El expresidente peruano Alberto Fujimori, condenado a 25 años de prisión por crímenes contra la humanidad, recobró la libertad este miércoles bajo el amparo de un indulto concedido por razones humanitarias, pese a la objeción de la justicia interamericana.
Fujimori, de 85 años y quien padece varias enfermedades, abandonó el penal Barbadillo, en el este de Lima este miércoles 6 de diciembre.
Con mascarilla y conectado por sonda a un tanque de oxígeno, Fujimori salió acompañado por sus hijos Keiko y Kenji en una camioneta gris que se abrió paso lentamente entre decenas de seguidores.
El exmandatario padece un cáncer lingual, fibrilación auricular, hipertensión, entre otras dolencias.
“Tenemos el corazón que nos revienta de alegría. Porque este hombre ha estado injustamente preso”, dijo a esta agencia Nikita, una simpatizante que llegó a las afueras de la cárcel donde también están recluidos los exmandatarios Alejandro Toledo y Pedro Castillo.
El Tribunal Constitucional ordenó el martes la excarcelación de Fujimori tras restituirle el indulto que se le había otorgado por razones humanitarias en el 2017.
El entonces gobierno de Pedro Pablo Kuczynski le concedió el recurso de gracia, pero la justicia peruana revocó la medida atendiendo un pedido de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) a favor de las víctimas de Fujimori, quien gobernó con mano de hierro entre 1990 y el 2000.
Fujimori pasará su primera noche en libertad en la vivienda de Keiko.
Cachetada al país
El gobernante cumplía desde el 2009 una condena por crímenes contra la humanidad por la muerte de 25 personas en dos matanzas perpetradas en 1991 y 1992 por un escuadrón del Ejército.
Nueve de las víctimas eran universitarios que los militares acusaban de ser supuestos guerrilleros de Sendero Luminoso.
Este miércoles, la Corte IDH elevó un pedido al gobierno peruano para que se abstuviera de excarcelar al exmandatario hasta revisar la legalidad de la decisión del Tribunal Constitucional.
Sin embargo, la presidenta Dina Boluarte autorizó su excarcelación.
La semana pasada, el Tribunal Constitucional había ordenado la liberación de Fujimori, pero el juez Vicente Fernández se declaró no competente para autorizar su salida de la cárcel, con lo que el caso volvió al Tribunal Constitucional, que el martes emitió su dictamen definitivo.
El exmandatario vuelve a recuperar su libertad tras casi cuatro años. En enero del 2019 retornó a prisión para terminar su condena. Casi 25 años después de dejar el poder, su figura todavía divide a los peruanos.
“En estos momentos que vivimos en el país, un indulto como el que se ha dado es como una cachetada al país que nos duele en el alma. En un país cuando hay sentencia judicial se cumple hasta el último día, no hay privilegio para nadie”, declaró el cardenal de Perú, Pedro Barreto.
Además de las razones humanitarias, el Tribunal Constitucional restituyó el beneficio a Fujimori, alegando que este ya “ha cumplido aproximadamente las dos terceras partes de su condena”.
Millonaria deuda
Conocido como el Chino, Fujimori fue muy popular por su lucha sin cuartel contra la guerrilla maoísta de Sendero Luminoso, cuyos principales líderes fueron apresados.
Sin embargo, todavía siguen activos algunos remanentes dedicados exclusivamente al narcotráfico en la selva central del país.
En noviembre del 2000, en medio de una creciente oposición tras 10 años de gobierno, Fujimori huyó a Japón, la tierra de sus ancestros, y renunció por fax a la presidencia.
Había detentado un poder casi absoluto tras dar un “autogolpe” el 5 de abril de 1992, disolviendo el Congreso e interviniendo el Poder Judicial.
Fujimori tiene una deuda equivalente de unos $15 millones derivadas de las cuatro condenas por crímenes contra la humanidad y corrupción.
Su excarcelación es “una burla para los familiares y víctimas. El señor nunca nos pidió perdón y ahora sale como si nada”, dijo a esta agencia Gladys Rubina, hermana de una de las víctimas de la matanzas por las que fue condenado el expresidente.
“Solo tengo confianza en la justicia de la Corte” interamericana, añadió.