficantes que, según Washington, operan desde varios países latinoamericanos, incluidos Venezuela y México.
Apertura hacia Maduro, con reservas
Trump también se refirió al presidente venezolano, Nicolás Maduro, con quien dijo estar dispuesto a dialogar, aunque matizó que el mandatario “no ha sido bueno para Estados Unidos”.
Cuando se le preguntó si descartaba enviar tropas a Venezuela, respondió: “No lo descarto, no descarto nada”.
Maduro reaccionó la misma noche del lunes durante su programa televisivo Con Maduro, donde reiteró su disposición a un diálogo directo.
“Este país está en paz, va a continuar en paz, y en Estados Unidos, el que quiera hablar con Venezuela, se hablará cara a cara”, dijo. Añadió que su mensaje es de paz: “Yes, peace; war no, never, never war”.
La tensión entre ambos países aumenta desde que Estados Unidos desplegó fuerzas navales y aéreas en el Caribe, operación que incluye un portaaviones, buques de guerra y aviones furtivos.
Caracas considera ese despliegue como un intento de desestabilizar o derrocar al gobierno de Maduro, al que Washington acusa de dirigir una organización “terrorista” vinculada al narcotráfico, acusación que él rechaza.
Preocupación regional por operaciones militares
El incremento militar estadounidense también ha generado inquietud en el Caribe.
La primera ministra de Trinidad y Tobago, Kamla Persad-Bissessar —aliada de Trump— negó que Washington haya solicitado usar el archipiélago como base para atacar a Venezuela, pese a que marines estadounidenses realizan ejercicios en ese país, ubicado a unos 10 kilómetros de la costa venezolana.
“Estados Unidos NUNCA pidió usar nuestro territorio para lanzar ataques contra el pueblo de Venezuela. El territorio de Trinidad y Tobago NO será usado para eso”, afirmó.
El Pentágono acumula una veintena de ataques contra embarcaciones en la región, con al menos 83 personas fallecidas, según datos oficiales.
