Los arreglos de pago de las entidades financieras con muchos de los clientes cuyos ingresos se vieron afectados por las restricciones sanitarias a raíz de la pandemia, contribuyeron a detener el incremento que experimentó la morosidad en los créditos.
De acuerdo con los datos que publica la Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef), en febrero del 2020, antes de la pandemia, el 2,44% del total de créditos afrontaban atrasos de pago mayores a 90 días; con la enfermedad dicho indicador subió hasta 2,63% en octubre del 2020, pero luego bajó hacia final de año.
En enero del 2021 alcanzó 2,46%.
En las mutuales, el atraso llegó a cruzar, en abril del 2020, el umbral del 4% de morosidad mayor a 90 días respecto a la cartera directa, que es el límite máximo del rango considerado normal.
La superintendenta de entidades financieras, Rocío Aguilar, así como jerarcas del sector financiero mencionaron los arreglos de pago como el principal factor que contribuyó a que los atrasos en los créditos no se agravaran.
Sin embargo, también señalaron otras razones, como un leve crecimiento de la cartera en algunas entidades y la liquidación de algunos préstamos.
El 18 de marzo el presidente de la República Carlos Alvarado emitió la directriz 075-H, la cual instó a los bancos del Estado, e invitó al resto de entidades financieras, para que a solicitud de cada uno de los deudores afectados por la crisis de la covid-19, readecuaran las deudas.
Como parte de las consideraciones, la directriz especificó que las dificultades para atender las obligaciones crediticias tenían que deberse al impacto económico de la pandemia.
También se instruyó a las entidades para que tomaran las medidas necesarias y efectivas para lograr la readecuación de los créditos, pero sin exponer el funcionamiento óptimo de la institución bancaria. La mayoría acogieron la solicitud.
Según informó Aguilar, se ha prorrogado o reestructurado cerca del 50% del saldo de la cartera del sistema financiero.
Desde las entidades
Allan Calderón, subgerente general de Crédito y Riesgo del Banco Nacional, el más grande en crédito, explicó que en el caso de esta entidad, en la reducción de la cartera influyeron varios factores.
En primer lugar, la expansión de cartera, pues la del Banco Nacional creció 1,7% al cierre del año, entonces eso permite diluir la morosidad en términos relativos porque este indicador se mide respecto a la cartera y si la segunda sube la relación baja.
“(En) segundo lugar, liquidaciones de cartera de crédito, mayormente en cuanto a créditos del sector consumo, puesto que la morosidad superó umbrales a los cuales la política de liquidación de crédito plantea la posibilidad de liquidar cartera y continuar con la gestión de cobro y seguimiento”, dijo Calderón.
Y tercero, la segunda ola de readecuaciones, prórrogas, normalizaciones, de modo que entonces múltiples créditos presentan estos periodos de gracia, cuyos vencimientos se empiezan a dar a partir del mes de enero 2021.
“Justamente en ese sentido estamos aplicando un tercer programa que le denominamos ‘vuelta a la normalidad’, donde estamos ayudando a los clientes que aún continúan con problemas de capacidad de pago, reducción de jornada, recortes de salarios, etc.”, expresó Calderón.
Desde la banca privada, Franklin Wang, gerente comercial de Banco Cathay, dijo que inicialmente todos los bancos privados esperaban las directrices de los supervisores, dado que fue una situación totalmente atípica.
“Posteriormente los bancos privados hemos podido aplicar y ajustar el plan de apoyo a los clientes que requerían la ayuda financiera, y durante el proceso les hemos ofrecido un acompañamiento para que puedan recuperar la estabilidad financiera de la empresa”, indicó Wang.
Mauricio Quirós, director de recuperaciones de Grupo Mutual, también indicó que las readecuaciones fueron claves para controlar la morosidad.
“La morosidad de Grupo Mutual tuvo un aumento para los meses de marzo, abril y mayo. Sin embargo, los planes de acción implementados por la empresa, dirigidos a ofrecer soluciones a nuestros clientes por medio de prórrogas, readecuaciones y refinanciamientos se mostraron exitosos, permitieron a los clientes agilizar sus trámites sin salir de casa y se logró mantener estable el indicador de mora financiera durante el resto del 2020 y lo transcurrido en el 2021”, manifestó Quirós.