
Ciudad de Panamá, Panamá. El presidente de Panamá, José Raúl Mulino, extendió hasta el 29 de junio la prohibición de libertades de reunión y movimiento en Bocas del Toro, pese al cese de las protestas que causaron pérdidas millonarias por saqueos y bloqueos de carreteras.
El pasado viernes 20 de junio, Mulino suspendió por cinco días varios derechos constitucionales en la provincia de Bocas del Toro, fronteriza con Costa Rica, por disturbios.
La medida se extiende ahora “hasta el día domingo”, señaló en conferencia de prensa el ministro de la Presidencia, Juan Carlos Orillac, tras un consejo de gabinete
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En la localidad de Changuinola, grupos de manifestantes encapuchados causaron el jueves 19 de junio daños en un aeropuerto, en un estadio de béisbol y en varios edificios públicos y oficinas. Además, quemaron decenas de vehículos y saquearon varios comercios.
Por ese motivo, Mulino suspendió los derechos de reunión y manifestación en esa región. También dejó sin efecto las garantías constitucionales que impiden la violación del domicilio y el registro de comunicaciones personales, y suspendió internet y la telefonía móvil.

La decisión de ampliar el período de prohibiciones se tomó pese a que, según el gobierno panameño, ya no hay disturbios ni enfrentamientos entre manifestantes y policías.
Sin embargo, “continúan los bloqueos (de rutas) en algunas regiones” de Bocas del Toro y la policía realiza allanamientos para “tratar de lograr la recuperación de los bienes robados en los comercios” y capturar a los responsables de los disturbios, señaló el ministro de Seguridad, Frank Ábrego.
Desde el pasado 28 de abril, había más de cuarenta bloqueos en carreteras, donde los manifestantes colocaron troncos y objetos pesados para evitar el paso de la policía, lo que provocó desabastecimiento y pérdidas millonarias en la provincia.
Según Ábrego, aún queda una decena de estos puntos por desbloquear.

En la víspera, el director de la Policía, Jaime Fernández, dijo que los agentes habían tomado “el control de la situación” en esa región.
“Ya existe una consolidación de la policía y de la fuerza pública en general en Bocas del Toro”, afirmó Fernández.
Las manifestaciones contra el gobierno han dejado hasta ahora un muerto, más de 300 detenidos, y decenas de heridos, entre ellos 14 policías, según las autoridades.
Hasta la semana pasada, los trabajadores de la compañía bananera estadounidense Chiquita Brands lideraban las protestas, pero ahora las autoridades acusan a “bandas delincuenciales” y a “pandilleros” de los disturbios.
