Costa Rica continúa en alerta por el alto riesgo que representa el Fusarium Raza 4 Tropical, un mortal hongo que amenaza el banano cavendish y al 80% de las familias de las musáceas, como plátano o guineo. Por eso las autoridades nacionales esperan los resultados de una nueva variedad que podría ser resistente a la enfermedad.
Este es el caso de la técnica desarrollada por el doctor Eli Khayat, director científico de la empresa Rahan Meristem, quien logró activar un gen recesivo del banano que es resistente a la enfermedad, explicó Jorge Sandoval director de investigación de la Corporación Bananera Nacional (Corbana) a La Nación.
Esta novedosa variedad de banano cavendish se encuentra bajo estudio en Filipinas –país que sufre el impacto del patógeno– y los resultados de la investigación finalizarán en febrero del 2020, comentó Khayat.
No obstante, la aspiración del científico israelí es que la modificación que realizó en la fruta sea completamente resistente al agresivo hongo que se caracteriza por producir marchitez en las plantas.
La posible llegada de este hongo golpearía a una industria que brinda 40.000 empleos directos y 100.000 indirectos, de los cuales el 76% se desarrollan en la provincia de Limón.
El Fusarium Raza 4 Tropical es resistente a los plaguicidas y puede perdurar en el suelo por más de treinta años,. La industria bananera representa el 8,8% de las exportaciones totales del país y el 42,3% del Producto Interno Bruto (PIB) agrícola, según datos del MAG.
Durante el 2018 el área bananera alcanzó 43.050 hectáreas en producción, según datos de Corbana publicados en su sitio web.
Los alcances de la investigación fueron valorados semanas atrás por Marlon Monge, viceministro de Agricultura y el director de investigaciones de Corbana, quienes mantuvieron una conversación con el doctor israelí para conocer los detalles del trabajo técnico.
“Ellos presentaron la investigación, estamos interesados en una posible solución al problema pero sin los resultados finales no podemos decidir. Estamos pendientes del proceso”, manifestó el viceministro de Agricultura.
La variedad desarrollada por el doctor Khayat podría ser viable para Costa Rica, comentó Sandoval. “Son una posibilidad que continúa en estudio en el campo en Filipinas. Dependiendo de la estabilidad genética de dichas plantas, podrían ser una opción”, agregó.
A pesar de este primer encuentro el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) aún no tiene estimaciones sobre a cuánto podría ascender la sustitución de plantaciones por esta nueva variedad, en caso de que el hongo llegue a suelo nacional. Esto se debe a que el costo aún no ha sido determinado, confirmó Khayat.
La nueva variedad de banano desarrollada por la empresa de agro-biotecnología Rahan Meristem, se logró por un método conocido como inducción de mutaciones, lo que significa que se activa un gen recesivo resistente a la enfermedad –dentro del propio genoma del banano– sin transferir ningún material foráneo.
Esta metodología no se considera transgénica, según el científico israelí.
“De acuerdo con lo explicado e indicado por el doctor Khayat dicho producto no se define como de naturaleza transgénica”, agregó Sandoval.
Como parte del experimento se obtuvieron cientos de plantas que se valoraron en conjunto con la Universidad de Wageningen de Holanda y los resultados mostraron que varias líneas de las plantas eran resistentes.
Las descendencias fueron multiplicadas in vitro y actualmente se evalúan en los campos filipinos, explicó el director de investigaciones de Corbana tras asistir a la reunión.
Esta no es la única especie a la que el país le presta atención, pues desde hace más de un año Corbana analiza el desempeño de la variedad 2-18 en la Rita de Guápiles, un banano cavendish que muestra cierta tolerancia al letal hongo.
El ejercicio se hace para valorar el crecimiento, la producción y la adaptación al suelo nacional.
Medidas de prevención
Corbana realizó una misión científica hacia este país asiático para visitar los experimentos de Rahan Meristem y conversar con actores involucrados en el cultivo de la fruta para conocer las lecciones aprendidas y el manejo que le dan a las plantaciones ante la presencia de la enfermedad.
Las autoridades de la institución costarricense se enfocaron en valorar las medidas de bioseguridad y exclusión del hongo, las cuales se podrían tropicalizar para adaptarlas en suelo nacional.
En este momento el MAG apuesta por medidas de exclusión para evitar el ingreso del hongo al país, el cual podría llegar por los aeropuertos o puertos marítimos.
Esta segunda vía es el punto más sensible ya que de la Terminal de Contenedores de Moín al Puerto Santa Marta en Colombia, solo hay 1.000 kilómetros de distancia.
El hongo se puede transportar fácilmente en agua contaminada, calzado, semillas, contenedores, paquetes, o envoltorios y souvenirs hechos con fibra natural, según explicó el viceministro de Agricultura.
Ante esta situación el MAG pretende colocar alfombras de desinfección en los aeropuertos –que actualmente están en licitación– para limpiar y secar el calzado de las personas que ingresan a territorio nacional; además espera contar con binomios caninos capaces de detectar el hongo en los suelos, para detener un posible ingreso al país.
La industria bananera costarricense está en alto riesgo porque el Mal de Panamá –como también se le conoce– llegó a tierras colombianas durante el 2019; antes de su llegada a América el hongo se encontraba en el sudeste Asiático, Australia, Medio Oriente y África.
Colombia confirmó el arribo de este patógeno en agosto de este año, de acuerdo a informaciones del Instituto Agropecuario Colombiano (ICA).
Sistema desinfecta agua contaminada
Las autoridades costarricenses no deberían preguntarse si el Fusarium Taza 4 Tropical ingresará al país, sino que deben cuestionarse cuándo, esta es la consigna de Erez Shalev, CEO de la empresa Bloom Agro, que desarrolló un sistema que desinfecta el agua contaminada por las esporas de este letal hongo.
El Mal de Panamá representa un gran peligro para la industria bananera a nivel mundial, no obstante, los avances tecnológicos son una herramienta para contener el avance de la enfermedad.
El agua es uno de los canales por donde se puede propagar fácilmente el patógeno. Sin embargo, la empresa israelí creó un sistema especializado de cuatro etapas (prefiltrado, filtración mecánica, desinfección y tiempo de contacto) que garantiza que las aguas de riego contaminadas queden 100% libres de las esporas del hongo.
El sistema consiste en dejar reposar el agua para que las esporas bajen hasta la profundidad, el agua se filtra mediante un proceso agresivo y luego se le aplica una solución de cloro e hipoclorito de calcio.
El equipo cuenta con sensores capaces de detectar si alguna gota de agua se quedó sin filtrar, lo que garantiza completa desinfección del líquido.
Este mecanismo se utiliza en Filipinas desde 2016 y la empresa brinda servicios a Dole Filipinas, Del Monte y Unifrut, según explicó el CEO de Bloom Agro. El costo de inversión de este sistema rondaría los $1.500 por hectárea.
El investigador israelí estuvo de visita en Costa Rica para presentar el equipo por el ingreso de la enfermedad al continente.
Ante la cercanía de la enfermedad el MAG implementan arcos de fumigación de vehículos en los centros fronterizos y los productores bananeros estandarizan el uso de pediluvios en las fincas, como medida de desinfección a la entrada de las plantaciones.