
Pietro Parolin ha sido uno de los protagonistas silenciosos de las relaciones diplomáticas más complejas del Vaticano. Este cardenal italiano, de 70 años, ahora aparece como uno de los favoritos para suceder a Francisco, el primer papa latinoamericano, en el cónclave que inicia en una semana.
Parolin ocupó el cargo de secretario de Estado del Vaticano durante casi todo el pontificado del papa argentino. Desde esa posición, se convirtió en su rostro más visible en el escenario internacional.
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De carácter sereno y reservado, con una silueta ligeramente encorvada, encabezó negociaciones clave con China, Vietnam y Cuba, además de haber desempeñado un rol importante en el restablecimiento de relaciones entre la Santa Sede y México.
Diplomacia y discreción
El cardenal es conocido por su perfil institucional y reservado, evitando expresiones polémicas en público. Sin embargo, ha expresado posiciones claras sobre algunos temas controversiales. Señaló que el celibato sacerdotal no es un dogma, sino un regalo de Dios. También rechazó la idea de relacionar la homosexualidad con abusos sexuales y calificó de graves violaciones de la dignidad humana tanto el aborto como la gestación subrogada.
Su estilo mesurado contrasta con el tono directo del papa Francisco. Aunque nunca ocupó un rol pastoral, su experiencia diplomática y su conocimiento de la curia romana lo convierten en un candidato sólido. Algunos observadores consideran que su figura podría recomponer divisiones dentro de la Iglesia.
Experiencia global
Nacido el 17 de enero de 1955 cerca de Venecia, Parolin se formó en Derecho Canónico y Diplomacia en Roma. Ingresó al servicio exterior de la Santa Sede en 1986. Habla italiano, español, inglés y francés. Su primer destino importante fue México en 1989, donde participó en las negociaciones que llevaron al restablecimiento de relaciones diplomáticas en 1992.
En 2009, fue designado como embajador del Vaticano en Venezuela. Durante su misión, se enfrentó a un ambiente tenso con el gobierno de Hugo Chávez. El líder venezolano incluso solicitó un exorcismo simbólico en la Nunciatura, tras acusaciones contra su antecesor.
En su paso por América Latina, Parolin también participó en procesos de diálogo entre el chavismo y la oposición.
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Claves con Cuba, China y Vietnam
En 2014, Parolin tuvo un rol central en la mediación que permitió reanudar relaciones entre Estados Unidos y Cuba, bajo las presidencias de Barack Obama y Raúl Castro. Este logro fue considerado uno de los avances diplomáticos más importantes del Vaticano en el siglo XXI.
También gestionó la firma del acuerdo histórico de 2018 entre la Santa Sede y China, que permitió que ambas partes tuvieran voz en el nombramiento de obispos. Esta medida puso fin a décadas de tensiones, aunque fue criticada por sectores conservadores que lo acusaron de haber debilitado a la Iglesia subterránea china.
Actualmente, impulsa un acuerdo similar con Vietnam, otro país comunista con el que el Vaticano busca acercamientos.
Camino al cónclave
El nombre de Pietro Parolin se mantiene entre los más mencionados en los pasillos del Vaticano, a pocos días de que comience el cónclave. Representa una opción de continuidad con matices moderados, que podría favorecer la unidad interna de la Iglesia.
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