El Banco Central de Costa Rica (BCCR) redujo su tasa de política monetaria (TPM) en 50 puntos base (p. b.), situándola en un 3,75% desde el 4% en que se estaba desde octubre del año pasado.
Al mismo tiempo, la Reserva Federal de Estados Unidos mantiene sus tasas en un rango de 4,25%-4,50% desde diciembre de 2024, lo que genera un diferencial de 50 p. b. entre los tipos de referencia en colones y dólares.
Esta diferencia en favor del dólar podría incentivar una mayor preferencia por los ahorros o inversiones en la moneda estadounidense.
Incluso, el premio por invertir en colones se mantiene negativo en los principales plazos de referencia, de acuerdo con el Informe Mensual de Coyuntura Económica de julio, publicado por el BCCR el 21 de julio.
Desde abril del año pasado, el diferencial entre la TPM y el límite inferior de la tasa de referencia de la Reserva Federal osciló entre 25 y 75 p. b. en favor de los dólares.
Sin embargo, los datos del Mercado de Monedas Extranjeras (Monex) revelan que el tipo de cambio no muestra un aumento significativo durante este periodo.
¿Cuál es la reacción?
Juan Bautista Monge, de la Subgerencia Financiera de Mucap, consideró que esta nueva ampliación del diferencial de tasas puede incentivar una mayor demanda de divisas, ya que los rendimientos en colones se vuelven relativamente menos atractivos en relación con los dólares.
William Porras, economista de Ecoanálisis, explicó que, si bien esta dinámica entre tasas puede incentivar una mayor demanda de divisas, no sería suficiente para contrarrestar la oferta habitual que ingresa a la economía.
Enfatizó que grandes demandantes de dólares, como las operadoras de pensiones y otros inversionistas, alcanzaron su límite de inversión en moneda extranjera, particularmente en el mercado internacional, lo que influye en la demanda.
“Casi que los dólares que se están comprando el día de hoy simplemente es para poder satisfacer las necesidades del mercado local (...) Costa Rica tiene una entrada natural de dólares que se llama zona franca. Esa cantidad de dólares ya es natural, suceda lo que suceda en el mercado local costarricense, siempre vamos a seguir recibiendo dólares”, indicó Porras.
José Luis Arce, economista y director de Análisis y Estrategia en FCS Capital, comentó que, aunque se percibe una dolarización moderada, en especial de inversiones del sector privado en el exterior, esta es ordenada y no muy acentuada, de manera que no se ha reflejado en presiones cambiarias excesivas.
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Añadió que el premio negativo por el ahorro en colones no ha provocado una dolarización significativa o desordenada de los portafolios locales. Indicó que los inversionistas y los ahorrantes toman en cuenta diversos factores cuando recomponen sus portafolios, como los rendimientos reales, su aversión o no al riesgo cambiario y la moneda de sus flujos.
“(...) como las tasas en colones, aunque son bajas en relación con las de dólares, siguen pagando un rendimiento real aceptable, eso ha permitido que no se recomponga fuertemente el portafolio en dirección de los dólares y que eso presione el tipo de cambio como en otras ocasiones”, señaló Arce.
En esa misma línea, Karol Fernández, analista de Inversiones de Mercado de Valores, afirmó que no se evidencia que los inversionistas en dólares estén aprovechando el mayor premio por invertir en la moneda, por lo que no se anticipa presión al alza en el tipo de cambio.
Agregó que la demanda de divisas sigue sin ser suficiente para contrarrestar las presiones de oferta en el mercado, con excepción de algunas sesiones de negociación en Monex, las cuales no han implicado un cambio sostenido en el precio.
Luis Alvarado, analista económico y bursátil de Acobo Puesto de Bolsa, consideró que, de no modificarse significativamente el comportamiento de todos los factores que afectan el exceso de divisas en la economía nacional, no se anticipa un cambio en la tendencia observada en los últimos meses, a pesar del diferencial en las tasas.
Por su parte, Monge afirmó que podría haber presión al alza sobre el tipo de cambio en este contexto, especialmente si se combina con otras condiciones, como una reducción en el ingreso de inversión extranjera directa (IED) y una menor llegada de turistas.
No obstante, destacó que, si bien existen razones para prever una ligera tendencia alcista en el precio del dólar, esta no interferiría con fuerza en la relativa estabilidad del tipo de cambio observada en 2025.
Probabilidad baja
Róger Madrigal, presidente del Banco Central, aseguró que al tomar la decisión de reducir la TPM, la Junta Directiva del emisor valoró un eventual impacto en el tipo de cambio del dólar. Sin embargo, el jerarca recalcó que la probabilidad de un desorden en el mercado cambiario es baja.
Madrigal indicó que la diferencia entre tasas en favor de los dólares ha llevado a una recomposición de la riqueza financiera entre ambas monedas, aunque en cantidades pequeñas y sin alterar el orden del mercado cambiario.
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“Mientras esto ocurra, no hay ningún problema. Ahí ha habido presión para que el tipo de cambio suba, porque hay más demanda de moneda extranjera. Si esta recomposición se diera de forma desordenada, lo que habría es un incremento como en 2008, 2014 o en buena parte del 2020 al 2022, observaríamos desórdenes en el mercado”, aseguró el jerarca.
El presidente del BCCR agregó que la Junta valoró que la probabilidad de un desorden en el mercado cambiario no es cero, pero que, por otras razones, las posibilidades de que ocurra una situación así son relativamente bajas.
“La probabilidad de que por desórdenes financieros el tipo de cambio aumente, la opinión de la Junta como cuerpo colegiado es que es relativamente baja”, comentó Madrigal, el pasado 17 de julio.
¿Qué ha pasado antes?
La TPM se ha mantenido por debajo de la tasa de referencia de la Fed desde abril del año pasado. Si bien el tipo de cambio subió en las primeras semanas en que esto ocurrió, la mayor parte del periodo presentó una tendencia a la baja.
Desde mediados y hasta finales de 2024, el comportamiento fue descendente, mientras que en lo que va de 2025 el precio de la divisa se ha mantenido relativamente estable, con oscilaciones entre ¢500 y ¢510.
