Los consumidores costarricenses siguen pesimistas. Según el estudio del Índice de Confianza del Consumidor (ICC), el nivel de confianza se estancó en los últimos seis meses en un nivel de 40 puntos (en escala del 0 al 100) y solo un 14% son optimistas.
Es un retroceso de diez puntos respecto a mayo del año anterior, lo que demuestra una caída en la confianza en el primer año de la Administración Solís.
Sin embargo, también es una tendencia que se ha mantenido en al menos tres de los últimos cuatro Gobiernos anteriores: el primer año de administración es malo en términos de confianza del consumidor para la mayoría de los mandatarios. La única excepción se dio en el mandato de Óscar Arias.
El problema es que, cuando la gente es pesimista, deja de consumir o de invertir y cuando deja de hacerlo, la economía se deprime, en vez de crecer.
Esta disminución coincide con una mala percepción de la política económica del Gobierno. El 67% de los entrevistados creen que, en esta materia, la presente administración es "pobre". El aumento es significativo respecto a mayo anterior, cuando solo el 43% opinaba de esta manera.
"Hay desconfianza en la economía, hay incertidumbre", dice el encargado del estudio Johnny Madrigal, de la Escuela de Estadística de la Universidad de Costa Rica.
Para Madrigal, la pérdida de confianza responde a la coyuntura política del país: los cambios en los ministerios, la situación en la Caja Costarricense del Seguro Social y el aumento en la ola de asesinatos debidos al narcotráfico.
Los resultados se obtienen de una encuesta aplicada a 703 jefes de hogar que poseen teléfono fijo, por lo que se concentra en el área urbana.