Ticos compran cada vez más en línea pero exigen garantías

Las compras en línea son una realidad para el costarricense, quien se torna en un comprador cada vez más maduro y exige garantías y respaldo en los productos que adquiere.

Así lo demostró el más reciente estudio Red 506 elaborado por Unimer para El Financiero y el cual será presentado el próximo 26 de julio en el hotel Wyndham San José Herradura, a partir de las 2 p. m.

Asista al evento RED 506

La investigación fue realizada con un panel en línea de 604 personas con edades entre los 18 y 54 años, que residen en la Gran Área Metropolitana y que cuentan con acceso a Internet. Los resultados tienen un margen de error de cuatro puntos porcentuales y un nivel de confianza del 95%.

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A diferencia del estudio Red 506 del año anterior, esta vez se muestran usuarios que le van perdiendo el miedo a ingresar sus datos personales en una plataforma de pago; pero a cambio piden respaldo por parte del proveedor, garantía en los productos, seguridad de su información y confianza en el proceso de compra.

El estudio de este año reveló que para el 64% de las personas, entre lo más importante a la hora de comprar en línea figura que la plataforma ofrezca una forma de pago segura, seguido del respaldo y garantía (para devoluciones o cambios), con un 46%. En tercer lugar aparece el reconocimiento de la empresa que ofrece el sitio web, con 44%.

Los consultados podían mencionar más de una cualidad.

Cumpla lo que promete, sea claro con las políticas de entrega y devoluciones, agilice la logísitica de entrega y acompañe al usuario en todo el proceso de compra, son las conclusiones que arroja la investigación estadística.

A este proceso de respaldo, súmele la transparencia, información de los productos e ingenio para conectar con los compradores digitales.

Otros aspectos que mencionaron los encuestados como relevantes para comprar en línea fueron:

1. Colocar los precios de los productos.

2. Imágenes de alta calidad y que incluyan las especificaciones de los artículos o servicios.

3. Que el sitio web cuente con la información detallada del contacto (teléfonos, correos electrónicos, horarios).

4. Atención rápida a las consultas que se hacen en línea.

5. Promociones atractivas en redes sociales y que los posteos sean más creativos.

La ubicación del negocio no debe significar para los empresarios costarricenses un acabose, pues ante la pregunta: ¿qué prefiere, las plataformas nacionales o internacionales? La mayoría de los encuestados (48%) respondió: me es indiferente.

De esas respuestas se puede inferir que el consumidor lo que busca es el producto o servicio como tal, pero que a su vez, el proveedor ofrezca los elementos de garantía y calidad.

Enfréntese a los gigantes del e-commerce. Las empresas costarricenses no deberían de temerle a las ventas en línea, pues en este momento representan un nicho de negocio que cada vez va creciendo.

Jorge Solano, gerente comercial de Correos de Costa Rica, dijo que solo en lo que va de este año, las compras realizadas por costarricenses en el extranjero por medio de esta empresa crecieron en más de un 35% en plataformas estadounidenses como eBay o Amazon, y en más de 600% en plataformas asiáticas como Aliexpress y Wish.

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“Al cierre del año 2016 se espera haber entregado más de 9 millones de paquetes de compras realizadas en plataformas internacionales”, señaló Solano.

En el caso de los sitios locales, el gerente de Correos dijo que las ventas por Internet muestran un crecimiento, aunque no es tan acelerado ni tan cuantioso como sucede con las tiendas internacionales.

Las cifras de la entidad evidencian que en estos siete meses el número de paquetes entregados por Correos de Costa Rica, producto del comercio electrónico con origen local, creció en más de 15% y alcanzó, en el primer semestre, cerca de las 50.000 piezas.

El promedio general de las veces que el costarricense compra en línea oscila entre una vez al mes y una vez cada dos ó tres meses, según Red 506.

En esta ocasión la investigación estadística de El Financiero se acompaña con un estudio cualitativo que profundiza en la vida digital de las mujeres económicamente activas con edades entre los 25 y 45 años.

Los datos cuantitativos y cualitativos pretenden mostrar una fotografía de la realidad que viven las personas conectadas.