Las prácticas de primeros auxilios se hicieron con materiales especializados y que modelaba el comportamiento del ser humano cuando tiene un paro cardíaco. Foto: Jean Carlo Segura
Un grupo de 15 indígenas gnöbe recibió un curso de primeros auxilios y atención básica de enfermedades infecciosas. De esta forma, ellos podrán apoyar la atención de casi 500 niños de su comunidad, en la zona sur del país.
Este conocimiento les dará herramientas para atender en las Casas de la Alegría. Estos son lugares, en su mayoría en fincas cafetaleras, donde se brinda a menores, de entre los cero y 12 años, cuido, alimentación, recreación y atención en salud, mientras sus padres trabajan en la recolección de café o cosecha de otro alimento. Estas operan durante el tiempo que dura la cosecha, aproximadamente entre agosto y enero.
“Ahora sé cómo tratar a las personas si ocupan ayuda, cómo hablar y qué hacer si un bebé se está ahogando. Por ejemplo, cómo pegarle en la espaldita, cómo pasarlo a la otra mano y no meterle la mano a la boca para que no se atragante más. La verdad, estoy muy agradecida de que me tomaran en cuenta para este curso porque, en otros lados, he visto que hasta hay que pagarlo”, contó Laura Julissa Vidal, una de las indígenas participantes.
El curso fue brindado por especialistas de la Universidad de Costa Rica (UCR), como parte de un proyecto de extensión cultural y de un Trabajo Comunal Universitario (TCU). Otras 28 personas no indígenas, que también colaboran en las Casas de la Alegría, participaron de esta capacitación.
“Nos centramos en capacitar a las cuidadoras de las Casas de la Alegría porque ellas se encargan de salvaguardar la integridad de los niños y niñas gnöbe que se desplazan a esta zona, en la época de la recolecta de café. Esta población proviene de la comarca Panamá y son nómadas. Las cuidadoras pueden tener a su cargo hasta 50 niños”, comentó Jean Carlo Segura Aparicio, médico de la UCR y uno de los coordinadores de la capacitación.
El curso brindó a los participantes conocimientos para tener mayores habilidades en la aplicación de maniobras eficaces y seguras ante heridas, hemorragias o atragantamientos. Y además, poseen nuevos conocimientos sobre cómo proceder en los casos que los niños tengan parásitos intestinales o piojos.
Durante el aprendizaje, tuvieron la oportunidad de manipular varios simuladores (dispositivos similares a un maniquí) de baja y mediana fidelidad. Con estos recursos lograron practicar varias veces las acciones a efectuar ante cada situación de emergencia. Al tiempo que utilizaron piojos de espuma a escala para que las personas conocieran la anatomía del parásito.
“Los parásitos intestinales están en proporciones altas en esta población, de un 25 % a un 80 % o más. Esta enfermedad en ocasiones genera problemas digestivos y respiratorios en personas infectadas”, dijo el microbiólogo Jorge Vargas, quien participó en la iniciativa.
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Capacitación permitirá que quienes trabajan en las Casas de la Alegría puedan dar mejor atención a la salud de los niños. Foto: Jean Carlo Aparicio
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Impacto
Este certificado no solo protege la salud y calidad de vida de los menores, también les abre a quienes obtienen el certificado, las puertas hacia diferentes posibilidades de empleo.
“Si bien la capacitación les permite a las cuidadoras obtener los conocimientos, el certificado también les ayuda a conseguir diferentes empleos cuando las Casas de la Alegría cierren por la finalización de la recolección de café. Por lo tanto, esta formación también les va a dar un crecimiento personal y socioeconómico”, afirmó Jean Carlo Segura Aparicio, médico de la UCR.
El especialista mencionó que, en ocasiones, el Ministerio de Salud solicita esa certificación al personal de distintos entes del cantón, justamente para determinar si saben aplicar maniobras, cuando sea necesario en caso de una emergencia.
Además, detalló que, a partir del segundo ciclo del 2022 y hasta el inicio del 2023, se harán visitas directas para trabajar con los niños en actividades de neurodesarrollo y cuidado infantil, al menos una vez al mes.
También se vigilará la pediculosis, un padecimiento muy común en la zona, se recolectarán muestras y se entregarán aspiradoras para piojos, con el fin de disminuir la prevalencia de esta enfermedad.
Además, en los próximos seis meses, cada Casa de la Alegría tendrá al menos dos o tres visitas por parte del cuerpo docente y estudiantil de la UCR para dar continuidad a las cuidadoras que llevaron la capacitación.
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Estas son algunas de las personas que llevaron el curso y hoy portan el título correspondiente. Foto: Jean Carlo Segura
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