La inflación interanual en Estados Unidos cayó en setiembre a su nivel más bajo desde febrero de 2021, según el índice PCE, el más seguido por la Reserva Federal (Fed), publicado este jueves a cinco días de las elecciones presidenciales.
El PCE marcó así 2,1% en la medición anual, frente a 2,3% en agosto, rozando el objetivo de 2% de la Fed, un nivel considerado sano para la economía. En tanto, en la medición mes a mes, entre agosto y setiembre, los precios aumentaron 0,2%, ligeramente más que el 0,1% de incremento entre julio y agosto. Los datos están en línea con lo esperado por los analistas.
A diferencia de Estados Unidos, la inflación interanual en la Unión Europea se elevó al 2% en octubre, respecto al 1,7% en setiembre.
En el caso estadounidense, la inflación subyacente, que excluye los precios más volátiles como alimentación y energía, se mantuvo estable en 12 meses a setiembre, a 2,7%. También tuvo una ligera variación positiva en la medición mes a mes entre agosto y setiembre, pasando a 0,3%, frente a 0,2% entre julio y agosto.
El otro índice inflacionario, el índice de precios al consumo, publicado días atrás, también cedió en setiembre a su nivel más bajo desde febrero de 2021 (2,4% en un año).
La inflación ocupa un lugar preponderante en la carrera por la Casa Blanca antes de las elecciones del 5 de noviembre entre la vicepresidenta Kamala Harris y el expresidente republicano Donald Trump.
El 41% de los estadounidenses declara que la inflación es su principal preocupación económica, según una encuesta de Bankrate publicada el pasado 15 de octubre. Entre los republicanos, el porcentaje asciende a 56%, y entre los demócratas cae a 28%.
La disparada de precios desde 2021, durante la recuperación económica pospandemia, con Joe Biden recién llegado al gobierno, es uno de los factores más difíciles de remontar para los demócratas en la carrera por la Presidencia.
Contraste
En todo el país, delante de las casas de los votantes republicanos, se instalaron pequeños carteles que rezan “Trump precios bajos, Kamala precios altos”.
Trump prometió el sábado, durante un acto electoral en Nueva York, que haría el costo de vida “nuevamente accesible en Estados Unidos”, mediante la reducción de impuestos.
Kamala Harris aseguró el miércoles que tiene “un plan muy preciso y detallado para reforzar” la economía. “Eximios economistas examinaron mi plan e indicaron que reforzará la economía, y (señalaron) que el plan de Donald Trump la debilita”, afirmó.
Para contrarrestar la inflación, la Reserva Federal, el banco central estadounidense, aumentó sus tasas de interés a máximos en más de 20 años. Tasas altas encarecen el crédito y desestimulan el consumo y la inversión, con lo que se reducen las presiones sobre los precios.

Con la inflación cerca de la meta de la Fed, el banco central cambió su foco de preocupación al desempleo.
La Fed tiene dos mandatos: mantener a raya la inflación y lograr el pleno empleo.
Por eso en setiembre comenzó a reducir los tipos de interés de referencia, un movimiento que debería continuar en su próxima reunión del 6 y 7 de noviembre, precisamente al día siguiente de la elección.
El mercado espera un nuevo recorte, esta vez de un cuarto de punto porcentual en lugar de medio, para que las tasas queden en un rango de 4,50 a 4,75%, según el consenso reunido por CME Group.
Inflación en eurozona
La inflación de la eurozona registró en octubre un repunte, levemente por encima de las expectativas, y se situó en 2,0% interanual, aunque en general se mantuvo alineada con la meta definida por el Banco Central Europeo (BCE).
En septiembre la inflación de la zona del Euro había sido estimada en 1,7%. Para octubre, el mercado aguardaba un índice de 1,9%, de forma que el 2,0% apuntado por la agencia europea de estadísticas Eurostat quedó por encima de la previsión.
La agencia Eurostat anunció que los precios de los servicios aumentaron en octubre el 3,9%, al tiempo que el renglón de alimentos (que incluye el tabaco y las bebidas alcohólicas) subió 2,9%.
Los servicios ya habían aumentado 3,9% en septiembre, pero los alimentos experimentaron un avance de medio punto porcentual.
Simultáneamente, los precios de la energía experimentaron un retroceso de -4,6%.
En tanto, la inflación subyacente -que excluye de la medición a productos con precios volátiles- se mantuvo estable en 2,7%, aunque el mercado esperaba una desaceleración a 2,6%.