Los hogares que representan el 10% con más ingresos en el mundo acumulan el 45% de las emisiones de gases de efecto invernadero, señalan los expertos del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
Dos tercios de ese 10% viven en los países desarrollados. Las emisiones de dióxido de carbono (CO2) de las clases medias y desfavorecidas de los países desarrollados representan por su parte entre 5 y 50 veces más que sus homólogos en los países en desarrollo, añade el IPCC informe revelado este lunes 4 de abril.
El estudio advirtió que las emisiones de CO2 tienen que ser frenadas de aquí a 2025 para que el futuro de la humanidad sea “viable”. Hay que abandonar el carbón, y reducir en al menos un 60% el uso del petróleo, y del 70% en el caso del gas, de aquí a 2050, según el informe de expertos.
Si no se consiguen desarrollar técnicas de captura de carbono, el carbón debería ser abandonado totalmente, el uso del petróleo debería ser reducido en al menos 60% y el gas en al menos 70% de aquí a 2050, respecto a los niveles de 2019.
“Casi toda la producción mundial de electricidad debería provenir de fuentes con cero o baja emisión de carbono”, estima el IPCC.
Solamente el 10% de la electricidad producida en el mundo, en 2021, proviene de la energía solar o eólica, calculan expertos del sector independientes.
Algunos mienten
Algunos gobiernos y líderes empresariales dicen una cosa pero hacen otra. Por decirlo llanamente, mienten. Y los resultados serán catastróficos” advirtió el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, en un mensaje vídeo tras la publicación del informe.
En los últimos meses, el IPCC ha publicado las dos primeras entregas de una trilogía de evaluaciones científicas gigantescas. Miles de páginas describen el efecto invernadero, que está calentando el planeta, y lo que eso significa para la vida y la fauna.
Este tercer informe describe qué hacer al respecto. Pero esa respuesta tiene amplias ramificaciones políticas, ya que las soluciones climáticas afectan prácticamente a todos los aspectos de la vida moderna y requieren una inversión desconocida hasta la fecha.
Las propuestas más radicales abogan por reducir drásticamente el transporte aéreo, obligar a los usuarios a abandonar los vehículos con carburantes tradicionales en favor de los eléctricos, refundar la cadena alimenticia, reduciendo el consumo de carne, repensar la forma de construir las casas.
Las negociaciones en torno a este nuevo informe del IPCC han sido largas, más de dos semanas, línea por línea. Los países en vías de desarrollo reivindicaron especialmente su derecho a seguir aumentando el nivel de vida de sus poblaciones, que suponen la gran mayoría del planeta.