La captación de impuestos del Gobierno en 2025 crecerá en términos absolutos por un monto de ¢371.409 millones. Sin embargo, la carga tributaria, indicador que muestra la relación entre la recaudación y el producto interno bruto (PIB), tendrá un retroceso, ubicándose en el nivel más bajo desde 2021.
Así lo estimó la Contraloría General de República (CGR) para el presupuesto ordinario de 2025, que establece una recaudación tributaria total de ¢6,91 billones, en comparación con los ¢6,54 billones de la restimación hecha en 2024, lo que representa un incremento del 5,68%.
De acuerdo con el documento Certificación de la razonabilidad de la efectividad fiscal de los ingresos del Presupuesto de la República para el ejercicio económico 2025, emitida por la CGR el pasado 23 de agosto, según el oficio DFOE-FIP-0693, el total de ingresos que percibirá el Gobierno asciende a ¢7,73 billones; de estos, el 89,4% provienen de tributos y el resto de rubros como venta de servicios, multas y otros.
Sin embargo, el indicador ingresos tributarios/PIB, definido como carga fiscal, muestra una leve reducción al pasar de un estimado de 13,31% en 2024, al 13,19% en 2025, de acuerdo con el informe del ente contralor. Este indicador hace referencia al porcentaje que representan los ingresos derivados de tributos (impuestos, tasas y contribuciones especiales) en comparación con la producción.
De esta manera, el indicador de carga tributaria para 2025 se coloca en niveles similares a los de la pandemia por la covid-19, cuando se ubicó en 13,8% en 2021.
Isaac Castro, exviceministro de Egresos del Ministerio de Hacienda, señala que esta caída en el indicador de la carga fiscal obedece a que el PIB crece más que los ingresos tributarios. Indica que “se puede señalar una debilidad en el crecimiento de la recaudación, pues la economía crece, pero no se traduce en mayores ingresos tributarios”.
“La leve baja debe corresponder al menor crecimiento de los ingresos frente al aumento del PIB, dado que el Banco Central espera que la producción crezca en 2025”, añade.
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Por su parte, Fernando Rodríguez, exviceministro de Ingresos del Ministerio de Hacienda, plantea que la reducción de la carga fiscal refleja la debilidad de ciertas actividades económicas, especialmente aquellas que aportan impuestos. Esto se debe a una menor actividad gravada, ya sea por un consumo reducido o por un bajo crecimiento del mismo, y al crecimiento económico en actividades que no pagan impuestos, como las empresas del régimen de zonas francas.
Al respecto, el jerarca del Ministerio de Hacienda, Nogui Acosta, señala que la reducción del indicador de carga fiscal refleja que el PIB está creciendo en actividades que no generan impuestos directos.
Sobre posibles impactos en el presupuesto de 2025, indicó que dicha planificación presupuestaria tiene la regla fiscal como “ancla” del crecimiento del gasto, pero limita la posibilidad de tener un superávit primario (más ingresos que gastos sin incluir los intereses de deuda) y reducir el endeudamiento más rápidamente.
El proyecto de presupuesto ordinario del Gobierno Central para 2025, que el Ministerio de Hacienda entregará a la Asamblea Legislativa el 30 de agosto, aplicará la regla fiscal con un límite máximo del 3,75% en el crecimiento del gasto total del Sector Público No Financiero (SPNF), según confirmó la entidad.
La regla fiscal, que impone un tope a la tasa de crecimiento del gasto corriente, se estableció mediante la Ley N.º 9635, Fortalecimiento de las Finanzas Públicas, publicada en La Gaceta el 3 de diciembre de 2018. La entrada en vigencia de la regla fiscal fue a partir del 1.º de enero de 2020.
La certificación de los ingresos del proyecto de presupuesto emitida por la CGR está establecida en la Ley de Administración Financiera, Ley N.º 8313, vigente desde octubre de 2001.
Rodríguez explica que es la CGR la que define la estimación prevista en el presupuesto del año siguiente, que estará sujeto a la aprobación de la Asamblea Legislativa. Con base en este cálculo, Hacienda proyecta la diferencia de recursos que no recauda y que necesita gastar mediante endeudamiento y pago de intereses.
La certificación de la CGR establece la restimación de ingresos de 2024, con datos a junio pasado. Estos datos son los actualizados de las estimaciones proyectadas en la certificación del año anterior con base a las recaudaciones reales del primer semestre del año en curso.
Cuentas con mayor reducción de carga fiscal
Entre las cuentas de ingresos con mayor disminución con base en el PIB proyectado del 2025 se encuentran los impuestos específicos sobre los combustibles y energéticos (-0,069 puntos porcentuales); contribuciones sociales (-0,044 p. p.); impuesto sobre los ingresos y utilidades de las personas jurídicas del sector privado (-0,038 p. p.); contribución patronal sobre la nómina de empresas del sector privado (-0,033 p. p.); y multas, sanciones, remates y comisos (-0,026 p. p.), entre otros.
Rodríguez indica que si los gastos del presupuesto se mantienen constantes respecto al PIB, frente a este escenario de reducción de la carga fiscal, “posiblemente se necesite endeudarse un poco más o se hará un recorte de gasto adicional a lo que ya se ha realizado”.
“Dada la debilidad de la recaudación de impuestos, era esperable que eso pasara”, comenta Rodríguez.
Durante el primer semestre del año, la recaudación por medio del impuesto a los ingresos y utilidades (renta) retrocedió a niveles de 2020 en términos relativos al PIB, año en que se inició la pandemia de la covid-19.
Según las cifras fiscales publicadas por Hacienda a inicios de agosto, los ingresos acumulados por este tributo entre enero y junio representaron el 2,5% del producto interno bruto (PIB), equivalente a ¢1,23 billones (millones de millones). La cifra como porcentaje de la producción es la más baja registrada en un primer semestre desde 2020, cuando el indicador alcanzó el 2,2%.
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Rodríguez agrega que de acuerdo con el análisis interanual de la evolución de ingresos tributarios, hasta mayo pasado, la tasa de crecimiento era negativa.
Por otro lado, el jerarca de Hacienda, mencionó que a este lunes no se había concluido el proyecto de presupuesto 2025 porque requieren la información del Banco Central de Costa Rica (BCCR), en lo referido al endeudamiento.