Formada por cinco expertos, la comisión deberá informar al papa sobre las actividades del banco, conocido como el Instituto para las Obras de Religión (IOR), y tiene como objetivo final que “los principios del Evangelio impregnen las actividades de carácter económico y financiero” de la Santa Sede.
La comisión pontificia deberá investigar “las actividades” del banco y “conocer mejor la situación jurídica” de la entidad del Vaticano , de manera que haya una mayor “armonización” entre la Iglesia y su sede apostólica, precisa en una nota el Vaticano.
“Es el segundo paso del Papa tras designar a ocho cardenales para reformar la Curia Romana”, dijo el vaticanista Marco Politi, quien considera que el pontífice “decidió encarar el problema del IOR”.
Para crear esta comisión, el Papa firmó, el 24 de junio, un quirógrafo, –documento escrito por el Pontífice–. La comisión comenzó sus actividades en esa fecha.
En su primera intervención sobre IOR, el 16 de junio, Francisco designó al italiano monseñor Battista Mario Salvatore Ricca, uno de sus hombres de confianza, como nuevo “prelado” de esa institución.
Contra este banco, fundado en 1942 y con activos por 7.100 millones de euros, la justicia italiana ha abierto unas seis pesquisas judiciales en los últimos años por irregularidades y transacciones sospechosas, según el informe anual de la Autoridad de Informacion Financiera, divulgado en mayo.