
El miércoles 10 de diciembre, Estados Unidos golpeó el corazón económico del régimen venezolano al incautar un petrolero cargado con crudo (petróleo en su estado natural, antes de ser refinado) frente a las costas del país, en una nueva escalada de presión impulsada por el presidente Donald Trump contra el gobierno de Nicolás Maduro.
El buque, denominado Skipper, transportaba 1,1 millones de barriles de petróleo al momento de ser abordado. Washington no solo confiscó el cargamento, sino que también anunció nuevas sanciones contra las navieras que sigan transportando crudo venezolano.
Según autoridades estadounidenses, la operación se llevó a cabo bajo una orden de decomiso emitida por el Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés), lo que marca una diferencia clave con los operativos antidrogas en alta mar que ha ejecutado el gobierno estadounidense.
Kristi Noem, secretaria de Seguridad Nacional de EE. UU., calificó la incautación como un golpe directo al régimen venezolano.

Pero, ¿por qué esta acción pesa tanto para el gobierno de Maduro? Para entender la dimensión del golpe explicamos el tema a partir de cuatro puntos clave:
1-El petróleo, el corazón económico del régimen de Maduro
El petróleo es la principal fuente de ingresos del Estado venezolano y, por tanto, la base económica sobre la que se sostiene el régimen de Nicolás Maduro. Venezuela posee más petróleo que cualquier otro país, con reservas estimadas en 303.000 millones de barriles.
De acuerdo con The Wall Street Journal (WSJ), la incautación de un petrolero afecta mucho más a Maduro que los ataques aéreos contra supuestas narcolanchas, ya que plantea una crisis existencial para un gobierno que se sostiene con los ingresos del crudo.
Durante años, más del 90% de los ingresos por exportaciones de Venezuela provinieron del petróleo. Ese dinero no solo financia al Estado, sino también importaciones clave como alimentos, el funcionamiento del gobierno y el sostenimiento del aparato militar, indicó The New York Times.
Por eso, cada cargamento interceptado tiene un efecto en cadena para Venezuela: menos dólares disponibles, mayor presión inflacionaria y un riesgo creciente de escasez.
El WSJ detalla que el petrolero incautado transportaba crudo valorado en unos $80 millones, equivalente a cerca del 5% del gasto mensual del país en importaciones.
2-El petróleo como base del proyecto chavista que heredó Maduro
El petróleo fue la principal fuente de financiamiento del proyecto político del “socialismo del siglo XXI” impulsado por Hugo Chávez, y heredado por Maduro.
Según Transparencia Venezuela, una organización no gubernamental dedicada al monitoreo de la corrupción y la gestión pública de ese país, tras la llegada de Chávez al poder Petróleos de Venezuela S. A. (Pdvsa) dejó de operar como una empresa técnica y pasó a convertirse en una herramienta política y electoral.
Este proceso se profundizó después del paro petrolero de 2002–2003, cuando el control de la industria quedó definitivamente en manos del gobierno.
Desde entonces, los recursos de la petrolera estatal se utilizaron para: financiar programas sociales, respaldar campañas electorales, y consolidar alianzas regionales mediante diplomacia petrolera y precios preferenciales a gobiernos aliados.
Un esquema que no desapareció con la muerte de Chávez. Por el contrario, Maduro asumió el poder en 2013 sobre esa misma estructura, basada en el control político de la renta petrolera.
3-El petróleo como sostén del régimen pese a las sanciones
Aunque las sanciones de Estados Unidos han restringido severamente su comercio, Venezuela nunca dejó de vender petróleo, lo que ha permitido al régimen de Maduro mantenerse a flote.
Según WSJ y Reuters, el país ha recurrido a un esquema cada vez más costoso y opaco, que incluye grandes descuentos en el precio del crudo, un número reducido de compradores (principalmente China) y redes de intermediarios apoyadas en una “flota fantasma” de buques envejecidos y, en muchos casos, sancionados.
Estas operaciones reducen significativamente los ingresos reales que recibe el Estado venezolano y elevan los costos logísticos y financieros. Aun así, siguen generando dólares suficientes para sostener al gobierno, en un contexto de colapso económico general.
De acuerdo con WSJ, la amenaza de incautaciones de petroleros ya ha tenido efectos inmediatos: parte del tráfico petrolero se ha paralizado, con buques esperando sin cargar en los principales puertos del país, ante el temor de nuevas acciones estadounidenses.
4-El deterioro de Pdvsa y la pérdida de capacidad de producción
Petróleos de Venezuela S. A. (Pdvsa) pasó de ser una de las petroleras estatales más eficientes de América Latina a una empresa profundamente debilitada por decisiones políticas, corrupción y falta de inversión.
Según El País, en 1998, antes de la llegada de Hugo Chávez al poder, Venezuela producía 3,2 millones de barriles diarios de petróleo. Tras la huelga petrolera de 2003, el gobierno despidió a más de 18.000 trabajadores especializados, lo que marcó el inicio de un deterioro sostenido en la operación de la empresa.
Con el paso de los años, los criterios técnicos fueron sustituidos por lealtades políticas y control militar, se multiplicaron los casos de corrupción y se descuidaron la inversión, el mantenimiento y la infraestructura.
Reuters documentó que en 2017 Nicolás Maduro nombró al general de la Guardia Nacional Manuel Quevedo, sin experiencia en el sector petrolero, para dirigir Pdvsa. Las sanciones impuestas a partir de ese año agravaron una crisis que ya venía gestándose desde años atrás, producto de la mala gestión y la politización de la empresa.
Un informe de Transparencia Venezuela reveló que durante 20 años de chavismo, 16 países investigaron 127 casos de corrupción vinculados a Pdvsa, con pérdidas superiores a $42.000 millones para las arcas venezolanas.
