Asunción. Marcelo Pecci, el fiscal paraguayo asesinado a tiros por un par de sicarios cuando estaba de luna de miel en el Caribe colombiano, se caracterizó por la firmeza con la que enfrentó a los grupos del crimen organizado en su país.
"Insto a que se cumpla realmente con la responsabilidad. No se puede poner como pretexto que hay corrupción. Corrupción hay en todos lados. Todas las instituciones tienen actores de corrupción pero hay que ser firmes y cada uno debe cumplir su rol (...) si no vamos camino ya a Juárez, a Sinaloa (ndlr, zonas de fuerte actividad de cárteles de droga en México)", dijo en una de sus últimas entrevistas.
El también fiscal Luis Piñánez, quien fue su compañero en el colegio San José, uno de los más tradicionales de la capital paraguaya, Asunción, aseguró que ya "de niño tenía un carácter fuerte, directo, sin medias tintas".
De 45 años, era el hijo mayor del exmagistrado Francisco Pecci y de la exazafata Maricel Albertini. Tenía dos hermanos: Gabriela, una arquitecta de 42 años, y Francisco, un economista de 40. Se graduó con notas distinguidas en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional. Su carrera como fiscal comenzó en 2000 y se especializó en combate al narcotráfico y lavado de dinero.
"Marcelo fue un hombre recto, honesto, serio, intachable y con una pulcritud como muy pocos tienen", lo describió su colega abogado y también excompañero de colegio, Jorge Kronawetter.
Antes de su viaje turístico a Colombia, Pecci se preparaba para el juicio oral del brasileño Waldemar Pereira, alias “Cachorrao”, un supuesto miembro del la poderosa organización criminal Primeiro Comando capital (PCC) acusado del crimen de un periodista en la frontera entre ambos países, el 12 de febrero de 2020.
Policías de investigaciones allanaron la celda de “Cachorrao” horas después de conocerse el crimen, pero también la del brasileño-libanés Kassem Mohamad Higazi, quien espera su extradición a Estados Unidos, decretada por un juez en abril pasado. Además, los investigadores también efectuaron requisas en celdas de tres colombianos alojados en cárceles locales que fueron detenidos por narcotráfico.
Considerado la mano derecha de la fiscal general Sandra Quiñonez, estuvo a cargo de investigaciones de fuerte repercusión en los medios, como el secuestro y asesinato en 2005 de Cecilia Cubas, hija del expresidente Raúl Cubas (1998-1999). También se ocupó del caso del astro retirado del fútbol brasileño Ronaldinho, detenido y enjuiciado en 2020 en Asunción por falsificación de pasaporte paraguayo.
También, estuvo al frente de la captura en 2015 del exdiputado suplente del Partido Colorado (oficialismo), Rubén Sánchez, acusado de lavado de dinero y asesinado en agosto de 2021.
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Recién casado
Pecci se había casado el 30 de abril con la periodista televisiva Claudia Aguilera, junto a quien compartía al momento de su asesinato el 10 de mayo en una playa de la isla Barú, cerca de la ciudad de Cartagena de Indias. Su viuda confirmó en una nota este sábado que está embarazada.
“Se sabía públicamente donde iba a pasar su luna de miel. Fue una actitud muy inocente permitir que la gente tenga conocimiento de sus acciones”, dijo a la AFP el exministro del Interior y jefe de la Secretaría Antidrogas, Arnaldo Giuzzio.
El crimen "es un mensaje para otros fiscales, otros jueces, para la Policía antidrogas. Se produjo en el momento más sensible de su vida. Estaba empezando a formar familia. Lo matan cuando estaba de luna de miel, cuando esperaba un hijo", lamentó Giuzzio.
El cuerpo del fiscal fue repatriado este sábado y su funeral se realizará el domingo. Pecci fue dirigente del club de fútbol Guaraní, de la primera división paraguaya. Jugaba como mediocampista en equipos de exalumnos de su colegio.
Muy apegado a la madre, de niño viajaba en los aviones comerciales y tuvo como hobby refaccionar a modo de museo un viejo aparato de las extinas Líneas Aéreas Paraguayas, la línea de bandera nacional desaparecida a mediados de la década de 1990.
“Era muy ordenado, responsable de sus obligaciones”, lo recordó su padre. “Lo voy a extrañar mucho”, se lamentó.