La actividad económica, sin incluir las Zonas Francas, se está levantando, pero no parece hacerlo de la mano del crédito, como generalmente sucede.
Del 2013 al 2019, antes de la pandemia, el crecimiento interanual (de cada mes respecto al mismo mes del año anterior) del crédito al sector privado superó al de la producción del régimen definitivo (no incluye Zonas Francas). Las variaciones en los préstamos se reflejaban un tiempo después en las de la producción.
La actividad económica de las Zonas Francas no se incluye porque son empresas que generalmente no requieren financiamiento interno para producir.
Sin embargo, con la pandemia la producción cayó muy por debajo del crédito, pero a partir de marzo del 2021, cuando la actividad económica del régimen definitivo empieza a levantarse, superó la tasa de crecimiento de los préstamos.
En octubre, según el índice mensual de la actividad económica (IMAE), la producción del régimen definitivo aumentó un 8,6% respecto al mismo mes del año anterior y el crédito, un 3,3%. Esto a pesar de que las tasas de interés se encuentran históricamente bajas. Entonces, ¿cómo producen las empresas más sin más crédito?
El economista de Cefsa, Félix Delgado, considera que hay dos factores que lo explican: que las empresas tienen liquidez que acumularon durante la pandemia y que las compañías no se animan a pedir prestado debido a la incertidumbre.
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“Si yo no tengo mucha seguridad de que voy a tener un dinamismo de ventas, como el que vi el mes pasado, mejor voy despacio, mejor no me endeudo, mejor voy funcionando con mi flujo de caja y con la liquidez que se pudo acumular antes”, comentó Delgado.
Allan Calderón, subgerente general de Riesgo y Crédito del Banco Nacional, explicó que la demanda de crédito depende no solo de la tasa de interés, sino en mayor medida de los ingresos disponibles, los cuales han mermado en los últimos años en términos promedio.
Además, hay incertidumbre que permanece en el país respecto a las reformas fiscales pendientes y de recuperación de la economía.
“Así, a pesar de contar con rebajas de tasas de interés, especialmente en colones, la demanda no crece lo suficiente, en virtud de este tema de ingresos y de incertidumbre”, opinó Calderón.
Rossy Durán, gerente corporativa de Finanzas del Banco de Costa Rica también considera importante el tema en la incertidumbre.
“La incertidumbre reinante en cuanto a las leyes paralelas al empréstito asociado con el Fondo Monetario Internacional, el cual no ha avanzado de acuerdo con las expectativas de los hacedores de política económica (Banco Central y Ministerio de Hacienda) lo que decantaría inexorablemente en cambios en la perspectiva de las calificadoras de riesgo y probablemente en la nota final del crédito soberano”, opinó Durán.
“Hay otro elemento importante y es que hay muchas empresas que están en condiciones complicadas con el crédito bancario y entonces no tienen acceso fácilmente en esta situación donde están tratando de sacar la cabeza del agua”, añadió Delgado.
También las personas siguen en una situación complicada, añadió Durán, pues aunque el desempleo ha caído hasta el 15% en el trimestre que terminó en octubre, todavía es abundante para una población económicamente activa de 2,3 millones.
“Esta cifra refleja no solo la incapacidad de obtener trabajo, sino también las empresas que no han podido salir adelante y caen en quiebra con liquidaciones respectivas. Sin mencionar los desalentados que, al no obtener trabajo, salen de la búsqueda engrosando cifras de pobreza y desigualdad”, comentó Durán.
Calderón también explicó que el crecimiento en el saldo de las carteras de crédito son resultado de varios factores. Entre los principales están: la formalización de nuevos créditos, los repagos o amortizaciones de la cartera existente y las cancelaciones anticipadas, entre otros.
“Las formalizaciones están más relacionadas con el crecimiento de la producción, producto de la demanda de nuevos créditos. Los repagos y cancelaciones dependen de la madurez de los créditos existentes y de decisiones de los clientes que en muchos casos se han mantenido cautos, bajando su endeudamiento, en la medida de sus posibilidades”, detalló.
Añadió que en el caso del Banco Nacional, han mantenido una tendencia creciente en las formalizaciones de nuevos créditos durante los últimos dos años, especialmente notorias durante los segundos semestres de los años 2020 y 2021, pero al mismo tiempo, hay un monto mensual importante de repagos (abonos y cancelaciones) que han mitigado el crecimiento total en la cartera.
“Es importante notar que los efectos de la pandemia siguen afectando sectores y zonas donde el desempleo ha estado más alto y también la reactivación y crecimiento no se están dando de igual forma en todas las zonas y actividades económicas”, agregó Calderón.