San José
Si el país lograra que su producción creciera 4,5% por año (para este año el Banco Central espera un 2,8%) entre los años 2015 al 2021 el empleo aumentaría 4% y eso sería insuficiente para satisfacer las necesidades de trabajo de la población.
Así lo señala el Vigesimoprimer Informe Estado de la Nación, presentado esta mañana.
"El mercado de trabajo -principal fuente de ingresos de las familias- no muestra resultados favorables, ni se espera que lo haga en los próximos años. El dinamismo de la economía no parece alcanzar, por sí mismo, para brindar más oportunidades a la población que hoy vive en pobreza o, peor aún, que está excluida por factores que bloquean su ascenso social, como las personas adultas con baja escolaridad, los habitantes de regiones periféricas que tienen empleos de baja calidad, las mujeres jefas de hogar con problemas para insertarse en el mercado laboral y los trabajadores informales que no perciben el salario mínimo", señala el documento.
Este informe es un análisis sobre la realidad costarricense desde cuatro capítulos; social, económico, ambiental y político. En el que se presentó hoy se analizan los principales acontecimientos del año 2014 e inicios del 2015.
El informe realizó varios estudios sobre el mercado laboral, donde el país enfrenta el mayor desempleo desde la crisis de los años 80. Según la Encuesta Nacional de Hogares dicho desempleo alcanzó 8,6% en el 2014, que es el año que analiza el documento. Este año se mantuvo estable.
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Uno de dichos estudios fue hacer proyecciones sobre la demanda laboral con base en la matriz insumo producto del 2011, que elaboró el Banco Central. Dicha matriz muestra las relaciones entre las diferentes actividades económicas, permite detallar a quién le compra cada sector y a quién le vende.
El estudio del Estado de la Nación concluyó que para los años 2015 al 2021 el empleo crecerá menos que la producción y esto obedece, explicó el director a.i. del Estado de la Nación, Jorge Vargas, a que los sectores que tienen fuertes encadenamientos hacia atrás y hacia adelante en la producción, y por lo tanto en el empleo, solo representan el 14,7% del empleo.
Poco encadenamiento. Los encadenamientos hacia atrás ocurren cuando una actividad provoca el desarrollo de otras, al demandar bienes de consumo intermedio procedentes de ellas y los encadenamientos hacia adelante se dan cuando, a partir del desarrollo de una actividad, se obtienen productos que otras ramas utilizarán como insumos intermedios.
"Los sectores clave -con fuertes encadenamientos hacia atrás y hacia adelante- solo absorben el 14,7% del empleo (15% redondeado). Es decir, la mayoría de las personas trabaja en sectores que tienen pocos o nulos vínculos entre sí", señala el documento.
Según Vargas si la economía creciera en sectores que arrastran y generan empleo para otros entonces el empleo podría crecer más, pero si lo hace en sectores con poco arrastre entonces el empleo crece menos que la producción.
"Donde se está generando empleo, no son en los sectores donde más se multiplica el empleo, sino los sectores que son arrastrados por otros, ese es el descalce por el lado de la demanda fundamental, a menos que logremos que en vez de 15% en esos sectores donde hay mucha multiplicación de empleo pasen a 50% entonces ahí sería otra cosa", comentó Vargas.
Los sectores que el informe llama "claves", explicó Vargas, no son aquellos, de punta, o sofisticados, sino los que tienen encadenamientos hacia atrás y hacia adelante.
Según la clasificación que realizó el informe, las actividades que se encuentran en sectores clave son: ganado y aves de corral, otros productos alimenticios, papel, construcción de edificios, finanzas y seguros.
Los otros sectores que clasificó el informe fueron: los estratégicos (representan 54% del empleo), que se cartacterizan por baja demanda de insumos, pero abastecen a otros por ejemplo: cultivos alimentarios; los impulsores (11%) que compran insumos, pero venden poco a otros como insumos intermedios, por ejemplo: lácteos y los independientes (20%), que consumen poco de insumos intermedios y destinan su producción a abastecer, principalmente, la demanda final, por ejemplo, prendas de vestir.
Para Vargas, una política que impulse sectores clave podría ayudar a reducir el desempleo de forma más efectiva en el corto plazo, mientras se continúa con políticas de largo plazo como son la educación.