Nueva York. Los medios estadounidenses se preparan para el regreso a la Casa Blanca de Donald Trump, quien antes ayudó a impulsar un mayor consumo de noticias, pero que ahora insta a las empresas de comunicación a protegerse de posibles represalias legales o de otro tipo.
Las compañías de medios anticipan ataques legales por parte de Trump, así como posibles presiones de agencias federales que podrían obstaculizar licencias de emisión, indagar en asuntos fiscales u otras áreas con el objetivo de dificultar las operaciones de aquellas organizaciones que no sigan su línea.
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El profesor de periodismo de la Universidad de Nueva York, Adam Penenberg, comentó que los medios, a pesar de competir en un mercado feroz, deberán colaborar para enfrentar las amenazas planteadas por Trump.
“El segundo mandato de Trump promete ser menos telerrealidad y más un retorno vengativo, especialmente hacia la prensa”, afirmó. “La pregunta no es si atacará a los medios. Lo hará. ¿Pero pueden los medios resistir esos ataques?”.
“No hay nada más importante”, subrayó Penenberg, al afirmar que “cuando la prensa vacila, la democracia paga el precio”.

Enfoque conciliador y cambios en el panorama mediático
Recientes movimientos indican que algunos medios buscan adoptar un enfoque más conciliador hacia Trump. Por ejemplo, la cadena ABC optó por llegar a un acuerdo en una demanda por difamación interpuesta por el expresidente, evitando así un enfrentamiento prolongado.
El panorama mediático en Estados Unidos también enfrenta transformaciones significativas. Por un lado, el consumo de noticias a través de redes sociales sigue en aumento. Por otro, Meta, propiedad de Mark Zuckerberg, anunció el fin de su programa de verificación de hechos en Estados Unidos, una iniciativa que previamente generó críticas de Trump.
Por su parte, el diario The Washington Post, propiedad de Jeff Bezos, decidió mantenerse neutral y no respaldar a ningún candidato antes de las elecciones presidenciales.
Defensa del periodismo
“Los medios noticiosos pueden prepararse reforzando las defensas legales, formando coaliciones y fortaleciendo la ciberseguridad para protegerse de ataques y filtraciones”, explicó Penenberg.
El New York Times, blanco frecuente de las críticas de Trump, advirtió sobre los riesgos que enfrentan las organizaciones mediáticas más pequeñas. Según el diario, estas podrían ser particularmente vulnerables a demandas legales debido a sus limitados recursos financieros, lo que podría llevarlas a autocensurarse.
Algunas compañías ya están sintiendo el impacto de esta dinámica. Trump demandó al Des Moines Register y a una empresa de encuestas en Iowa, tras una proyección en la que la vicepresidenta Kamala Harris aparecía como ganadora en ese estado. El Instituto Knight First Amendment de la Universidad de Columbia señaló que esta acción podría intimidar a otros medios.
Además, la cadena ABC resolvió una disputa legal con Trump mediante un pago de $15 millones por una demanda de difamación, mientras que CBS estaría considerando una resolución similar ante una queja del expresidente contra su programa “60 Minutos”.

Preparativos para el regreso de Trump
Varias organizaciones están revisando sus pólizas de seguro para protegerse contra posibles litigios por difamación. También trabajan en mejorar la seguridad para proteger a sus fuentes en investigaciones sobre temas sensibles.
Penenberg destacó que, mientras algunas redacciones se enfocan en defenderse de demandas, otras deben prepararse para campañas de presión y acoso regulatorio. Aunque otros presidentes también han mostrado hostilidad hacia la prensa, la postura de Trump ha sido especialmente confrontativa, tildando de “noticias falsas” a los reportajes que considera desfavorables.
El profesor de periodismo Mark Feldstein comparó los esfuerzos de grandes medios y empresas tecnológicas para apaciguar a Trump con las tácticas que los oligarcas rusos emplean con Vladimir Putin. “Es comprensible, ya que Trump ha dejado claro lo vengativo que será con quienes se le oponen”, explicó Feldstein, profesor en la Universidad de Maryland.
“Sin embargo, el público depende de una prensa libre para garantizar la honestidad de los funcionarios gubernamentales”, concluyó.
