Los ingresos tributarios del Gobierno Central crecieron durante el primer semestre del 2019, y alcanzaron los ¢2,3 billones para un incremento del 7,4%, si se incluye la amnistía tributaria. Al excluir esos recursos la cifra alcanza los ¢2,1 billones y también presenta un incremento aunque más moderado, del 1,4%.
A pesar del aumento, la cifra es insuficiente para solucionar el desequilibrio fiscal. Los datos se desprenden del Informe de Evolución Fiscal y Presupuesto del Sector Público que la Contraloría General de la República (CGR) publicó el viernes 30 de junio.
El comportamiento que experimentaron los ingresos corrientes se dio por el incremento del impuesto único a los combustibles (IUC), el impuesto general de ventas (IGV) y el impuesto sobre los ingresos y las utilidades –conocido como el impuesto sobre la renta–.
El IGV recaudó ¢747.433 millones y creció 1,7% respecto al año anterior, si se incluye la amnistía tributaria; sin embargo, al restar estos recursos el indicador cae hasta 0,3%, es decir, 0,4 puntos porcentuales menos que en el 2018 cuando la cifra era de 0,7%.
Mientras que el IUC recaudó ¢277.964 millones y creció 6,9%, es decir, 8,6 puntos porcentuales más que en el primer semestre del 2018. Este comportamiento se dio por la recuperación en el consumo de gasolina súper y regular, ya que había cerca de 53 millones de litros más que en el primer semestre del 2018, según consta en el informe.
El impuesto sobre los ingresos y las utilidades –conocido como impuesto sobre la renta– recaudó ¢915.746 millones y creció 17,8% impulsado por la amnistía tributaria. Si se excluyen estos recursos el crecimiento es de 2,7%, lo que evidencia el nivel de recuperación.
Uno de los impuestos que presentó contracción fue el selectivo de consumo que recaudó ¢99.297 millones y decreció 13,5%. Una de las razones es que la importación de vehículos –uno de los productos que tiene mayor peso al determinar el tributo– decreció 19% en el primer semestre del año, lo que impactó de manera negativa en las finanzas del Gobierno.
También se dio una contracción en el derecho arancelario de importación –conocido como arancel de aduanas– ya que recaudó ¢68.071 millones y decreció 1,6%.
Servicio de la deuda sigue presionando
A pesar de que los ingresos tributarios presentaron una leve mejoría a nivel general –es decir, tanto si se toma en cuenta la amnistía tributaria como si no– el servicio de la deuda sigue presionando las finanzas públicas.
El servicio de la deuda incluye amortización, intereses, comisiones y otros gastos de deuda correspondientes a préstamos y colocación de títulos valores.
Durante los últimos años el pago por concepto de intereses ha crecido de forma constante y para finales del 2019 se estima en 4,3% del producto interno bruto (PIB). En el 2008 este rubro era del 2,1% del PIB y para el 2018 alcanzaba el 3,5% de la producción nacional.
Este año los intereses podrían absorber el 30,6% de los ingresos corrientes. A julio del 2019 el nivel de endeudamiento era del 54,2% del PIB y para finales de año se espera que ascienda a 59,1% de la producción nacional.
Para Rocío Aguilar, ministra de Hacienda, el tamaño de la deuda hace que los intereses que se deben pagar eviten de que el presupuesto se destine al “bienestar”. Es decir, el servicio de la deuda, genera rigidez y tiene un gran peso en el presupuesto nacional.
“Hoy de cada colón que nosotros recibimos de impuestos de ingreso tributario cuarenta centavos se están destinando al pago de intereses. Es decir, únicamente nos quedan 60 centavos para satisfacer el resto de las necesidades”, manifestó Aguilar, durante la presentación del presupuesto nacional del 2020, el viernes pasado.
Al 30 de junio la deuda del Gobierno era de ¢2,2 billones lo que equivale al 42,5% del gasto total y al 6% de la producción nacional.