Los indicadores económicos evidencian el deterioro del sector agrícola de Costa Rica. Analistas y productores señalan como uno de los principales factores la apreciación del tipo de cambio, que el viernes anterior alcanzó su valor más bajo en 19 años en el Mercado de Monedas Extranjeras (Monex).
¿Pero es rentable y competitivo este sector? El ingeniero agrónomo Marco Chaves Solera afirmó que, en teoría, la reducción de la inflación y la apreciación del tipo de cambio podrían reducir costos e impulsar la rentabilidad en el agro. Sin embargo, señaló que ocurre lo contrario, porque los precios de los insumos y las cargas sociales lo impiden.
Lejos de ser rentable, los analistas coinciden en que el sector enfrenta altos niveles de endeudamiento e insolvencia.
Empezar de nuevo, muy difícil
Renato Alvarado, exjerarca del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), explicó que, cuando un productor abandona la actividad por baja rentabilidad o pérdidas, casi nunca logra retomarla debido a los costos elevados y al tiempo requerido para volver, el cual estimó en al menos cinco años según el rubro.
“Retomar el proceso es prácticamente imposible, porque las inversiones en el agro se desarrollan con el tiempo, conforme se avanza en la actividad productiva”, advirtió Alvarado.
Por su parte, Álvaro Monge, especialista en comercio exterior y negociaciones agrícolas, afirmó que los altos costos productivos en Costa Rica convierten la competitividad internacional en un reto constante.
Monge señaló que los productos agrícolas costarricenses prevalecen en el mercado internacional por su calidad y diferenciación. Destacó la piña, el banano, el café, las raíces y tubérculos, el chayote y subproductos como el jugo de naranja.
En cambio, la producción nacional destinada al mercado interno enfrenta mayores dificultades. La primera razón es el alto costo de producción en comparación con países que elaboran productos similares.
Agregó que muchos productores mantienen un estancamiento tecnológico, pese a los esfuerzos de la academia y los centros de investigación estatales.
Monge subrayó que la mayoría de productores no cuentan con los recursos para hacer nuevas inversiones.
“Es un error esperar que sea el Estado quien dote de recursos a los productores; no hay fondos, no hay recursos estatales.
“De hecho, existe una limitante, producto de los Acuerdos de Ronda Uruguay: Costa Rica no puede subsidiar directamente a los productores por más de $5.000.000 anuales en total y para todos los productos agrícolas”, explicó.
‘Mala imagen’
En opinión del presidente de la Junta Directiva del Instituto del Café de Costa Rica (Icafé), Fernando Naranjo, existe un interés en proyectar al sector como “ineficiente” o “millonario”, según el discurso, para generar una mala imagen ante la sociedad.
“No queremos dádivas ni condonaciones. Es mejor educación y acompañamiento financiero en crédito, fideicomisos y seguros de cosecha, que generarían transferencias y aplicación de tecnologías, renovación y manejo de tejidos en el momento indicado”, señaló Naranjo Retana.
Omar Sánchez Rojas, director de Inteligencia de Negocios de la Corporación Bananera Nacional (Corbana), afirmó que la rentabilidad ha disminuido por el aumento en el costo de los insumos después de la pandemia y, sin duda, por el efecto de la apreciación del colón frente al dólar.
Mainor Cruz, director ejecutivo interino de la Corporación Arrocera Nacional (Conarroz), sostuvo que la producción local nacional de este cereal “no solo es rentable y viable”, sino que genera encadenamientos productivos y empleo en zonas rurales.
De acuerdo con Cruz, la reducción de un 40% en el número de productores y de un 60% en la cantidad de hectáreas, registrada del 2022 a la fecha, responde al cambio de política realizado por el gobierno en agosto de ese año, conocida como la Ruta del arroz.
Guido Vargas, secretario general de la Unión de Pequeños Productores Agropecuarios Costarricenses (UPA Nacional), afirmó que el agro está en recesión y que el país no preparó al sector para competir en mercados abiertos. Para competir, según indicó, se requiere infraestructura adecuada y adaptación a los efectos del cambio climático.
Vargas también resaltó que el agro genera encadenamientos con otros sectores por su aporte en materias primas.
El economista Víctor Umaña calificó a la agricultura de exportación como exitosa y de alta productividad.
Pero, por otro lado, sostuvo que la agricultura que produce para el mercado local y compite con las importaciones, principalmente en granos y hortalizas está “cada vez más en crisis”, porque enfrenta los altos costos de la generación de empleos (cargas sociales) y el crecimiento descontrolado del urbanismo.
Umaña llamó a impulsar una transformación hacia actividades más complejas a partir de las fortalezas existentes. Sugirió que este proceso lo coordine el MAG, aunque reconoció que dicho ministerio hoy carece de liderazgo y capacidades.
También pidió mayor participación de la academia y de organismos regionales.
