Ciudad del Vaticano. EFE, AFP. El nuevo escándalo de corrupción que sacude al Instituto para las Obras de Religión (IOR, banco del Vaticano) tuvo ayer sus primeras consecuencias: la dimisión del director general, Paolo Cipriani, y el vicedirector, Massimo Tulli.
La renuncia la aceptó la Comisión de Cardenales y el Consejo de Supervisión y ocurrió tres días después de la detención de t res personas, entre ellas el prelado Nunzio Scarano, acusadas de fraude y corrupción en el marco de una investigación sobre supuestas irregularidades financieras en el IOR.
Scarano fue responsable del servicio de contabilidad de la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA), que gestiona el capital inmobiliario del Estado del Vaticano.
Sus funciones las asumirá interinamente el presidente del IOR, Ernst von Freyberg, precisó un comunicado oficial.
El IOR es objeto de una minuciosa investigación interna desde setiembre de 2010.
El papa Benedicto XVI y luego su sucesor, Francisco, decidieron poner orden en el IOR, para lo que nombraron sucesivamente nuevos responsables e instaurando controles más estrictos en esta institución tristemente célebre en Italia por su implicación en varios escándalos.
Con estas dimisiones se acelera la reforma del banco vaticano, según precisó ayer Ernest von Freyberg, después de que el 26 de junio el papa Francisco creó una comisión de cinco personalidades para investigar y aportar transparencia a la institución.
El Consejo de Supervisión está formado por von Freyberg y cuatro consejeros: el alemán Ronald Hermann Schmitz, el español Manuel Soto Serrano, el estadounidense Carl Albert Anderson y el italiano Antonio María Marocco.
Según el comunicado del Vaticano, Cipriani y Tulli dimitieron “en el mejor interés del Instituto y de la Santa Sede” .
La Autoridad de Información Financiera (AIF) , organismo establecido en el 2010 para vigilar la transparencia financiera de la Santa Sede, ha sido informada, así como la comisión especial creada por Francisco para la reforma del IOR.
Limpieza del lunar. El presidente del IOR agregó que desde aquel año el banco vaticano y su dirección trabajan “seriamente para lograr que las estructuras y los procedimientos estén en línea con los estándares internacionales en la lucha contra el blanqueo de dinero”.
Este problema saltó al primer plano el viernes cuando Nunzio Scarano, de 61 años, fue detenido por la Policía italiana por estar presuntamente involucrado en operaciones de blanqueo de dinero.
Según la Fiscalía de Roma, Scarano tenía un “rol relevante” en las operaciones de lavado de dinero.
El sacerdote, con rango de monseñor, aunque no es obispo, junto con un miembro de los servicios secretos italianos y un intermediario financiero, intentó introducir ilegalmente en Italia, sin lograrlo, unos 20 millones de euros ($26 millones) depositados en un banco suizo, según la acusación.