El costo de las carnes tiene diferencias importantes si se compran en carnicerías o en supermercados, así como también el de los productos agrícolas si se adquieren en las ferias del agricultor o en supermercados.
Un comparativo de precios que está realizando cada semana el Consejo Nacional de Producción, y que publica en su página de Facebook, permite ver una diferencia promedio de precio de hasta 61% en carnes y de 90% en hortofrutícolas, como los agrupa la entidad.
El primer informe se publicó el 25 de agosto y hasta ahora han salido tres. Con esos primeros datos este diario obtuvo precios promedios y sus diferencias porcentuales. Por ejemplo, en la carne molida de res, en las carnicerías, el precio promedio por kilo de las tres semanas fue de ¢4.381, y de ¢7.066 en los supermercados, una diferencia de 61%. El reporte incluye otros cortes como bistec de res y costilla de cerdo.
Se consultó al Consejo sobre el número de comercios que visitan, pero al cierre de esta información no se había obtenido el dato.
En frutas, hortalizas y huevos, las ferias del agricultor resultaron con precios más baratos en todos los productos, excepto en la piña y los huevos. Hay que tener presente que hay variaciones cada semana. Estos son los precios promedio de las tres publicaciones.
Ofertas distintas
Los precios son diferentes porque también hay diferencias en lo que ofrecen los comercios al consumidor.
Marco Tulio Vega, vocero de la Junta Nacional de las Ferias del Agricultor, comentó, por ejemplo, que en las ferias del agricultor hay una relación más directa entre el productor y el consumidor.
“En las ferias del agricultor lo que priva es el concepto de precio justo; precio justo para el productor que sabe cuál es el costo de la producción y lo que necesita para seguir produciendo (…) y para el consumidor que no encuentra un precio abusivo”, dijo Vega.
Resaltó como beneficios de comprar en estos lugares el contacto directo con el productor que permite al cliente preguntar, y la frescura de los alimentos.
En las ferias del agricultor se venden solo productos nacionales y según explicó Vega, de acuerdo con su regulación (Ley 8533), se permite un tipo de intermediación, que es aquella donde un productor que por alguna razón no puede sacar sus productos de la finca le puede vender a otro que tiene carné para que los comercialice en las ferias.
Por su parte, Mariela Pacheco, subgerente de Asuntos Corporativos de Walmart, explicó que la propuesta de valor del canal de supermercados es diferente a la de otros sectores del comercio detallista; eso implica en muchos casos estructuras de costos diferentes y, por ende, precios de venta también diferentes.
Por ejemplo, un mismo supermercado puede manejar diferentes calidades de un producto con precios iguales, más bajos o más altos que otros canales.
También ofrecen condiciones que se traducen en diferentes experiencias de compras como parqueo, aire acondicionado, servicio exprés, servicio al cliente, aceptación de tarjetas de crédito, espacios amplios para transitar, personal de seguridad, entre otros.
También tienen otro conjunto de condiciones como garantizar la cadena de frío de los productos perecederos desde el mismo lugar de producción; garantía del origen de los productos y demostrar correctas condiciones de producción en temas como calidad de agua, uso de plaguicidas, uso de suelo, respeto de la legislación laboral en finca y respeto del medio ambiente, entre otros.
En cuanto a los costos, un supermercado también tiene empleados a los que se les pagan todas sus prestaciones de ley, además de cancelar patentes, recauda impuestos sobre el valor agregado y paga impuesto sobre la renta, entre otros.
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La comparación muestra que el consumidor tiene opciones variadas. (Shutterstock)