
La policía australiana reveló que el tiroteo antisemita ocurrido en la playa de Bondi, en Sídney, se planificó durante meses y contó con entrenamientos tácticos previos. El ataque dejó 15 personas fallecidas y se convirtió en uno de los episodios más mortales en Australia en décadas.
Los documentos judiciales, divulgados este lunes, señalan que un hombre y su hijo ejecutaron el ataque el 14 de diciembre mientras una multitud celebraba la festividad judía de Janucá. Las autoridades indicaron que el atentado tuvo motivaciones vinculadas con la ideología del grupo yihadista Estado Islámico (EI).

Según la investigación, ambos sospechosos realizaron entrenamientos con armas de fuego en una zona rural del estado de Nueva Gales del Sur. La policía cuenta con fotografías que los muestran disparando escopetas y desplazándose de forma táctica durante esas prácticas.
Los expedientes también detallan la existencia de un video hallado en el teléfono de uno de los atacantes. En las imágenes, los hombres expresan rechazo hacia los sionistas frente a una bandera del EI, recitan pasajes del Corán y exponen sus motivaciones para cometer el ataque.
La cronología judicial indica que los sospechosos efectuaron un viaje de reconocimiento a la playa de Bondi días antes del atentado. Las cámaras de seguridad los captaron a las 2.16 a. m. del día del ataque saliendo de una vivienda alquilada en el suburbio de Campsie. Transportaban objetos largos y voluminosos envueltos en mantas que colocaron en un automóvil Hyundai plateado.

Los investigadores creen que llevaban dos escopetas de un solo cañón, un rifle Beretta, explosivos caseros, incluida una bomba tipo IED, y banderas del EI. Antes de iniciar los disparos, los atacantes lanzaron al menos tres bombas caseras y un artefacto con forma de pelota de tenis contra los asistentes reunidos en el parque Archer. Ninguno explotó, pero la policía los consideró dispositivos explosivos improvisados viables.
Uno de los atacantes, Sajid Akram, de 50 años y nacionalidad india, murió tras recibir disparos de la policía durante el operativo. El hombre ingresó a Australia con visa en 1998. Su hijo, Naveed Akram, de 24 años y nacionalidad australiana, sobrevivió con heridas de bala. Permaneció hospitalizado y este lunes fue trasladado a la cárcel. Enfrenta múltiples cargos, entre ellos terrorismo y 15 homicidios.
Australia guardó un minuto de silencio el domingo, una semana después del ataque. En Bondi Beach, la actividad retomó la normalidad de forma gradual. Visitantes dejaron flores y realizaron momentos de reflexión en un memorial improvisado para las víctimas.
El primer ministro Anthony Albanese reiteró que el Gobierno impulsará leyes más estrictas contra el discurso de odio y el extremismo. También ofreció disculpas a la comunidad judía australiana y aseguró que el Estado reforzará su protección.
El gobierno federal anunció reformas en las leyes sobre posesión de armas, discurso de odio y una revisión de los servicios policiales y de inteligencia. Albanese mantuvo su propuesta de un plan amplio de recompra de armas para retirarlas de las calles.
En Nueva Gales del Sur, el estado más poblado del país, el parlamento sesionó durante dos días para presentar lo que las autoridades calificaron como las reformas más duras sobre armas de fuego en Australia. La iniciativa también incluye la prohibición de símbolos terroristas, como la bandera del EI hallada en un vehículo vinculado a uno de los sospechosos.
La propuesta legal limitaría a cuatro el número de armas por persona, o a 10 en casos con permisos especiales, como agricultores. Las autoridades estiman que en el estado existen más de 1,1 millones de armas registradas. La normativa también permitiría prohibir protestas durante tres meses después de un atentado terrorista.
*La creación de este contenido contó con la asistencia de inteligencia artificial. La fuente de esta información es de un medio del Grupo de Diarios América (GDA) y revisada por un editor para asegurar su precisión. El contenido no se generó automáticamente.

