Ana Aguar es estudiante española, pero desde agosto cursa un semestre en la Universidad de Costa Rica (UCR). En estos tres meses, ha aprovechado su estadía para compaginar sus estudios con la visita a destinos turísticos.
Esta estudiante, oriunda del municipio de Zaragoza, estudia en la Universidad de Alicante y vino de intercambio a la UCR. En el país ya ha visitado sitios de playa como Uvita, Puerto Viejo y Cahuita, en Limón, y de bosque o volcán como Monteverde y La Fortuna, en San Carlos.
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Aguar comentó que en su Universidad les ofrecen la posibilidad de elegir entre un intercambio en Europa o Latinoamérica y ella tenía claro que quería venir a esta región, pues ya había estado en Perú. Al final, analizó factores económicos y culturales, hizo una lista de países y entre ellos eligió a Costa Rica.
Esta actividad, que combina los estudios con el turismo, ha recobrado fuerza al bajar el embate de la pandemia. Indicadores como el ingreso de divisas y la cantidad aprobada de permisos para estudiantes internacionales muestran una recuperación importante.
Según los registros de la Balanza de Pagos Trimestral del Banco Central de Costa Rica, en el primer semestre de este año ingresaron a Costa Rica $38 millones por motivos de viajes educativos. Ese dato incluye todos los gastos que hacen los turistas que visitan el país por estudios.
La recuperación para el primer semestre del año es notable pues recobra valor al compararla con los últimos dos años. En solo seis meses, el ingreso de divisas al país por viajes educativos sobrepasó los del 2020 ($21,5 millones) y superó los del año anterior ($33,4 millones). Para llegar a los niveles prepandemia, tendrán que ingresar unos $40 millones en el último semestre del 2022.
Otro indicador que muestra señales de recuperación es la cantidad de permisos de permanencia para estudiantes internacionales. Solo este año, con corte al 25 de octubre, la Dirección de Migración y Extranjería ha aprobado 3.420 solicitudes para personas migrantes en Costa Rica, así como para quienes participan de intercambios o convenios estudiantiles por periodos determinados.
En este caso, Migración aclaró que desde el 2021 se emitió una normativa para regularizar la situación de las personas migrantes menores de edad, con el fin de que pudieran permanecer legalmente en el país para realizar sus estudios de primer y segundo ciclo en centros educativos públicos. Antes de la pandemia, la cifra oscilaba entre las 1.000 y 1.500 personas.
Aunque el aumento global responde en parte a esa directriz, en el desglose individual se evidencia que países emisores de turistas, como Estados Unidos, ya superaron la cantidad de estudiantes que ingresaron en el 2019, y otras naciones también muestran signos de recuperación. Solamente en el 2022 llegaron personas de más de 60 nacionalidades.
Al igual que Ana Aguar, otros estudiantes internacionales como Flannery Foley, de la Universidad North Texas, también viajaron a Costa Rica para complementar sus estudios y conocer los principales destinos turísticos.
“Hemos ido a muchos lugares como Manuel Antonio, Monteverde, La Fortuna y aquí en Turrialba. También practicamos con dueños de hoteles, compartimos con personas de la comunidad, como en las sodas, para aprender más de cómo es el turismo”, comentó la estudiante del Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (Catie).
Si bien el estudio es el principal objetivo, los viajes turísticos dentro del país se traducen en un ingreso importante de divisas, un beneficio adicional para las comunidades y para las propias casas de enseñanza.
Universidades especializadas
Universidades como la EARTH, que ofrece licenciaturas en ciencias agronómicas en Guácimo, Limón, y centros como el Catie, que imparte posgrados en los sectores agropecuario y de recursos naturales en Turrialba, se han especializado en recibir estudiantes internacionales de todas partes del mundo, los cuales conforman el grueso de su población universitaria en el campus, con una oferta académica enfocada en temas verdes.
Estos centros académicos trabajan bajo el modelo de internado, es decir, los estudiantes viven dentro del campus mientras estudian. Sin embargo, participan de muchas actividades fuera de la universidad, como giras a fincas, eventos comunales, culturales y turísticos.
Carlos Araya, director de desarrollo de Negocios Verdes y Alianzas Estratégicas del Catie, explicó que ellos cuentan con dos programas. Las maestrías enfocadas en medio ambiente, donde el 95% de los estudiantes son extranjeros, así como un segundo programa sobre turismo educativo, que decidieron lanzar tras la pandemia.
Bajo ese segundo modelo, los estudiantes vienen por un periodo determinado. Si bien también viajan para aprender y estudiar, la institución les brinda la posibilidad de conocer el país por medio de excursiones y otras actividades turísticas.
“En ese programa le damos las facilidades a los estudiantes para que puedan venir a Costa Rica a conocer la naturaleza y los beneficios que tiene el país desde el punto de vista ambiental. A la vez, disfrutan de un país muy estable socialmente y que cuenta con una buena estructura turística”, explicó Araya. Actualmente, tienen a 200 estudiantes en esa modalidad.
En el caso de la Universidad EARTH, este año tienen 401 estudiantes de 36 países, incluyendo Costa Rica, de los cuales 317 son internacionales. Usualmente, el promedio anual de extranjeros ronda el 80%, según Connie Burgos, directora de Comunicación y Mercadeo del centro académico.
En Costa Rica, los estudiantes no hispanohablantes aprenden español, se familiarizan con aspectos culturales del país, comparten con comunidades vecinas, así como con asociaciones externas y organizaciones educativas, al tiempo que cursan sus estudios, con enfoques en medio ambiente, desarrollo sostenible y agricultura, principalmente.
Otros centros de enseñanza públicos también reciben personas de variadas latitudes, todos los años. Tal es el caso de la UCR, que este año admitió 168 estudiantes: 103 de intercambios semestrales, 13 en programas de corta duración y 52 en pasantías de investigación, procedentes de Alemania, Bélgica, China, Colombia, España, Estados Unidos, entre otros.
Yorleni Aguilar, subdirectora de la Oficina de Asuntos Internacionales y Cooperación Externa de la Universidad, destacó que este número es relativamente bajo, en comparación con las cifras previas a la pandemia, aunque sí muestran una tendencia a la recuperación.
“Antes de la pandemia de la covid-19, la cifra anual era de aproximadamente 160 personas estudiantes visitantes, más alrededor de 50 en programas especiales de corta duración. Aunque actualmente la cifra va nuevamente en aumento”, explicó la funcionaria.
Según Aguilar, para el primer semestre del 2023 han recibido cerca de 80 solicitudes de intercambio. La UCR cuenta con 133 convenios de movilidad estudiantil, que facilitan el intercambio con 126 universidades de educación superior del mundo.
Beneficios
La actividad del turismo educativo tiene un impacto económico importante, en el que las instituciones educativas son las grandes beneficiadas. No obstante, también generan un encadenamiento que produce ingresos para dueños de fincas, sodas, pulperías y comercios en las comunidades donde viven los estudiantes y en los sitios que visitan.
“Para nosotros, lo más importante después del proceso académico, es ese impacto económico que se está teniendo, sobre todo en la comunidad. Estos programas están trayendo un alivio importante, principalmente a dueños de fincas donde los estudiantes viajan, a las sodas, pulperías y demás”, comentó Carlos Araya.
Eliécer Vargas, coordinador de la maestría en Turismo Sostenible del Catie, aseguró que cuentan con diversas alianzas que le permiten mantener una estructura sólida de movilidad internacional, pues la entidad representa un atractivo para universidades norteamericanas y europeas por su enfoque en recursos naturales.
Araya y Vargas comentaron que los programas de movilidad internacional representan ingresos adicionales para el Catie, los cuales son reinvertidos en su totalidad para generar nuevas becas y mantener las instalaciones, que están ubicadas en Turrialba.
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En el caso de la EARTH, que es financiada principalmente por donaciones, la colegiatura pagada por los estudiantes, que incluye a nacionales y extranjeros, fue de $2,8 millones para el 2021 y representó un 14% de sus ingresos, según sus datos financieros.
De su lado, países como Estados Unidos se han dedicado a fomentar la movilidad internacional de sus estudiantes en países como Costa Rica. Incluso, la Embajada en el país cuenta con un catálogo que ofrece decenas de opciones para estudiar en territorio nacional.
Los estudiantes del país norteamericano, principal emisor de turistas de Costa Rica, vienen a participar de programas como el de turismo educativo del Catie, así como de voluntariado, investigación, pasantías e intercambios de corto plazo. Cada año, este país brinda alrededor de ocho becas de intercambio del programa Fulbright.