Tener buenas relaciones sociales, que nutran y se sientan como una conexión, está directamente relacionado con una mejor salud y un menor riesgo de muerte prematura.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) revela cómo las conexiones sociales reducen la inflamación, mejoran la salud mental y previenen muertes prematuras. Este es el veredicto de la ciencia.
“Las conexiones y relaciones sociales protegen a personas de toda edad. Reducen la inflamación, bajan el riesgo de problemas serios de salud, promueven la salud mental y previenen las muertes prematuras. También pueden fortalecer los lazos sociales y dar como fruto comunidades más saludables, seguras y prósperas”.
El párrafo anterior es parte de las conclusiones del primer informe de la Comisión de Conexión Social de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que se creó en 2023 para buscar cómo enfrentar los números crecientes de personas que decían sentirse solas (incluso cuando convivían con más de una persona en el mismo hogar). En ese momento, la OMS definió a la soledad como “una amenaza apremiante para la salud“.
“La compañía que valoramos es más valiosa de lo que creemos y nos ayuda a construir salud y una mejor vida”, señaló Vivek Murthy, co-coordinador de la Comisión.
Una de cada seis personas en el mundo experimenta soledad, pero hay poblaciones que lo experimentan más.
Los adolescentes son una de ellas; uno de cada cinco dice sentirse solo. También son mayores en países de ingreso bajo, donde se ve en una de cada cuatro personas. Esto crece en los adultos mayores, donde se ve en uno de cada tres.
Poblaciones que históricamente han sufrido marginación, como la LGBTIQ+, los migrantes, los indígenas y las agrupaciones étnicas minoritarias también experimentan más soledad.
Esta situación preocupa a la OMS
“En los últimos años varios estudios, de varios países, mostraron que la falta de conexiones sociales y la soledad tienen mayor impacto en nuestra salud. En la salud mental, aumentan el riesgo de depresión, ansiedad e incluso suicidio. Pero también en la salud física, con impacto en las condiciones cardiovasculares y baja la esperanza de vida”, señaló Etienne Krug, coordinador del Departamento de Determinantes Sociales de la Salud de la OMS.
Murthy complementó: “Más de 871.000 muertes alrededor del mundo entre 2014 y 2019 se vinculan con soledad”.
Estos estudios levantaron la alarma, pero se vio todavía más durante la pandemia de covid-19, cuando aumentó la sensación de soledad de gran parte de la población mundial.
“La buena noticia es que sí se puede combatir la soledad”, resumió Murthy.
Este mensaje es particularmente importante en un país como Costa Rica, donde los hogares de un solo integrante suman 296.000, el 16% de las familias, un crecimiento del 417,1% en 25 años. Además, el 42% de los hogares unipersonales son formados por adultos mayores, una de las poblaciones que más experimenta soledad.
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¿Qué es la soledad y qué es la conexión social?

En la presentación del informe, Murthy precisó varias definiciones clave para entender cómo enfrentar este fenómeno social.
El primero es la desconexión social, que se da cuando una persona no tiene el suficiente contacto social, no se siente apoyada por las relaciones que tiene o sus relaciones son negativas o están pasando por una crisis. Hay dos formas principales: la soledad y el aislamiento social. La primera es más grave que la segunda, pero ambas tienen consecuencias.
“La soledad es un sentimiento subjetivo y doloroso que muchos de nosotros hemos experimentado cuando las relaciones que necesitamos no compaginan con las que tenemos", apuntó el investigador.
Murthy diferenció esta condición del aislamiento social, que es una medida más objetiva de quien tiene poca interacción social. Una persona que vive sola puede no sentirse sola, no todas personas necesitan lo mismo. Sin embargo, a largo plazo, sí puede afectar la salud.
Por el contrario, está la conexión social, las formas en las que se interactúa con otras personas. Esto incluye familia, amigos, compañeros de trabajo, vecinos y hasta las personas con las que se interactúa a través de Internet o el teléfono.
La conexión social tiene tres dimensiones.
1- Estructura. Se refiere a cuántas personas conocemos y cada cuánto les hablamos o pasamos tiempo con ellas, en un mismo espacio o a distancia.
2- Función. Se refiere al tipo de apoyo que se da o se recibe en cada relación: una ayuda práctica, soporte emocional, información. Un ejemplo es saber que se tiene a alguien para llamar cuando se siente triste.
3- Calidad. Es acerca de cómo las relaciones nos hacen sentir. ¿Son cálidas y corteses? ¿O más bien nos estresan o frustran? Tener amigos no es suficiente, lo importante es cómo los individuos alrededor nos hacen sentir.
El informe señala que estas interacciones pueden ser cara a cara o virtuales. Sin embargo, aclara que mucho tiempo o muchas interacciones por vía digital puede ser dañino, especialmente si hay interacciones negativas.
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¿Cómo combatir la soledad y crear más conexión social?

El reporte da consejos tanto a nivel individual como social. A nivel individual:
- Tomar terapia psicológica, hay subvenciones y grupos de apoyo gratuitos para quienes tienen bajos recursos.
- Buscar grupos de voluntariado o una causa social que motive a la persona. Esto le hará compartir con gente con intereses similares.
- Matricular algún curso, ya sea académico o de algún pasatiempo. Esto permitirá el crecimiento y compartir con otras personas.
- Leer o mantenerse al día de la situación mundial para tener temas de conversación.
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Las recomendaciones a nivel social van a nivel comunitario y de país:
- Los gobiernos deben crear y apoyar políticas públicas a nivel nacional para motivar las conexiones sociales. Deben asegurarse de que haya espacio para todos los grupos de la sociedad.
- Las comunidades deben proveer espacios seguros para la interacción social: parques, cafeterías, ferias sociales.
- La soledad, el aislamiento y las conexiones sociales deben ser prioridad de investigación. Debe potenciarse la capacidad y los recursos para investigar el fenómeno, entenderlo y llegar a mejores conclusiones.
- Cada cinco años, los investigadores deben proveer las líneas de investigación prioritarias sobre el tema. En la medida de lo posible, los gobiernos e instituciones deberían financiarlos.
- La OMS debe crear una guía clara, basada en la evidencia científica, para reducir el aislamiento y la soledad y promover las conexiones sociales.
- Los gobiernos deben medir los datos para monitorear la conexión social, el aislamiento social y la soledad. Estas estadísticas deben incluir diferentes grupos etarios, géneros y minorías.
