El Banco Central deja la puerta abierta para que el 2015 sea un año en que el índice de precios al consumidor, utilizado para medir la inflación, casi no suba o incluso su variación sea nula.
Así lo señaló el gerente de la autoridad monetaria, Eduardo Prado, ante una consulta de este diario sobre el impacto que tendrá en dicho índice la rebaja en las gasolinas solicitada por Recope y la reducción en el precio de la electricidad que analiza la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep).
“El Banco Central de Costa Rica ha comunicado que, a pesar de mantener la meta de inflación interanual entre 3% y 5%, dado el significativo choque en los términos de intercambio y sus implicaciones colaterales en el mercado cambiario, existe una alta probabilidad de que la inflación, en lo que resta del 2015, se ubique por debajo del rango meta, al punto de que no es descartable una inflación prácticamente nula durante el presente año”, señaló Prado.
En los últimos 12 meses que terminaron en agosto, el indicador de precios al consumidor bajó 0,74%. El hecho de que se ubique por debajo del rango meta de este año afecta, entre otras cosas, el cálculo económico de las empresas.
Una oportunidad. Exjerarcas del Banco Central ven en esta coyuntura una oportunidad.
Para el expresidente del Banco Central Francisco de Paula Gutiérrez, existen condiciones para permitir un poco más de devaluación del colón.
“Estamos sintiendo que el tipo de cambio está muy bajo y está afectando a las empresas; esta sería una oportunidad para aprovechar y ajustarlo”, opinó.
Por su parte, el también expresidente de la entidad Jorge Guardia, lo ve como una oportunidad, pero para bajar la meta de inflación y acercarla más a la internacional. Guardia considera que la meta actual de 4% con la posibilidad de subir o bajar un punto podría reducirse a 3% en el 2016 y a 2% en el 2017.
Otro expresidente de la entidad, Rodrigo Bolaños, consideró que este podría ser un desvío transitorio y, por lo tanto, tomar medidas para elevar el indicador, lo que puede ocasionar que las expectativas de inflación se salgan de nuevo del rango meta.
“En un sentido estricto, con un sistema de metas de inflación consolidado, lo que tiene más relevancia es si las expectativas de inflación están o no alineadas con la meta de inflación (o dentro del rango meta) en una forma sostenida en el tiempo”, explicó.
Si las expectativas de inflación están alineadas y la inflación observada se desvía por razones que se anticipan son transitorias, como es el caso actual (...), el Banco Central no tendría que reaccionar, consideró.