En materia tributaria, una de las herramientas más poderosas que hay es la gestión de la información.
El efecto de la Ley de Lucha contra el Fraude Fiscal brinda mayor importancia a la obligatoriedad inminente de la factura electrónica y a los efectos en la determinación de los controles cruzados, esto junto con la obligatoriedad de contar con los medios electrónicos para recibir pagos, ya en vigencia.
El registro de accionistas, la factura electrónica y los medios de pago electrónicos, brindan a las administraciones tributarias una cantidad inmensa de datos, que en procesos manuales o de uso primitivo de las herramientas de gestión de información, serían inservibles.
El registro de accionistas dará pistas importantes al respecto del quebranto tarifario de sociedades con beneficiarios últimos idénticos o vinculados, siendo posible, entonces, la determinación de la realidad sustancial y de la capacidad efectiva de la prestación de los servicios entre compañías.
A su vez, esta información crítica, dará luces respecto de los francos abusos que tiene el régimen simplificado en el impuesto sobre las ventas y en el impuesto sobre la renta, provocando grandes bolsas de fraude que en la actualidad son toleradas por la gestión de fiscalización debido a la supuesta carencia de “interés fiscal”.
La factura electrónica viajará en nanosegundos a los servidores de la Administración Tributaria, previo a la emisión final de la misma, generando riqueza informativa. Seguir el dinero y la trazabilidad de pagos será un indicio de una de dos fuentes o actos que deberían ser considerados, ya sea como sujetos a los respectivos tributos o bien como manejo de lavado de activos, de ahí que no es coincidencia, sino coherencia, que tanto el ICD como Tributación sean los únicos que legalmente pueden acceder la información del registro de accionistas.
Las Administraciones Tributarias se han valido de estas herramientas sin otros costos que los de aplicar la minería de datos, con una inteligencia artificial alimentada por la gestión de programadores y especialistas. Todas estas municiones, sin la gestión humana respectiva, serán ineficaces, por lo que deberán existir medios para obligar a la rendición de cuentas por parte de la Administración.