Copenhague. El gobierno del inmenso y codiciado territorio autónomo danés en el Ártico, Groenlandia, anunció el jueves pasado que aceptó una propuesta estadounidense de ayuda por un monto de $12,1 millones para proyectos “civiles”.
"Es positivo que una cooperación mayor entre Groenlandia y Estados Unidos se traduzca en resultados tangibles, bajo forma de financiación a proyectos", se congratuló en un comunicado el primer ministro groenlandés, Kim Kielsen.
Esta ayuda estadounidense concierne a proyectos civiles y sobre todo se centrará en la industria minera, el turismo y la educación.
Para Estados Unidos, que obtuvo la autorización de Copenhague en diciembre para instalar un consulado en la capital groenlandesa, Nuuk, se trata en particular de mantener su impronta en la región, luego del intento fallido del presidente Donald Trump de comprar la gigantesca isla, en agosto pasado.
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Tanto los recursos naturales de Groenlandia (petróleo, gas, oro, diamantes, uranio, zinc, plomo, entre otros) y el calentamiento global, que abre nuevas rutas marítimas en la región, atraen el interés de las grandes potencias, sobre todo de Estados Unidos, China y Rusia.
En agosto del 2019, el presidente Donald Trump, un apasionado de las conquistas polares, había manifestado su intención de comprar Groenlandia, una forma de posicionarse cómodamente en el tablero del ajedrez regional, en el cual Estados Unidos está inquieto por las pretensiones chinas y rusas.
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Entonces chocó con la oposición de los gobiernos danés y groenlandés.
“No hay ningún proyecto (...) que implique la compra de Groenlandia”, garantizó por su parte el departamento de Estado de Estados Unidos.