
Un equipo de arqueólogos de Alemania descubrió 31 barcos naufragados en el lago de Constanza, una formación de agua dulce que se extiende en la frontera compartida por Alemania, Austria y Suiza.
La investigación, que comenzó a inicios de 2024, representa el primer intento sistemático de documentar estructuras sumergidas en este lago alpino. Los arqueólogos pertenecen al Oficina Estatal de Preservación de Monumentos de Baden-Württemberg (LAD).
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El hallazgo fue revelado el 12 de agosto, cuando el equipo anunció que ya había completado el 75% de la primera fase del proyecto, detectando las embarcaciones hundidas a profundidades de hasta 251 metros, en condiciones que han permitido una conservación notable.
Los investigadores utilizaron tecnología de última generación, como sonar de barrido lateral y vehículos robóticos subacuáticos (ROVs), para examinar 186 anomalías topográficas identificadas previamente por la agencia ambiental del estado.
Del total, 155 puntos correspondían a formaciones naturales o residuos artificiales, mientras que 31 resultaron ser naufragios no registrados previamente. Entre ellos se encuentran desde botes de recreo modernos hasta antiguos navíos de carga.

Veleros históricos y barriles intactos
Uno de los barcos más llamativos es un velero carguero casi intacto, el cual conserva mastros, verga, proa, pinos de amarre y mecanismos de engranaje con catraca. Gracias a la profundidad del lago y a la baja presencia de mexillones invasores, muchos de estos detalles se mantienen visibles.
Otro hallazgo importante fue un campo de destrozos con 17 barriles de madera, algunos con tapas y fondos originales intactos. Aunque el navío que los transportaba aún no ha sido identificado, las autoridades planean continuar con las inspecciones para obtener más pistas.
Restos de vapor y memoria bélica
Entre las piezas localizadas se encuentran los cascos metálicos de dos barcos a vapor con ruedas de paletas laterales, que podrían corresponder al SD Baden y al SD Friedrichshafen II.
El primero, en servicio desde el siglo XIX hasta 1930, fue el primer barco a vapor del lago con un salón para pasajeros. El segundo fue botado en 1909 y hundido durante la Segunda Guerra Mundial, según las estimaciones preliminares. Ambos fueron parte clave de la industria naval local.

La gerente del proyecto, Julia Goldhammer, explicó que la combinación de mapas batimétricos, imágenes en alta resolución y análisis dirigidos fue fundamental para diferenciar objetos históricos de estructuras naturales.
La especialista señaló que esta metodología establece un nuevo estándar para la arqueología subacuática, especialmente en lagos y ríos, áreas que históricamente no se han explorado tanto como los mares.
Para el equipo arqueológico, cada barco encontrado actúa como una cápsula del tiempo, capaz de reconstruir aspectos de la vida cotidiana, comercio y transporte en siglos pasados.
Los barriles descubiertos podrían ayudar a determinar qué productos circulaban por la zona, su origen y cómo eran almacenados.
La investigación en el lago continuará al menos hasta 2027, cuando se espera la publicación de un inventario completo de los naufragios. Durante este periodo, es probable que nuevas embarcaciones sean descubiertas, así como más datos sobre la relevancia cultural e histórica del lago de Constanza.
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*La creación de este contenido contó con la asistencia de inteligencia artificial. La fuente de esta información es de un medio del Grupo de Diarios América (GDA) y revisada por un editor para asegurar su precisión. El contenido no se generó automáticamente.
